Un banquero, una van y cientos de homeless

Isaac Simon, Voluntario con la Coalition for the Homeless

Sus manos al volante, su vista fija en las calles y su reloj. “Hay mucho tráfico”, dice preocupado. Quienes lo esperan a él y a la comida que lleva en la camioneta son homeless que saben a qué hora exacta llegará a cada intersección de las 8 que componen su ruta. Isaac maneja la van –blanca con la leyenda ‘feeding the hungry, housing the homeless’ – desde el 2005 cuando comenzó como chofer voluntario en la Coalition for the Homeless.
Desde entonces, cada martes, recorre zonas de Midtown, Harlem y el Upper East Side. Las paradas no son casuales. “Cada punto está cerca de un lugar donde se juntan muchos homeless. Aquí, en la 51 y Broadway, hay un McDonald’s abierto 24 horas. En otros hay un shelter o una Iglesia”, explica Isaac.
Una vez parqueados y a la velocidad del rayo, junto con los voluntarios que lo acompañan, Brandon y Tara, saltan del vehículo y comienzan: La fila es larga y hay mucho por hacer; repartir bolsas de nylon y luego llenarlas. “¿Cómo han estado?, ¿Qué desean?, ¿Una naranja, dos? Sopa, Bagel, ¿Leche? También tenemos este batido con proteínas que se supone saca músculos” bromea.
Un brillo especial en las miradas se aprecia cuando escuchan caer cada cosa en esa bolsa que ya no está vacía. Un “Muchísimas gracias” se repite como eco a lo largo de la hilera.

Un analista financiero que sabe sus historias

Isaac trabaja en Morgan Stanley. No muchos saben a qué se dedica pero él sí conoce a los demás. “Ese que ves allí es veterano de Vietnam”, comenta señalando a un afroamericano que renguea.
El otro hombre de tupida barba blanca y ojos azules lleva gorro de lana, camisa y chaqueta. “Es el ‘Alcalde’” apunta Isaac. “Habla con todos y una vez que reparto frena a los otros carros para que yo pueda irme con la van”. El propio alcalde explica luego porqué soporta esa ropa en estas temperaturas. “Si me la saco me la roban y no la tendré en el invierno”, dice guiñando un ojo.
También está Carmen, una viejita Dominicana, Juan de Puebla, Arturo de Quito y Sabina, una cubana de Pinar del Río que espera ansiosa en las escalinatas de la Iglesia St. John The Divine.

De todo y cuanto más, mejor

Mantenía en reserva su tarea como voluntario pero se dió cuenta que lo mejor era gritarlo a viva voz. “Así conseguí que mi odontóloga, por ejemplo, me de cepillos de dientes y mis vecinos me tocan la puerta con donaciones. La necesidad es mucha y cada semana siento que hago una diferencia”.

Para ayudar

Si desea ser voluntario llame al: 212 776 2090. Si desea donar algo llame a Isaac: 917 449 0994

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