Comunidad hace frente a la violencia en escuelas de Nueva Jersey

Campamento enseña a jóvenes como lidiar con situaciones problemáticas en sus escuelas

Luis Barrera que llegó procedente de Guatemala a Nueva Jersey hace dos años y medio jamás se imaginó que combatir el acoso escolar, también conocido como bullying, es más facil de lo que pensaba.

“Siempre me quedo callado cuando mis compañeros se ríen de mí por la manera como hablo inglés, porque muchas palabras no las pronuncio bien”, confiesa el joven de 15 años que recién terminó la escuela intermedia en Morristown.

Desde hace una semana Barrera asiste a un campamento de Liderazgo para Combatir la Violencia y ahí, junto a otros 20 muchachos de origen hispano entre las edades de 13 a 17 años está aprendiendo cómo debe enfrentar este tipo de situaciones.

En tono firme, el joven aseguró que cuando entre -en septiembre- a su primer grado de escuela superior las cosas van a cambiar. “Ahora sé que no me tengo que quedar callado ni con el sentimiento de frustración en mi interior, aprendí que debo enfrentar a mis compañeros y la próxima vez preguntar de buena forma cúal es la razón de su burla”.

El acoso escolar es solo una de las formas de violencia que se debaten en el campamento que la organización Viento del Espíritu realiza en la ciudad de Chatham, Nueva Jersey, y que termina el próximo jueves.

El propósito del campamento, según lo explicó su director Stuart Sydeustriker, es el de combatir la violencia, es “hacer un cambio desde abajo, enseñándoles que pueden ser amables, pero que tienen derechos y que los deben hacer valer”.

Entre las muchas actividades que tienen los participantes que acuden, desde las 9:00 a.m. hasta las 5:00 pm, es dividirse en grupos de a cuatro y entre ellos simulan situaciones que se pueden presentar, como en el bus escolar o que son detenidos por un policía que los discrimina por ser hispanos. Los jóvenes proponen múltiples soluciones sobre las mejores maneras de lidiar con cada situación.

Ana Bonilla Martínez, una de las seis coordinadoras del campamento, se refirió en concreto a las situaciones que muchos jóvenes atraviesan con los maestros. “Es un tema que no pueden resolver ellos mismos, porque los maestros son quienes tienen el poder, pero sí les enseñamos  que hay herramientas y una de ellas es que tienen que ser sus propios jueces de una situación, hablando de cómo manejar las emociones aprenderán a no sentirse culpables por algo que pasó”.

Katherine Castaño, de 13 años, de madre peruana y padre colombiano, cursa el octavo grado y vive en Parsippany. Hace tiempo cuando estaba en cuarto grado sintió que sus compañeras blancas la aislaron del grupo y no querían que estuviera con ellas. “No le dije a nadie porque no me importaba tanto, me fui con otro grupo que me quería aceptar”, dijo.

Ahora, esa situación la manejaría diferente. “Lo peor es quedarse callado, por eso buscaría a alguien que me ayude para resolver el problema”.

Segun el último reporte producido por el Departamento de Educación del estado, en Nueva Jersey -en el año lectivo 2013/2014- se registraron 19,781 incidentes por acoso e intimidación, cifras recogidas en reportes suministrados por un total de 1,545 escuelas.

La colombiana Diana Bernal, madre de Juan Sebastián -un joven de 14 que asiste al campamento- dijo que “me gustó mucho el programa porque les crea la confianza, les aumenta la autoestima y les ayuda a manejar situaciones de violencia así como ver una alternativa de cómo solucionar cualquier tipo de problema por medio del diálogo”.

Aunque el campamento termina la próxima semana, los jóvenes deberán asistir -una vez por mes- a una reunión donde se les hará un seguimiento, según indicó Sydeustricker, cuyo objetivo será continuar con los adolescentes hasta el mes de junio del año entrante, en diciembre harán un retiro de un fin de semana. Al concluir el próximo verano, los jóvenes podrán ser habilitados como facilitadores para que, a su vez, puedan entrenar a otros como ellos de cómo lidiar con la violencia en sus diferentes expresiones.

Para más información puede comunicarse con la Organización Viento del Espíritu al (973) 538-2035.

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