Cientos de refugiados caminarán 240 kilómetros para llegar a Viena
Hartos de estar varados en Budapest, forman parte del grupo de migrantes que subió al tren en la estación Keleti y que se niega a bajar en Bicske porque rechazan el asilo económico en la deprimida Hungría
BUDAPEST.- En medio de un clima tenso y frustrados por su situación, cientos de refugiados que permanecen varados en la estación de tren de Keleti, en Budapest, decidieron cambiar de estrategia y caminar una distancia de 240 kilómetros para llegar a Viena.
Tras los incidentes perpetrados ayer cuando se disponían a subir al transporte, donde miles de migrantes pelearon por subir para acercarse a Europa Occidental y fueron detenidos antes de llegar a la frontera, optaron por recoger sus pertenencias y recorrer a pie el trayecto que separa a la capital húngara de la austríaca
Durante días, las autoridades húngaras impidieron que refugiados procedentes de Siria y otros puntos viajen a Austria y Alemania. En paralelo, insisten en su pedido para que se registren y formalizar el asilo que los migrantes resisten a aceptar.
En la vereda de enfrente, otros cientos de refugiados continúan negándose a bajar del convoy, que permanece detenido en la frontera. Las autoridades insisten en que se registren y formalizar el asilo en Bicske, la localidad al noroeste de Budapest, pero los migrantes rechazan el ofrecimiento porque no desean pedirlo en la deprimida Hungría.
#MigrantMarch refugees on the move to #Austria. pic.twitter.com/Li3NHVDEGj
— Nabih (@nabihbulos) September 4, 2015
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Ayer, la entrada principal de la estación Keleti en Budapest fue reabierta poco antes de las 8.30 (3.30 en la Argentina) y unos 2000 migrantes que esperaban desde el martes corrieron hacia un tren estacionado en la vía
En ausencia de policía y en medio del caos, los migrantes se empujaron y pelearon para conseguir un lugar en el tren que, según las indicaciones de la estación, debía parar en Szombatherly y Sopron, dos ciudades fronterizas. Las autoridades húngaras suspendieron los viajes internacionales por tren desde el país.
Finalmente, a las 11.18 partió el tren abarrotado de unos 300 refugiados desesperados por ir a Europa Occidental.
Cuando los refugiados ya estaban a 40 kilómetros al oeste de Budapest, la policía detuvo el tren en la estación de Bicske e intentó bajar a los migrantes para trasladarlos en colectivos a un centro de refugiados no especificado. Algunos de los pasajeros comenzaron a protestar por no querer ir a un campamento, y se desataron escenas de violencia. “No camp! No camp!” (¡No al campamento!), “SOS” y “Alemania” eran los gritos predominantes en la escena.
La policía húngara había acudido al lugar con decenas agentes y con una veintena de vehículos, entre ellos colectivos.
Después de varios intentos fallidos, la policía desistió y los refugiados se subieron de nuevo al tren, que sigue parado en la estación de Bicske, informó MTI.
La ciudad de Bicske se encuentra a menos de 10 kilómetros al norte de Felcsut, el poblado natal del primer ministro húngaro, el conservador nacionalista Viktor Orbán, artífice de la política de mano dura frente a los refugiados en Hungría..