Editorial: La frivolización política de la religión

El no poder imponer valores sobre otros no es persecución

Visiblemente emocionada, Kim Davis, agradeció a Dios y a quienes la apoyaron en su decisión.

Visiblemente emocionada, Kim Davis, agradeció a Dios y a quienes la apoyaron en su decisión. Crédito: Twitter

El caso de la funcionaria Kim Davis que se niega a otorgar licencias de casamiento de parejas gay se soluciona muy fácil, si su religión le impide hacer cumplir la ley, ella debe estar en otro cargo compatible con su fe. Es un error que conduciría al caos si cada persona en una función pública decide imponer sus valores y perjudicar a los demás ignorando lo que dice la ley.

La decisión de la Suprema Corte de Justicia legalizando el matrimonio gay, como muchos de sus fallos, despertó reacciones negativas entre los opositores, especialmente cristianos. Lo inusual es la deliberada intención de funcionarios como Davis, que están a cargo de implementar las leyes, de no hacerlo en este caso. En Tennessee hay dos funcionarios más al nivel de Davis que no dan  certificados de casamiento a parejas gay y el juez Jeffrey Atherton negó  otorgar un divorcio a un matrimonio heterosexual diciendo que si el Alto Tribunal redefinió el término de matrimonio también debía hacer el divorcio.

Esta reacción se  encuadra en una narrativa en donde a los cristianos son perseguidos  en Estados Unidos. Siempre hubo un sentimiento de persecución en sectores evangélicos, pero éste se acentuó con la aprobación de Obamacare. Allí propietarios cristianos de negocios rechazaron dar una cobertura médica específica a sus empleados porque ir en contra de sus principios religiosos.

Está claro que lo que se considera persecución es la imposibilidad de imponer sobre otros el valor y las consecuencias de lo que debería ser la práctica privada de la religión. Seguramente a Davis le hubiera molestado que un funcionario estatal católico no le hubiera el divorcio y negado los varios casamientos posteriores por ir en contra de su religión.

Hay un sector fundamentalista, junto a varios precandidatos presidenciales republicanos, que alientan la idea que hay un ataque a los cristianos y que Davis es una luchadora de derechos civiles. No hay nada más lejano que eso. Davis está mas cerca del gobernador racista que desafió al gobierno federal oponiéndose a la integración racial que a Rosa Parks.

Hay muchos sitios en el mundo en que se persiguen y matan a cristianos, decir que en Estados Unidos hay una persecución, es frivolizar la tragedia humana que se vive en otros países.

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