Confirmado: la tristeza afecta la forma en que vemos los colores
No es sólo una percepción ver el mundo diferente según nuestro estado de ánimo
¿Lo ves todo gris cuando estás triste? ¿O quizás todo negro? Y cuando estás feliz, ¿te parece todo más claro? ¿El mundo más brillante?
Un estudio científico publicado en la revista especializada Psychological Science confirmó esta semana lo que parece ser ya sabiduría popular: que cómo nos sentimos juega un papel importante en cómo vemos, literalmente, el mundo. En particular en cómo percibimos los colores.
La relación entre las emociones y los colores, aparentemente inconexos, está presente en muchas expresiones del lenguaje. En inglés, por ejemplo, “sentirse azul” (feeling blue) quiere decir estar triste.
“Pensamos que quizás una razón por la que emergen estas metáforas es porque realmente hay una conexión entre el humor y la percepción de los colores de una manera diferente”, explicó Christopher Thorstenson, líder de la investigación.
Y así lo probaron los resultados de su estudio “La tristeza afecta a la percepción del color”, en el que trabajó un equipo de la Universidad de Rochester de Nueva York.
El llanto irresistible de un cachorro de león huérfano
Los investigadores hicieron dos experimentos en los que participaron más de 150 personas. Algunos de los participantes vieron la triste escena de la película “El Rey León” en la que muere Mufasa. Este fragmento de unos dos minutos de duración se usa con frecuencia en estudios psicológicos porque induce irresistiblemente a la tristeza.
Los participantes vieron cómo los ojos de Simba, el protagonista, se abrían y llenaban de lágrimas al son de una música triste mientras empujaba con el hocico a su padre moribundo. Los otros participantes vieron un video de comedia o un salvapantallas neutro.
Después, todos hicieron una prueba de percepción de color, en la que debían identificar los colores en una muestra de tonalidades pálidas, tan desaturadas que se parecían al gris. Y descubrieron que la capacidad para discenir los colores de los participantes que vieron imágenes neutras o divertidas se mantenía igual.
Mientras que los sujetos que habían visto la escena triste tenían problemas para discernir los colores del eje azul-amarillo. El ojo interpreta todo el espectro de colores valorando la luz en base a dos ejes de color: el eje rojo-verde y el eje azul-amarillo.
Vínculo con la apatía
Según los investigadores, la percepción de los colores del eje azul-amarillo está relacionada la dopamina. Esta sustancia química es un neurotransmisor que regula el flujo de información entre las neuronas de nuestro cerebro y nos permite experimentar la sensación de placer.
La dopamina es un elemento clave para la motivación y su deficiencia está asociada a la depresión, la apatía y la falta de motivación. “Nuestros resultados demuestran que el humor y la emoción pueden afectar cómo vemos el mundo que nos rodea“, dijo Thorstenson. Así que en lugar de ver el mundo tal cual es, nuestra percepción está tinturada por nuestras emociones.