Bombero recibe el rostro de un hombre de Brooklyn

El trasplante de Patrick Hardison es el más extensivo que nunca antes se haya practicado

Patrick Hardison antes de sufrir la quemadura, luego con las heridas, y al final tras el trasplante.

Patrick Hardison antes de sufrir la quemadura, luego con las heridas, y al final tras el trasplante. Crédito: ImpreMedia

NUEVA YORK – Un bombero originario de Mississippi pasó la prueba más difícil desde que le hicieran un trasplante de cara: sentirse dueño de su nuevo rostro.

“Es mío”, dijo Patrick Hardison.

El bombero recibió el rostro de un hombre de Brooklyn que murió en un accidente en bicicleta. La operación que le cambió la cara a Hardison fue el trasplante más extensivo que nunca antes se haya practicado, y los médicos aseguran que una de las cosas más difíciles como parte de la recuperación, sería reconocerse. 

Según New York Magazine, 5 de los 30 pacientes que han recibido trasplantes faciales han muerto luego de que su cuerpo rechazase la nueva cara. Los médicos indicaron que Hardison también podría rechazarla, pero tienen esperanza de que su caso sea diferente.

El paciente de 41 años ha enfrentado 71 cirugías en 12 años. Además, el revolucionario trasplante que le hicieron en el NYU Langone Medical Center en agosto, sólo tenía un 50% de probabilidad de éxito.

“Tienes que entender: Si hubiera fallado, no había vuelta atrás”, le dijo el cirujano Eduardo Rodríguez. “Podrías morir. Este procedimiento es todo o nada”.

Hardison inmediatamente después del transplante de cara y durante la recuperación.
Hardison inmediatamente después del transplante de cara y durante la recuperación.

Hardison perdió su cara el 5 de septiembre del 2011, cuando se quedó atrapado mientras se encontraba combatiendo el incendio en una casa. Su máscara se derritió y su cara se quemó.

El bombero sobrevivió varias cirugías reconstructivas, e incluso volvió al trabajo en una tienda de ropa. Sin embargo, su adicción a los analgésicos lo llevaron por otro camino destructivo.

“La gente no entiende lo duro que es enfrentarse a un día. Y no se acaba. Es todos los días”, dijo Hardison.

Y eso fue antes de que su visión le empezara a fallar y lo haya forzado a dejar de conducir. 

“Yo era un hombre de 40 años esperando que mi madre me llevara a todos lados. Lo perdí todo, y era tan joven”, recuerda el bombero.

La muerte de David Rodebaugh, un hombre de 27 años de Brooklyn que murió en un accidente de tránsito el pasado agosto, le cambió completamente la vida. Dos días después del incidente, Hardison tenía la cara de otra persona.

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