¿Qué dice la caquita de tu bebé?

Los cambios en la consistencia y el color podrían indicar que algo no está bien

Ciertos cambios en el color y consistencia de las heces del bebé pueden estar anunciando un problema de salud.

Ciertos cambios en el color y consistencia de las heces del bebé pueden estar anunciando un problema de salud. Crédito: /Shutterstock

La caquita, heces o popó del bebé es un tema de conversación imprescindible entre las madres, particularmente primerizas.

Y es que por aquello de que el sistema digestivo toma de dos a tres meses para regularse, las progenitoras y cuidadoras del recién nacido se preocupan ante cualquier cambio de consistencia y color de ésta.

“A medida que el bebé va creciendo, por lo general, se presentan muchas variaciones en la consistencia y tono de sus heces al pasar, por ejemplo, de ser amamantado a tomar formula, o cuando empieza a comer alimentos sólidos [cereal, frutas y verduras]”, explica la pediatra Janeth Ceja, vinculada a Kaiser Permanente en  Riverside, California.

Otros factores que provocan cambios son: una infección (como una gastroenteritis), una reacción a algún medicamento, sensibilidad o alergia a algún alimento y el estreñimiento.

Es por ello que en cada control médico del pequeño los padres bombardean a los pediatras con preguntas como: ¿cuántas veces al día debe defecar?, ¿es normal que la caquita de mi bebé sea amarilla mostaza, café, roja, negra o verde?, ¿es normal que la deposición sea líquida?, ¿es normal que el estómago no se le mueva todos los días?

La Dra. Ceja responde a estas preguntas.

Frecuencia

“No existe una pauta fija para determinar cuántas veces al día deben defecar los bebés. No obstante, lo más importante es que las heces sean suaves, ya que de lo contrario, puede ser que el bebé esté estreñido o que necesite ayuda para mejorar su proceso digestivo”, explica.

Generalmente, los bebés recién nacidos que toman leche materna pueden defecar cada vez que son alimentados. La frecuencia disminuye gradualmente después de los dos meses de edad de 1 a 3 veces al día.

“Algunos bebés solamente defecan de una a dos veces a la semana; esto es normal mientras que las heces sean de consistencia fluida”, agrega. “Los alimentados con leche de formula suelen tener heces que son más pastosas y menos frecuentes que las de un bebé que recibe leche materna”.

Cambios anormales

Diarrea o heces líquidas. “Esto puede ser un indicador de infección”, señala la Dra. Ceja.  “Es menos probable que un bebé amamantado sufra diarrea, ya que la leche materna ayuda a proteger al bebé de contraer infecciones”.

Si la diarrea no mejora en 24 horas, es recomendable llevar al bebé al doctor, ya que aumenta su riesgo de deshidratarse.

Heces con sangre. Si están acompañadas de fiebre, pueden ser un síntoma de una gastroenteritis o de estreñimiento severo. También podría ser una señal de que el bebé tenga alguna intolerancia, como por ejemplo, a la proteína de la leche. “No se consideran normales y hay que consultar de inmediato con el doctor”, alerta la pediatra.

Heces blancas. Si se da en los primeros días de vida, puede ser señal de ictericia (problemas de hígado o vesícula).  Si nota que la piel del bebé tiene un tono amarillento, hay que consultar de inmediato al médico.

Heces verdes. Cuando las heces tienen una tonalidad verde, es posible que el bebé esté ingiriendo demasiada lactosa. 

“Esto tiende a ocurrir cuando se cambia de pecho antes de ser completamente vaciado, de manera que el bebé sólo toma la primera leche, la más azucarada”, explica la pediatra. “Y se puede prevenir vaciando el pecho completamente antes de cambiarlo al otro”.

Si los síntomas perduran más de 24 horas, hay que consultar con el pediatra para determinar el origen del problema, ya que también puede ser un indicador de alergia, un efecto secundario de un medicamento o incluso un parásito intestinal.

Estreñimiento o heces duras. Los bebés alimentados con leche materna tienden a sufrir menos de estreñimiento que los alimentados con fórmula, por ello la importancia de la práctica del amamantamiento y el de acostumbrarlo a tomar agua desde los primeros meses de vida.

“Si el estreñimiento viene acompañado de otros malestares, tales como fiebre o palidez de la piel, hay que consultar con el pediatra”, apunta la galena.

Heces negras. Después del nacimiento, la primera defecación de los bebés puede tener un tono negro.  A esta se le conoce como meconio y es algo normal, explica la Dra. Ceja. “Pero, si las heces negras aparecen después de los primeros días de vida, hay que llamar al pediatra de inmediato. Pueden ser un indicador de un problema en el sistema digestivo del bebé”.

Los tonos aceptables

Las heces de los bebés que son amamantados tienden a tener un color amarillo mostaza, mientras que la de los alimentados con leche de fórmula tienen un tono amarillo marrón.

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