Noviazgo adolescente… y violento

Los primeros indicadores de violencia se dan en las parejas jóvenes

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La doctora reconoció que en algunos casos, la pareja que da indicios de comportamiento abusivo modificará su conducta según madure. Crédito: Shutterstock

El amor en la etapa escolar puede ser la experiencia más dulce y tierna, pero es en este periodo en la vida de los jóvenes cuando muchas veces se observan los primeros indicadores de la violencia en las parejas.

El maltrato en las edades adolescentes puede darse de tres maneras diferentes: psicológica o emocional, física y sexual. Principalmente, es el abuso psicológico el que se manifiesta con mayor frecuencia en las parejas más jóvenes, precisó la psicóloga Joycette Aponte.

“Usualmente, lo que vemos es que la pareja empieza a ignorar a la otra parte frente a las demás personas, puede humillarla, le dice sobrenombres, se burla de la pareja, hace como que la pareja sienta que todo está mal, que no puede hacer nada bien. Inclusive, trata a veces de controlar los planes de la pareja. Si quiere, por ejemplo, compartir con su familia, trata de obstaculizar; no lo permite para que la persona esté más aislada y comparta con personas con quienes él o ella quisieran compartir”, explicó la experta en relaciones de pareja y familia.

“Muchas veces le controlan la manera de vestir; inclusive, la manera de pensar, de actuar. Tiene que hacer más bien lo que el agresor o la agresora decida que es correcto, y hace que quien es la víctima se sienta culpable”, continuó.

De igual manera, destacó que aunque culturalmente se piensa que las féminas son mayormente las víctimas, cada vez son más los casos de varones que sufren abuso. “Más y más vemos muchas nenas bien agresivas, controladoras, bien manipuladoras que cogen celulares y los rompen, y que asumen actitudes violentas. Muchas veces pensamos que siempre es de parte del varón, y la verdad es que las cosas han cambiado. Tenemos que mantener una mente abierta y no pensar automáticamente que el agresor es el varón”, subrayó.

Cuestión de vida o muerte

Factores como la baja autoestima, problemas en el hogar, psicopatologías o problemas mentales y patrones de crianza se atribuyen al comportamiento violento hacia la pareja en los noviazgos más jóvenes.

Este tipo de conductas, que muchas veces se ignoran por pensar que desaparecerán con la madurez, son las primeras señales de alerta en un adolescente con potencial violento y que intervenidas a tiempo podrían evitar que una persona se convierta en víctima de abuso y hasta, incluso, salvarle la vida.

noviazgo
“Usualmente, cuando trabajamos con parejas adultas ya y vamos hacia atrás en ese historial a ver cuándo la persona empezó a identificar que quizás hubo algo de violencia, casi siempre llega al noviazgo. Lo que pasa es que no sabemos identificar esas cosas por nuestra misma cultura que muchas veces nos dice ‘si me cela es porque me quiere’, y la persona a veces no reconoce que puede haber algunos indicadores”, argumentó la doctora.

No obstante, la doctora reconoció que en algunos casos, la pareja que da indicios de comportamiento abusivo modificará su conducta según madure. “Ciertamente, las personas podrían ir madurando o a través de recibir ayuda y vivir momentos que los hacen cambiar; eso podría ocurrir”, observó.

Aponte enfatizó que unas de las herramientas más efectivas en el proceso de reconocer que una persona se encuentra en una relación abusiva es verbalizarlo. Señaló que la mayoría de las veces una víctima de violencia no se atreve a hablar sobre el tema por vergüenza a reconocer que se encuentra en un ciclo de violencia. Estos ciclos, detalló, se componen de tres fases que podrían extenderse por años: la tensión, el abuso en cualquiera de sus manifestaciones y la reconciliación.

“Lo más importante es que esa persona tenga alguien en quien confiar, a quien decírselo, una amiga, por ejemplo. Lo ideal sería que se lo pudiese decir a los padres o a algún maestro en la escuela. Eso sería lo ideal, porque ya es una forma de pedir ayuda, de empezar a identificar que me está pasando”, sostuvo.

También destacó que, como parte de los currículos de las clases de salud, se enseñe a los alumnos a identificar los signos de la violencia en las parejas y a enfrentarlos. Al mismo tiempo, recomendó a los adultos que noten cuando algún joven que conozcan está dentro de una relación violenta, que se acerquen para ayudarlos sin juzgarlos.

“Es bien importante que los familiares sepan escuchar y simplemente decirle a la persona ‘yo estoy aquí para lo que tú necesites’”, abundó. Afirmó que de otra manera, la víctima podría cerrarse aun más.

Por otro lado, la psicóloga exhortó a los padres a estar bien pendientes a los hábitos de sus hijos, sobre todo los asociados con el uso de la tecnología. Dijo, por ejemplo, que aplicaciones como Facetime cada vez son más utilizadas por los jóvenes para tener un control de dónde están sus parejas. Recalcó, además, cómo han proliferado los casos de chantaje por fotos o videos de tipo sexual, práctica que no es ajena a los más jóvenes.

De este modo, instó a los progenitores a verificar los teléfonos móviles de sus hijos y observar sus comportamientos en redes sociales.

– Brenda I. Peña López

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