Con histórico viaje a Cuba, Obama busca cimentar legado en la región
Obama se reunirá con Raúl Castro y con disidentes, pero no se prevé encuentro con Fidel
WASHINGTON.- Tras el deshielo que inició en 2014, el presidente Barack Obama realizará un viaje histórico a Cuba el mes próximo, no como un mero gesto simbólico sino como otro paso hacia la normalización plena de las relaciones y la consolidación de su legado en la región.
Obama adelantó en Twitter que el viaje, ocho meses después de la reapertura de las embajadas en Washington y La Habana, tiene el objetivo de profundizar los esfuerzos “que puedan mejorar las vidas del pueblo cubano”.
En Cuba, donde goza de una enorme popularidad, Obama se reunirá con el presidente Raúl Castro, miembros de la sociedad civil y grupos disidentes, y la Casa Blanca prevé programar un acto multitudinario en La Habana, aunque por ahora descarta un encuentro con Fidel Castro.
La última vez que un presidente de EEUU viajó a Cuba fue en 1928, cuando el entonces Calvin Coolidge llegó en un buque de guerra. Ahora, 88 años más tarde, Obama, quien ganó la presidencia en 2008 con un mensaje de “esperanza” y “cambio”, llegará a la isla con una “rama de olivo” y con expectativas de que el régimen en La Habana también dé más señales de apertura.
Y será recordado como un hito en la historia de EEUU, como el que marcó en su momento Richard Nixon con su viaje a China, o Ronald Reagan cuando pidió el derribo del Muro de Berlin.
El viaje relámpago 90 millas al Este de las costas de Florida entre el 21 y 22 de marzo es un mensaje de continuidad y compromiso con un nuevo capítulo en la turbulenta relación bilateral, dirigido no sólo al pueblo cubano sino también al próximo presidente de EEUU.
Obama también realizará el primer viaje de un presidente estadounidense en casi dos décadas a Argentina, entre el 23 y 24 de marzo próximos, para analizar junto con el presidente Mauricio Macri su “agenda de reforma”.
¿Por qué ahora?
Convencido de que la política de asfixia de EEUU durante más de medio siglo sólo dio excusas al régimen castrista, la Administración Obama quiere profundiza su acercamiento con la isla, con un goteo de medidas ejecutivas.
Ese cambio sísmico, claro está, refleja no sólo el deseo de Obama de propiciar reformas políticas y democráticas en Cuba, sino también su pragmatismo ante la realidad de que empresas de otros países han plantado bandera en la isla y que, para que EEUU tenga influencia en la isla, primero tiene que reconstruir las relaciones.
En ese sentido, Ben Rhodes, un asesor de Seguridad Nacional de Obama, explicó hoy que era preferible viajar ahora para avanzar sobre los logros actuales que esperar a diciembre para un viaje esencialmente turístico.
Entre esos logros se cuentan la flexibilización de viajes y remesas; más contactos de “persona persona”, más oportunidades comerciales y financieras, y acuerdos para reestablecer el servicio de correo directo y los vuelos comerciales desde y hacia Cuba.
Sólo el Congreso puede levantar el embargo contra Cuba, que data de 1962, pero Rhodes no descartó que Obama emita más acciones ejecutivas para ampliar las oportunidades de viajes y comercio. Debido al embargo, se mantiene en pie la prohibición de viajes de turismo a la isla.
Aunque las autoridades cubanas dijeron hoy que están dispuestas a “dialogar” sobre cualquier tema, hay trabas en el camino, principalmente el embargo económico, la devolución de Guantánamo, y la eliminación de la controvertida ley “pie seco, pie mojado”, que da trato preferencial a cubanos que emigrant ilegalmente hacia EEUU.
Del lado estadounidense, el gobierno de Obama ha dejado en claro que seguirá insistiendo en el respeto a los derechos humanos y que el gobierno cubano tome medidas para facilitar la libre empresa.
Mientras, la mayoría de los republicanos dentro y fuera el Congreso, algunos grupos del exilio cubano y el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, atacaron que Obama esté “premiando” a una “dictadura” en la isla, y detallaron las detenciones arbitrarias y la represión contra grupos disidentes.
La meta: cambios irreversibles
No todos comulgan con la nueva política exterior de Obama, aunque la mayor parte de los ataques vienen de líderes republicanos en el Congreso, en la contienda presidencial y de grupos conservadores afines, que prometen revertir lo que califican como “concesiones injustificadas”.
“Queremos que este cambio en la política sea irreversible”, dijo Rhodes, quien rechazó que la reapertura de la embajada en La Habana y demás medidas regulatorias sean “concesiones”.
Rhodes consideró que, sea quien gane la nominación presidencial demócrata, tanto Hillary Clinton como el senador Bernie Sanders, apoyan la nueva política de Obama.
No sólo tabaco y ron
A juzgar por las encuestas de opinión, sin embargo, la política de Obama goza de amplio apoyo entre los sectores progresistas de EEUU, e incluso entre algunos grupos del exilio cubano.
Expertos consultados hoy por este diario coincidieron en que esta apertura es una apuesta en la que todos ganan, desde el empresariado hasta los consumidores en ambos países.
“No sólo tabaco y ron tiene Cuba. La isla puede vender a EEUU muchas cosas, especialmente medicinas y biotecnología; en Cuba hay mucha gente con talento y hambre por desarrollar ese talento y contribuir a la economía cubana y la economía mundial”, dijo José Pertierra, abogado de inmigración y especialista en asuntos cubano.
“¿Por qué un pelotero cubano tiene que desertar para que pueda jugar en las Grandes Ligas de EEUU? Este es tan solo un ejemplo de las muchas cosas que puede hacer el presidente Obama para relajar el embargo con medidas ejecutivas”, explicó Pertierra.
Por su parte, William LeoGrande, analista de The American University, dijo que, salvando los obstáculos por delante, una mejora en las relaciones bilaterales es sinónimo de una economía cubana “más sana” y, por lo tanto, “un mejor estándar de vida” para el cubano de a pie.
Sarah Stephens, directora ejecutiva del Centro para la Democracia en las Américas, vaticinó que Obama será recibido como un “héroe” por eliminar medidas nocivas para el ciudadano comun.
Obama le está dando a la isla “el respeto que le ha sido negado a los cubanos” durante décadas y abre un espacio para definir el nuevo rumbo de las relaciones, según Stephens.
“¿Somos vecinos en paz con muro de por medio, o somos vecinos y amigos con puertas abiertas? Ese será el reto y el asunto que consumirá a ambos países en años venideros”, vaticinó Stephens.
La esperanza de la Casa Blanca es que el histórico viaje a la isla, en pleno año electoral, vaya más allá de la foto protocolar y el apretón de manos con Raúl Castro, y sirva para cimentar el legado de acercamiento que Obama se propuso al llegar al poder en 2009.