El mofongo se instala en lo más hipster de Brooklyn

Manolo López planta la bandera de esta delicia puertorriqueña con su empresa en Smorgasburg y con ella, sus planes de crecimiento

Manolo López, dueño de Monfon.Go, en Smorgasburg el domingo10 de abril./A.B.N.

Manolo López, dueño de Monfon.Go, en Smorgasburg el domingo10 de abril./A.B.N.  Crédito: El Diario

Cuando en el camino se encuentran piedras que complican o impiden seguir adelante hay tres soluciones. La primera es abandonar  (la más frecuente), la segunda es tratar de trepar esas piedras (arriesgado). Manolo López, de Puerto Rico, optó por la tercera: buscar un camino alternativo.

Lo encontró y hoy es el dueño de uno de los negocios de comidas más concurridos del Smorgasburg, uno de los destinos de comidas al aire libre en Brooklyn más interesantes en los fines de semana de abril a noviembre. Es uno de los lugares más hipsters del condado.

Se trata de Mofon.GO, y por supuesto, este plato nacional de la isla es su bandera. El primer día que López llegó a este mercado de comidas tenía preparadas 300 raciones. Para su sorpresa, a las 4.00 PM ya no le quedaba ninguna.

Manolo López, trabajando el domingo por la mañana en el Smorgasburg que se celebra en Prospect Park./A.B.N.
Manolo López, trabajando el domingo por la mañana en el Smorgasburg que se celebra en Prospect Park./A.B.N.

Mofon.GO es el producto de la mente inquieta pero planificada de este joven de 27 años de Aguada que cuenta cómo cuando empezó a pensar en poner en marcha un negocios de comida de una isla de la que llegó en 2011 fue a una conferencia del SBA (Small Business Administration) para informarse. Allí recibió el jarro de agua fría. “Me explicaron que el 82% de los restaurantes cierran al año, que se necesitan cientos de permisos, que no se puede establecer uno así como así en un local porque las rentas son muy altas”. La lista de dificultades ocupa varias líneas más.

“Pero tenía tantas ganas que busqué la ecuación para hacerlo de otra manera”, explica.

La respuesta la tuvo pronto. “Una amiga me invitó a ir a un mercado abierto de comidas de Williamsburg. Aquello me emocionó porque vi que tenía posibilidades ya que en el mercado de Smorgasburg se acababan parte de las dificultades que me enumeraron y atraía el público que necesito”

“Todo lo que me ha pasado me ha ido llevando a donde estoy ahora”.

A López le han pasado muchas cosas que le han puesto en ruta porque se ha movido mucho y lo sigue haciendo.

Dice que fue un buen estudiante pero “era un niño problemático” porque se aburría. Su madre, Margarita Cruz, buscó una forma creativa de canalizar su energía y consiguió que a los 14 años le aceptaran en la Escuela Hotelera de San Juan. Allí se hizo amigo de otro adolescente, Orlando Soto, que ahora es jefe de pastelería en uno de los más prestigiosos restaurantes de NYC.

Tras pasar por la Universidad en Puerto Rico llegó a Nueva York para estudiar diseño. Pero duró un semestre. Los estudios y la vida en la ciudad eran caros y aunque trabajó a tiempo parcial en muchos empleos las primeras y frías navidades no tuvo dinero suficiente para volver a Puerto Rico. Un revés emocional.

“El primer año fue difícil. Perdí el apartamento, no tenía dinero y estaba por volver cuando me llamó un amigo de Puerto Rico diciendo que venía. Yo le dije que yo ya no estaría aquí porque no había conseguido mantenerme a flote”. “Pero este amigo me ofreció vivir en el apartamento de su abuela en Bushwick”.

López consiguió un trabajo como diseñador en Elizabeth Arden que le gustó al principio y le daba seguridad económica. Pero fue perdiendo el interés por los límites a la creatividad y empezó a pensar en cómo hacer un negocio basado en el buen resultado que le daba cocinar cenas para amigos y otras personas.

La fila para hacerse con uno de estos platillos típicos de Puerto Rico era larga el domingo, Manolo López, el dueño de Mofon.Go, contaba con vender todo ese soleado día./A.B.N.
La fila para hacerse con uno de estos platillos típicos de Puerto Rico era larga el domingo, Manolo López, el dueño de Mofon.Go, contaba con vender todo ese soleado día./A.B.N.

En el largo desplazamiento que tenía hasta el trabajo iba detallando su plan de negocio y la propuesta que tenía que hacer en diciembre a Smorgasburg para que le dieran un lugar en el mercado. Uno de sus retos era rediseñar el mofongo para que fuera un finger food. To go. Para la presentación de su propuesta culinaria a los gestores de Smorgasburg trajo a su madre para que le ayudara y estaba tan nervioso que se olvidó el abrigo en casa sin tener tiempo de volver a por él. Con la guayabera, que pese al frío formaba parte de la imagen de su marca, su madre al lado y sus dotes de comunicación consiguió un sitio en el mercado los sábados.

“Habría querido que fuera también el domingo pero me di cuenta que no podía hacerlo porque seguía en Elizabeth Arden y no tenía tiempo para preparar los dos días”. López usó sus vacaciones cada viernes para preparar la comida de los sábados y sus amigos le ayudaron en los primeros momentos a ponerla en el mercado.

En el negocio invirtió ahorros y redondeó la cifra de capital inicial vendiendo tres pares de tenis de colección que había comprado en el pasado y que tenían buena salida entre coleccionistas. En su casa metió la carpa para el mercado comprada en Home Depot, el material para cocinar lo que preparaba en cocinas industriales y empezó alquilando una camioneta de U-Haul para mover todo de su apartamento al mercado.

En su empresa se enteraron de su aventura empresarial y le pidieron que eligiera. López eligió Mofon.GO y gracias a una buena crítica en Gothamist, Smorgasburg le amplió hasta el domingo en 2015.

La temporada de 2016 acaba de empezar. López ha cuidado su diseño, su presentación en redes sociales y 20 personas trabajan con él a tiempo parcial en temporada alta. Su sueño pasa por abrir un local fijo en Brooklyn, “con el tiempo, todo va llegando”, y avanzar en un ambicioso proyecto cultural con raíces caribeñas. López sigue creando ideas y explica que duerme con una libreta al lado de la cama para apuntar las cosas que se le ocurren cuando menos lo espera.

Tras los pasos de su hijo

La madre de Manolo López ha seguido los pasos de su hijo. Margarita Cruz le ayudó a preparar el mofongo y le llevó a la escuela de cocina sabatina pero en noviembre de 2015 y animada por sus hijos decidió abrir su Food Truck en Puerto Rico. El nombre, se lo puso el cuñado de López, un fan de su comida, y Mi Suegra Food Truck es todo un éxito. “Creo que en cinco años podemos tener otro más”, sueña López en voz alta.

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