4 inventos y experimentos de la NASA para vivir de forma sostenible
La lechuga espacial, el filtro para obtener agua de la orina... Son algunas de las innovaciones que permiten optimizar recursos y generar menos residuos, y ya se están probando en la Tierra
Los astronautas que viven meses en órbita tienen que aprender a vivir de forma sostenible, haciendo todo ellos mismos y reparando los desperfectos.
Hacerles llegar alimentos frescos cuesta dinero y tiempo.
Con la misión a Marte planeada para la década de 2030, hacer envíos será aún más complicado. Se prevé que un viaje ida y vuelta tome dos años.
Con esa perspectiva, las mentes más brillantes de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, NASA, se han centrado en desarrollar maneras de facilitar el día a día a los astronautas que lidian con las difíciles condiciones del espacio.
Pero las lecciones aprendidas durante el proceso pueden también hacer la vida en este planeta más sostenible.
“En el espacio tenemos, básicamente, un entorno limitado”, explica la astronauta y líder de innovación en la NASA Cady Coleman.
“Y eso hace que tengamos que pensar en cómo conseguir las cosas, cómo dar mantenimiento (a la nave) y cómo lograr el máximo provecho de ello”.
Por esto Coleman asegura que el espacio es un fantástico “acelerador de tecnología”, y que los avances desarrollados para los astronautas también son aplicables en la Tierra.
En esa línea, firmas como Nike, el gigante del bricolaje Kingfisher e Ikea ya están investigando modelos de negocio de circuito cerrado en el que los residuos son reciclados y reutilizados, con la intención de reducir costos y ser más ecológicas.
Estos son algunos de son los inventos y experimentos de la NASA que nos enseñan a vivir de forma más sostenible en la Tierra.
1. La lechuga espacial
La NASA lleva décadas investigando el cultivo de vegetales en el espacio, y el año pasado la tripulación de la Estación Espacial Internacional (EEI) pudo por fin degustar la primera lechuga sembrada en órbita.
La idea del experimento, que se llamó “VegOne”, tuvo su origen en un estudio de la NASA de la década de 1990.
Con luces LED de colores rojo, azul y verde, el astronauta estadounidense Scott Kelly y su equipo crearon las condiciones ambientales para que la lechuga romana pudiera llevar a cabo la fotosíntesis y así crecer.
Esa iluminación ha tenido también un papel decisivo en el desarrollo de la “agricultura vertical”.
Fue el término acuñado en 1999 por Dickson Despommier, un profesor de sanidad y microbiología de la Universidad de Columbia, EE.UU., para describir el concepto de cultivar grandes cantidades de alimentos en edificios altos.
En esos edificios, los farmscrapers (“granjacielos”, una combinación de granjas y rascacielos), se optimiza el uso del terreno de cultivo y el agua.
Y por ello, serían de gran ayuda para alimentar a una población creciente en el futuro, según los expertos.
La granja Green Sense de Chicago, por ejemplo, reutiliza la mayor parte de su agua, es diez veces más eficiente a la hora de optimizar el terreno que una granja tradicional y da 26 cosechas, en lugar de las dos o tres de los cultivos normales.
“Las tecnologías desarrolladas por la NASA para lograr conservar los recursos en el espacio han llegado a la Tierra”, dice el director de Green Sense, Robert Colangelo.
“Un buen ejemplo de ello son las luces LED que ahorran energía y calor y maximizan la fotosíntesis”, explica.
“También hemos desarrollado un sistema de circuito cerrado para recuperar los nutrientes del agua y de la transpiración de las plantas, inspirado en el sistema de gestión de agua de la NASA”.
2. El filtrado de agua residual
En el espacio el agua es escasa.
Por ello, la NASA ha desarrollado una innovadora manera de filtrar las aguas residuales de la EEI usando químicos y destilación.
Y esos procesos permiten convertir el aire, el sudor e incluso la orina en H₂O potable.