Niña viaja para ver a su padre en Puerto Rico y los matan a balazos

Vecinos y familiares describen la aterradora escena

“Eso fue infernal, fue una cosa infernal”.

Se oyeron tantos y tantos disparos que muchos en la barriada Las Flores, en Gurabo, temblaron.

Eran apenas las 10:30 p.m. del jueves, cuando se escucharon unas intensas ráfagas de tiros. Luego, unos gritos desgarradores de mujeres. El saldo: un joven de 27 años y su hija de seis asesinados por múltiples impactos de bala.

La niña Janseliz Barbosa Torruella  llevaba unos seis meses viviendo junto a su madre en Estados Unidos. Estaba en la Isla, por un casi un mes, para compartir con su padre, Ansel Elpidio Barbosa Artache, su abuela y otros familiares.

Ayer, vecinos, amigos y parientes no salían de su asombro por la triste noticia. Todos en la barriada Las Flores se conocen. Muchos se criaron juntos y otros tantos son familia de los occisos.

Precisamente, a la entrada de la barriada y casi cerca de la casa de su abuela fue que perdió la vida Ansel Elpidio y Janseliz. Esta era ayer recordada por todos como un ángel que repartía ternura y amor. Los elogios tampoco faltaron para el joven.

Todos coinciden en que el ruido que estremeció la tranquila noche fue infernal.

“El vecino, mi hermana, mi papá que sabe de armas y tiene armas, dicen que fue un ruido infernal, que nunca habían escuchado una cosa así”, sostuvo Daniel Sánchez, propietario del negocio Gurabo Car Care, que resultó con más de 10 impactos de bala en medio del incidente.

“Dicen que fue un peine completo. Hubo un silencio. Cargaron otra vez; ta ta ta ta ta ta. Pero ahí,  después un silencio y, pum pum, fue aniquilamiento total”, agregó Sánchez, cuyo pensamiento completó Juan Lozano, vecino del sector y quien estuvo en la escena.

“Esto estaba que temblaban hasta las casas. La cara (del joven) estaba irreconocible. Parece que venían detrás de él. Este paró porque el carro estaba en parking y encendido, y ahí fue cuando lo cogieron, porque si él corre y sigue para allá, para casa de la mamá…”, sostiene Lozano, quien ya había escuchado por los medios de comunicación muchos comentarios.

“Parece que llamaron y él conoció a la persona, paró el carro y ahí lo cogió… Sí, eso fue lo que pasó… Es lo que hacen”, opinaban todos a la vez.

“Parece que cuando lo cogieron a él, él se tiró (de lado) como para cubrir a la nena, porque murió así”, agregó Lozano. Dijo que tras escuchar gritos de mujeres, al igual que todos los vecinos, corrió a la escena el día de los hechos.

César Artache, estuvo en el lugar de la tragedia, pues fue en la calle donde viven todos. Describió a su sobrino como “un muchacho alegre”.

“Todo el tiempo, siempre nos procuraba aunque no vivía aquí. Desde niño vivió aquí y ya de adulto se casó y se fue. Son dos pérdidas irreparables”.

El portavoz de la familia indicó llorando que “la nena era también muy alegre. Qué pena que vino para varias semanas; hoy cumplía una semana que vino y qué fuerte”.

Narró que tras el intenso tiroteo y los gritos, despertó y salió corriendo.

“Yo llegué antes que la Policía. (Según testigos, los agentes llegaron una hora después).Yo sabía que él ya no tenía signos vitales, pero me fijaba en la nena a ver si por lo menos hacía un movimiento para recogerla y llevármela”, recuerda llorando desconsoladamente el hermano de la madre del occiso que llegó a la casa tras ser sedada.

La otra hija de Ana María Artache, que también estaba sedada, fue precisamente la primera que encontró la escena porque venía a recoger a sus dos hijos y a Janseliz para llevarlos a su hogar.

“Las detonaciones fueron horribles. Eso se oyó como si hubiese sido aquí al frente”, dijo Sulyann Hernández, prima hermana del joven asesinado y quien vive a pocas cuadras de la escena.

“Yo me tiro al piso, mi esposo corrió para tapar a los nenes… cuando vemos a la hermana de Ansel bajar corriendo, gritando. Ella pensaba que no era él (su hermano) porque él usa otro carro, pero luego se dio cuenta que él también usaba un carro como ese (Mitsubishi Mirage, según la Policía)”, continuó narrando Hernández, quien tampoco pudo disimular el dolor.

“Ella venía a buscarla, porque la nena se quedaba con ella, junto a sus dos hijos… Mi primo velaba por todos nosotros, nos hacía reír, nos animaba siempre. La nena era un sol, bien viva, contenta. Ella era feliz, bien alegre, se te pegaba lo de ella. Bueno, lo tenía de él porque él era así”, mencionó.

El día de los hechos, la menor había ido con su abuela a la iglesia mientras su padre la esperaba, quizás para llevarla a comer. Cuando venían de regreso fue que ocurrió el crimen mortal.

César Artache reconoce que su hermana, una mujer cristiana, siempre le daba consejos a su hijo para que siguiera el camino del bien.

¿Usted piensa que fue por acecho?

“Sí… Esto es una cadena… Esto no fue un regalo, como digo yo; es como si le cobraran algo… un error que cometi�� bastante grande, me imagino, y así se lo cobraron”, dijo el hombre, quien resaltó que su familia es muy unida.

“Ella (Ana María) es una mujer cristiana, igual que mi otra hermana, y eso era todo los días su consejo”, sostiene al agregar que los jóvenes de hoy día, “aunque uno quisiera darles consejos, ellos no escuchan el consejo que le da la mamá, el papá, el abuelo; es molestia. Hoy día la juventud dice, ‘me molesta que me aconsejen’”, sentenció.

Sánchez, dueño del negocio frente a donde ocurrió el tiroteo, describió a la familia como “humilde, tranquila, luchadora, trabajadora”.

“¿Qué le puedo decir? Nada negativo”, acotó.

Aunque el negocio recibió más de diez impactos de bala, Sánchez dijo que nada fue ha sido tan grande como para no tener solución.

(Por Femmy Irizarry Álvarez)

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