Jóvenes en libertad condicional logran graduarse

10 jóvenes, entre ellos el hispano Felipe M, de 18 años, se graduaron el viernes tras aprovechar un programa del Departamento de Libertad Condicional y el Departamento de Educación, mostrando que el buen camino vale la pena

Aixa Padillo, Felipe M., Adison Valdez y el maestro Carmine Guirland.

Aixa Padillo, Felipe M., Adison Valdez y el maestro Carmine Guirland. Crédito: Mariela Lombard | El Diario NY

En marzo del 2014 Felipe M entendió que meterse en problemas y violar la ley no deja nada bueno en la vida. Con apenas 16 años, el joven dominicano sintió que el mundo se le vino encima. Mientras los oficiales lo arrestaban por un delito que prefiere guardarse para él, y dominado por el llanto, el adolescente pensó que jamás tendría opciones de salir adelante.

Después de dos meses de estar en un centro de detención para menores, el juez que llevó su caso ordenó su libertad condicional bajo supervisión por tres años, y el  viernes 22, con una sonrisa en el rostro, entendió que la vida da oportunidades para remediar errores.

Con toga y birrete, Felipe recibió el diploma por haber aprobado los exámenes de un programa equivalente a la escuela secundaria que hizo en la sede del Departamento de Libertad Condicional de El Bronx.

“Cuando la policía me puso las esposas yo dije: ‘se terminó mi vida, se acabó. Esto siempre va a estar en mi récord y nunca se va a borrar’, pero ese no fue el caso. Yo estoy aquí. Dejé las amistades malas, eché pa’ lante y me puse pa lo mío”, comenta el joven, quien fue uno de los 10 muchachos del programa de libertad condicional supervisada que se graduó ayer en un proyecto conjunto con el Departamento de Educación.

Y aunque Felipe asegura que lo vivido jamás se le borrará de su mente, pues incluso vio amigos asesinados, hubo algo que sí aprendió y que quiere compartir.

“Yo agarré la calle desde los 13 años y les puedo decir a los que andan en malos pasos o a los que creen que allá afuera hay cosas buenas, que en la calle no hay ninguna vida. Las calles no te quieren, no tienen ninguna simpatía con nadie. En la calle solo hay dos opciones: muerte o cárcel. Pero hay que moverse pa’ lante”, dijo el dominicano, quien en septiembre próximo empezará sus estudios de justicia criminal en John Jay College.

Junto al graduado estaba el maestro Carmine Guirland, quien maneja las clases de matemáticas y ciencias en la propia sede del Departamento de libertad condicional del Sur de El Bronx. Un maestro que recibió el premio Big Apple Award, como un reconocimiento por haber ayudado a más de 30 jóvenes en la misma situación de Felipe a hacer realidad su sueño de terminar la escuela, y quien el viernes estaba muy orgulloso.

“Este programa es un paso adelante en la vida de estos muchachos que los ayudará a tener nuevas oportunidades”, aseguró. “Tenemos estudiantes motivados que vienen y ven las diferencias y los cambios que pueden lograr luego de graduarse”.

Tim Salyer, comisionado asistente de los servicios de adultos de la oficina de Libertad Condicional de El Bronx, hizo un llamado a los jóvenes para que aprovechen el programa de equivalencia de educación secundaria. “Este es el comienzo de un camino lleno de éxitos”.

Aixa Padillo, oficial de la oficina de Libertad Condicional de El Bronx, ve de manera positiva esta opción que se le da a los muchachos entre 18 y 24 años que estén en “probatoria”, y dijo que incluso eso puede ayudarlos a reducir los tiempos ordenados por el juez.

“Muchos de ellos han tenido diferentes tipos de ofensas y delitos menores, y a través del departamento de libertad condicional les damos la oportunidad de crecer”, dijo. “Depende de cómo se comporten, si se reportan semanalmente, si no se meten en problemas, puede que cinco años se le baje a dos y medio. Todo depende de ellos”.

Y mientras Felipe se tomaba las fotos con su tío Edison Valdés, quien lo acompañó a la graduación, y con sus maestros y consejeros, le pidió a los padres de familia que vigilen más a sus hijos y que apliquen tres cosas clave que hacen la diferencia: sepan siempre  dónde están, siempre sepan que están haciendo y siempre sepan con quién están.

Luego el joven, quien actualmente trabaja en una escuela en un programa de campamento de verano, lanzó una frase que resume su sentir. “Para mí ahora hay un nuevo camino. Yo antes estaba en un camino malísimo y por fin agarré el bueno. Voy pa’lante”.

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