La ‘Trump City’ que quizá no conocías en Manhattan
En una zona privilegiada del Riverside South se levanta un conjunto de torres con el nombre del magnate y que crearon una polémica ahora olvidada, aunque no por todos
En los años 70 y durante décadas, Donald Trump se movió a sus anchas por Nueva York. Hay muchos edificios en la Gran Manzana que dan fe del poderío constructor del magnate por aquella época, aunque no todos los rascacielos son tan conocidos como la Trump Tower de la Quinta Avenida.
En muchos casos, además, al cemento y ladrillos se les unió la polémica y las construcciones acabaron formando parte de la oscura historia urbanística de NYC y no sólo de su skyline.
A las orillas del río Hudson, en el Upper West Side (desde la calle 59 y hasta la 72), se levantan una serie de torres con el nombre del candidato republicano en letras doradas. Esta construcción cambió la cara de lo que ahora se conoce como Riverside South y colgó la marca “TRUMP” a lo largo de algo más de media milla.
Television City, Trump City o Trump Place y Riverside South
Las historias de macroconstrucciones, escándalos urbanísticos y ventas millonarias entre empresarios suelen ser difíciles de entender. El negocio que se organizó entorno a la Television City –que ha recibido varios nombres, Trumpville, Trump City o Trump Place– no es una excepción, pero conocer los tejemanejes que afectaron al Riverside Boulevard es importante para comprender los cambios de esta zona de Manhattan.
La Television City se convirtió en los años 90 en uno de los proyectos urbanísticos más ambiciosos de la ciudad, pero Donald Trump había comenzado mucho antes a hacer negocios con ese pedazo de tierra. Lo compró en 1974 y después de diseñar y “desdiseñar” varios proyectos (y que muchos millones de dólares pasaran por diferentes manos), propuso construir la enorme “meca de la televisión”.
El plan era levantar un espacio para los estudios de la cadena NBC, con 18 millones de metros cuadrados de extensión y con la que hubiera sido la torre más alta de la ciudad. Afortunadamente para los vecinos del UWS –no tanto para Trump– este proyecto acabó en catástrofe gracias a la férrea oposición comunitaria y tuvo como consecuencia millones de dólares desperdiciados y el reclamo del banco amenazando la propiedad.
Así nació Trump City o Trump Place, un proyecto menos ambicioso pero con igual impacto para los vecinos que, además de perder las vistas al río, verían enormemente incrementada sus renta (ya de por sí muy altas) y sufrirían un cambio total en el ambiente del barrio.
Después de una enorme batalla política y empresarial, un grupo de inversores de Hong Kong se hicieron con el control de la construcción, asumieron la enorme deuda en la que se había visto inmerso el magnate y colaboraron con él para crear un conjunto de condominios con cinco torres de apartamentos, que levantaron una muralla entre los residentes y el río, marcando el límite con el Riverside Park.
El área se renombró Riverside South y fue vendida por $1.8 billones en 2005, el negocio urbanístico más caro de la ciudad hasta aquella fecha y que, por supuesto, tampoco estuvo libre de polémica.
La fuerza de la costumbre
Con el paso de los años, muchos trabajadores y vecinos se han acostumbrado a la presencia de estas torres y es difícil encontrar por el barrio a transeúntes que recuerden el conflicto que creó su construcción.
Nelly Sánchez lleva 35 años en NYC, trabaja en uno de los edificios como babysitter y reconoce que, aunque no estaba al tanto de la historia, le parece que la Trump City ha traído trabajo al barrio y ha mejorado la zona del parque.
“El parque que hay debajo de Riverside Boulevard es muy bueno para los niños, lo han dejado muy bien y no aceptan a personas que no estén al cuidados de los muchachos y eso da tranquilidad. Me parece que está limpio y los edificios son bien lujosos. Entiendo que esta construcción afectó a los vecinos en su momento pero ahora lo veo parte del vecindario”, contaba esta dominicana.
Pero el cambio no ha sido igual para todos.
Wito Alce vive ahora en el Upper East Side pero, por la fuerza de la costumbre, sigue acercándose a esta zona de Manhattan a pasar el rato con sus amigos, boricuas como él, pues muchos de ellos siguen residiendo en el vecindario. Con ellos, suele ir a pescar al río Hudson.
“Es curioso porque hay algo del barrio que no ha cambiado tanto: la comunidad sigue estando unida. Esta sigue siendo nuestra zona de reunión. Lo que pasa es que ya no nos pertenece, parece que todo es de Trump. A mí, y con todos los respetos, este tipo de construcciones no me agradan y creo que a los latinos nos afectan especialmente. Estos edificios los construyeron manos hispanas y ahora Trump se porta así con nosotros, no parece justo, ¿verdad?”, contaba Wito con pausas, reflexionando sus palabras.
“Mira, yo no tengo nada contra nadie pero creo que lo está haciendo mal porque le está faltando el respeto a los trabajadores mexicanos, colombianos, puertorriqueños… Supongo que es porque ya tiene el dinero de estos edificios. Pero bueno,a mí personalmente esto ya no me afecta, estoy jubilado y no vivo por otra zona, pero creo que a nivel comunitario es importante dar la opinión”, continuó Wito, que llegó a NYC con tres años y es miembro un Community Center del Upper West Side, entre la calle 64 y 65. Allí algunos voluntarios se reúnen mensualmente para hablar de los edificios y los problemas que tienen los vecinos.
“Yo recuerdo que los 4 de julio veíamos los fuegos desde las casas y ahora ya no se puede. Son este tipo de cosas en las que ves cómo cambia todo”, confesó Wito mientras preparaba el cebo, listo para pescar en el Pier 1.
Las maravillas del parque
El Riverside Park Pier 1 es sin lugar a dudas una de las joyas de la orilla oeste de Manhattan. Forma parte de la extensión del parque Riverside y cuenta con vistas directas a Nueva Jersey.
Además, a la entrada del Pier se encuentra un rinconcito digno de una parada. El Café Pier I es perfecto para descansar y disfrutar de un ambiente relajado, que sólo se mueve gracias al impulso de los deportistas que corren por el paseo del río. Un remanso de paz en el corazón de la ciudad.
Cómo llegar
- En bus: M57 y M66 pasan por West End Avenue.
- En metro: Líneas 1, 2 y 3 hasta la 72.