Informe de crédito, acabamos con cinco mitos
Ni un aumento de salario, ni el uso de la tarjeta de débito le ayudan con su crédito
Es una de las cuestiones más cruciales y que más confusión causa entre los consumidores. El informe de crédito.
La lista de mitos que rodea a este informe y las tres cifras con las que se concreta el mérito crediticio de cada cual, es decir, cuán de fiar es por los prestamista es muy larga. Y por cada mito puede haber un error que rebaje esa cifra que abre las puertas a un crédito y sus condiciones económicas. El informe de crédito y el score o puntaje dan la medida de cómo se gestiona lo que se debe.
Una reciente encuesta de Transunión, una de las agencias de crédito, afirma que que más de la mitad de los consumidores consultados pensaba que su salario, edad y su historia como trabajador son factores relevantes. No lo son. Lo grave, según Transunión es que en 2015 el 47% de quienes miraban regularmente su informe pensaba que un aumento de salario permitía una mejora de este y en apenas un año este mito se ha extendido y el 54% lo cree.
Transunión también ha encontrado que cuanto más jóvenes, más se creen algunas de las historias sobre cómo se llega al puntaje crediticio.
Y ¿Cuáles son los mitos?
- Sabiendo solo mi puntaje, entiendo cómo está mi salud financiera, no necesito ver mi informe crediticio en su totalidad.
Falso. El puntaje le da una medida de su situación financiera pero es incompleta y solo leyendo el informe crediticio en su totalidad se puede entender qué comportamiento suma o resta. Para controlar la posición crediticia de cada uno es crucial saber qué es específicamente lo que pesa y lo que no en la historia crediticia.
- Lo importante es pagar, aunque sea tarde.
No. Lo ideal es pagar todo lo que se debe y a tiempo. Es más, es mejor pagar menos (el mínimo que se debe en la tarjeta de crédito, por ejemplo) que hacer un pago tardío. El retraso en un pago es una mancha en el informe que tarda nada menos que siete años en borrarse.
- Solicitar el informe crediticio me rebaja el puntaje
No siempre. Hay dos maneras de solicitar este informe. La primera se llama “soft inquiry” y es la que normalmente hace una persona o una empresa cuando quiere conocer el informe crediticio para chequear la posición financiera de alguien. Lo puede hacer un prestamista cuando preaprueba un crédito o uno mismo. Hay veces que se hacen estas inquiries sin que lo sepa el titular de esa historia crediticia pero no afecta de ninguna manera la historia y el puntaje.
La otra fórmula es la “hard inquiry” que la hace un prestamista (quien conceda una hipoteca o una tarjeta) cuando va a extender un crédito. El efecto es, no obstante, mínimo y dura apenas dos años en la historia crediticia. Por eso es conveniente no solicitar muchas tarjetas de crédito, y menos de tiendas, a la vez, por ejemplo.
- El salario se refleja en mi puntaje de crédito.
No. Muchos prestamistas evaluan el salario para saber si hay capacidad de devolución del crédito pero lo que se cobra, los aumentos o las disminuciones de salarios no afectan al puntaje por más que faciliten o compliquen la devolución de un préstamo.
- El uso de la tarjeta de débito ayuda a formar historia crediticia
No. Las tarjetas de débito, las preferidas de los mileniales frente a las de crédito, ayudan a mantenerse en un presupuesto y no incurrir en más gastos de los que se pueden asumir pero hasta ahí llega. Al no suponer crédito, no da indicaciones de cómo el consumidor lo gestiona.
Qué es lo más importante?
Hay dos consejos que dan constantemente en las agencias de crédito.
- Pagar en plazo. En caso contrario se pagan, intereses, comisiones y a medio y lago plazo más en intereses.
- Que no se use completamente una línea de crédito, entre un 20% y un 30% de esta es lo apropiado. ¿Por qué? Porque a los acreedores no les gusta que se use todo el dinero que se tiene a disposición ya que se manda la señal de que puede haber problemas a la hora de devolver la deuda.
¿Quién tiene acceso?
La lista es larga. Además del titular, los posibles prestamistas, quienes conceden la hipoteca, los caseors, las compañías de seguros de carros, las agencias de cobro de deuda, las empresas de luz, agua y gas, las agencias de calificación de deuda como Transunión, y en algunos estados, los empleadores.