Niños y jóvenes de minorías expresan temor y tristeza tras las elecciones

Maestros y padres tratan de consolar a muchos niños, particularmente latinos, que han expresado sentimientos negativos respecto al triunfo de Donald Trump

Padres y maestros en todo el país están reportando tensión en escuelas, entre niños de diversos grupos étnicos y escenas de temor y llanto en las casas y salones de clase, tras conocerse el resultado de las elecciones del martes.

La Opinión recibió una avalancha de testimonios de padres y maestros, en su mayoría latinos, pero también otros, que revelan a una juventud sorprendida y atemorizada por la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y dudas sobre lo que esto significa para el futuro de estas familias.

“Todos mis estudiantes estaban afectados emocionalmente”, contó Mariana Ramirez Carrillo, una maestra del Distrito Escolar de Los Angeles. “Tienen miedo de lo que pueda pasar, y están enojados. Tuve que hacer conversaciones todo el día, dejarlos que sacaran lo que sentían. Los insté a buscar soluciones y quieren organizar un foro con abogados de inmigración para que las familias sepan sus derechos”.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, como otros distritos escolares alrededor del país, está ofreciendo asesoramiento (counseling) a quienes lo necesiten y el presidente de la junta escolar Steve Zimmer, escribió una carta a los padres y la compartió por medios sociales, indicando que los maestros y otro personal escolar estarán presentes para escuchar y asegurar a los niños sobre su seguridad.

En Florida, uno de los estados que votó mayoritariamente por Donald Trump, la venezolana Alicia Civita contó que un compañero le dijo a su hijo de 10 años “vete de regreso a México”.

“Mi hijo nació en Nueva York y es de padres venezolanos y argentinos”, explicó Civita. “El respondió que se regresara a Siria, y lo llamó bully y terrorista. No sé cómo sabe de Siria pero me sentí orgullosa y triste, porque mi hijo se defendió, pero al mismo tiempo estereotipó a un grupo de personas. No sé qué está pasando en este país”.

En muchas escuelas, sobre todo en las que tienen mayor diversidad de estudiantado o estudiantes de minorías raciales, los maestros tuvieron que lidiar con tensión entre alumnos o dejar que los niños y adolescentes expresaran lo que sentían.

René Colato, un maestro de escuela en Los Ángeles, pidió a sus alumnos lo hicieran dibujando.

Un niñito de Guatemala escribió que estaba muy asustado por su familia. “Yo me siento muy triste, muy triste porque ganó Donald Trump”, escribió el niño. “Yo estoy triste porque nos pueden mandar a Guatemala, y yo no quiero que nos manden a mi familia”.

En Silver Spring, Maryland, Jessica Olivares Garfias contó que su hija de 9 años preguntó “¿Y ahora que vamos a hacer?”.

“No supe qué responderle, ella teme que las familias de sus compañeros de clases sean separadas”, dijo.

Marci Raub, de Lexington, Carolina del Norte, dijo que la profesora de inglés de la escuela de su hija es méxicoamericana y antes de comenzar clases el miércoles por la mañana, habló a sus estudiantes.

“Les dijo que entendía cualquier preocupación que pudieran tener , pero que si escuchaba a algún alumno hablando en forma racista o amenazante contra cualquier otro estudiante, que sería disciplinado”, contó Raub. “Después de eso mi hija estaba mucho más calmada, ya que tenía mucho miedo”.

En Sunnyside High School, en Tucson, Carlos Romero escuchó a un alumno decirle a otro: “¿Ya hiciste tus maletas? No, ¿por qué?, contestó el otro. “Porque tu eres el más moreno de piel y por ahí viene Trump!”.

Brenda López, de Phoenix,  reporta que su hija de 13 años le preguntó si se podía hacer algo para votar en contra de Trump después de su elección. “En cuatro años, hija, en el 2020”, le contestó. “Lo siento mamá, todavía no tendré 18 años, votaría en su contra por tí mamá”.

Sara Parra, de Del Mar, California reportó que su hija de 12 años le preguntó si la familia sería deportada.

“Lo más irónico del asunto es que mi familia ha estado aquí antes del Mayflower y mi esposo es segunda generación méxicoamericano”, dijo Parra. “Está claro que todos debemos temer”.

Monica Arroyo Khatib trabaja en una escuela islámica primaria y secundaria. “Muchos jóvenes tienen miedo”, contó.

En Fontana, California, el hijo de cuarto grado de Fernando Vich llegó a casa confundido. “Me preguntó si era verdad que teníamos que irnos del país porque en su clase varios niños le preguntaban ¿cuándo te vas a México? y que incluso la maestra hizo varios chistes malos”.

Algunos niños no entendían cómo es que un personaje tan controversial que ha atacado a tantos diversos tipos de personas pudo convertirse en el hombre más poderoso del mundo.

“Mi hijo de 6 años me preguntó que cómo era posible que un hombre que llama cochinas a las mujeres y trata mal a los niños -se refería a los discapacitados-podía ganar la elección. Esto me estremeció por dentro. Mi esposo y yo jamás hablamos de la elección frente a los niños, y esto lo oyeron de las noticias que estaban aprendidas durante el desayuno”, dijo Andrea Klein, de Ladera Ranch, en el condado de Orange, California.

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