En segundo aniversario de “deshielo”, crece incertidumbre sobre política hacia Cuba

La Administración de Obama celebra el "deshielo", pero no todos están de acuerdo

WASHINGTON.- La Administración Obama mantiene una campaña de convencimiento sobre los beneficios del “deshielo” entre EEUU y Cuba que anunció hace dos años, ante el riesgo de que el entrante gobierno retome la antigua política de hostilidad hacia la isla.

Mañana sábado se cumplirá el segundo aniversario del anuncio que hiciera el presidente Barack Obama de que ambos países enterrarían “el último remanente de la Guerra Fría” para restablecer relaciones diplomáticas y promover una normalización plena.

El anuncio se ajustó a la promesa electoral de Obama en 2008 de adoptar una política de acercamiento con países hostiles a EEUU, y de inmediato se granjeó elogios y críticas.

Tras la muerte de Fidel Castro el pasado 25 de noviembre, el presidente electo, Donald Trump, advirtió en Twitter que “si Cuba no está dispuesta a negociar un mejor acuerdo para el pueblo cubano, el pueblo cubanoamericano y EEUU en general, yo le pondré fin al acuerdo” de Obama.

Trump estaría abierto a un “mejor acuerdo”, según su equipo de transición, si el presidente cubano, Raúl Castro, ofreciera más a cambio, incluyendo la liberación de presos políticos.

Durante la contienda, Trump dio señales mixtas sobre cuál sería su política: primero pareció estar de acuerdo con la apertura pero en octubre pasado, en un guiño a los votantes conservadores del exilio cubano en Florida, sugirió que revertiría los cambios.

Cambios tangibles

En los últimos dos años, el gobierno de Obama celebra los cambios tangibles y el proceso gradual hacia la normalización plena de las relaciones.

Esos cambios incluyen la reapertura de las embajadas en Washington y La Habana, la flexibilización de viajes y remesas, el restablecimiento del servicio de correos, vuelos y cruceros comerciales, servicios de telefonía celular de empresas estadounidenses, y más intercambios económicos, culturales, académicos, científicos y religiosos.

Cientos de personas asisten a la reapertura de la Embajada de EEUU en Cuba. (Foto: Getty Images)
Cientos de personas asisten a la reapertura de la Embajada de EEUU en Cuba. (Foto: Getty Images)

Además,  la apertura y las reformas económicas iniciadas por el gobierno cubano, han incentivado el florecimiento de un embrionico sector privado en Cuba que, según el exsecretario de Comercio, el republicano Carlos Gutiérrez, ayuda a impulsar los derechos humanos.

“La ampliación del sector privado ayuda a los cubanos a reducir su dependencia del sector estatal y, como ha dicho el exsecretario Gutiérrez, eso mejora sus oportunidades, y eso repercute sobre sus derechos humanos”, explicó Peter Kornbluh, analista del “National Security Archive” y coautor del libro “Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations Between Washington and Havana“,  junto al académico William LeoGrande.

Esta semana, uno de los principales asesores políticos de Obama, Ben Rhodes, dijo en una conferencia telefónica que revertir la apertura “sería perjudicial” para las empresas de EEUU, para el pueblo cubano y para las relaciones de este país en América Latina, aunque reconoció que a EEUU le sigue preocupando la situación de derechos humanos en la isla.

Rhodes, quien lideró las negociaciones secretas durante más de un año, asegura que revertir las medidas, que han abierto espacios para el pueblo cubano, solo daría armas a quienes en Cuba se oponen a un acercamiento con EEUU.

Quedan otros asuntos pendientes en la agenda bilateral, entre éstos el levantamiento del embargo, que reclama Cuba, y la indemnización por bienes expropiados a estadounidenses tras la Revolución de 1959.

Según LeoGrande, experto en asuntos cubanos en la American University, Cuba ya había iniciado una serie de cambios desde años antes de la muerte de Castro que, a su juicio, facilitarán una transición hacia mayores reformas económicas. La política de apertura no sólo mejoró las relaciones de EEUU en América, según reconoció Rhodes, sino que a Cuba le facilita la ampliación del comercio y demás intercambios con este país, dijo LeoGrande.

No todos celebran

Muchos detractores, incluyendo el senador demócrata de Nueva Jersey, Bob Menéndez y el legislador republicano por Florida, Mario Díaz-Balart, ambos de origen cubano, insisten en que EEUU hizo “concesiones” sin que Cuba haya tomado medidas hacia la democratización y el respeto de los derechos humanos.

Díaz-Balart puso de ejemplo el  arresto ayer de la activista del grupo “Damas de Blanco”, Berta Soler,  para destacar el creciente número de informes de la “opresión y brutales arrestos políticos” en Cuba.

Otro disidente, Danilo Maldonado Machado, alias “El Sexto”, sigue en prisión después de que fuera arrestado tras la muerte de Fidel Castro el pasado 25 de noviembre, según el congresista.

“La política de apaciguamiento del presidente Obama no ha ayudado al movimiento pro-democracia cubano, como queda evidente con los más de 9,000 arrestos políticos este año”, y los arrestos de Soler y Machado, precisó.

Incertidumbre sobre futuro de apertura

Desde antes que ganara la presidencia Trump, la incertidumbre sobre el futuro de la medida “pie seco, pie mojado”, que dentro de la “Ley de Ajuste Cubno” autoriza la residencia permanente a todo cubano que pise suelo estadounidense, ha provocado el éxodo de miles de cubanos desde diciembre de 2014.

Ese éxodo emana de la ansiedad de que, ante el colapso de la economía de Venezuela –un aliado clave de La Habana- y salvo para los cuentapropistas y los que reciben remesas, se hace difícil el diario vivir en medio de la escasez y bajos salarios.

Para los partidarios de la nueva política, la esperanza es que Trump atienda su instinto empresarial y reconozca que la política de aislamiento no funcionó durante más de 55 años, y no obtendría mayor ganancia política si revierte las medidas de Obama.

Con un sólo tuiteo, Trump ha puesto en peligro años de diplomacia abierta y secreta para crear un ambiente positivo y buenas relaciones con Cuba… Obama aprendió una lección que Trump debe entender para tener un buen diálogo: los cubanos no hacen concesiones, no ceden a exigencias ni se dejan intimidar“, enfatizó Kornbluh.

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