Cinco claves para entender la reforma financiera que Trump inicia

El presidente empieza a desmantelar la reforma financiera con la que se reaccionó a la Gran Recesión

El presidente Donald  Trump firma una orden ejecutiva para revisar la reforma financiera de 2010, la ley Dodd Frank./Efe

El presidente Donald Trump firma una orden ejecutiva para revisar la reforma financiera de 2010, la ley Dodd Frank./Efe Crédito: Efe

El presidente, Donald Trump, ha firmado ordenes ejecutivas para deshacer la reforma de la banca, conocida como ley Dodd-Frank, y la orden de su predecesor sobre la obligación fiduciaria de los asesores de planes de pensiones. Los textos de las órdenes no se conocen al publicar esta nota. ¿No le afecta? Las órdenes son una marcha atrás sobre las reglas puestas en marcha con el objetivo de que no se repitiera la crisis financiera y debido al alto riesgo que asumió la banca y que llevó al país a la Gran Recesión y a millones a perder sus casas, sus ahorros y sus trabajos.

Les explicamos en cinco puntos.

¿Qué es la ley Dodd-Frank?

Es la regulación aprobada en 2010 por el Gobierno de Obama (solo la apoyaron tres republicanos en el Congreso) para evitar que los bancos tomaran riesgos excesivos y proteger a los consumidores. Llegó poco después de que los bancos tuvieran que recibir dinero público para evitar cierres masivos y la caída del sector financiero. Esta ley creó la Oficina de Protección al Consumidor Financiero (CFPB en en ingles) que está contestando a las quejas sobre cobradores de deudas, los costos de los sobregiros y estudiando cambios en los créditos de alto costo (payday loans), entre otras cosas. Es una ley muy densa y ha restringido la actividad bancaria en muchas actividades de alto riesgo. Su objetivo era que la crisis del crédito que originó la Gran Recesión no volviera a ocurrir y aunque no llegó a prohibir que los bancos fueran “muy grandes como que no pudieran caer” (lo cual obliga a los contribuyentes a salvarlos) si obliga a evitar crisis asegurando más capitalización bancaria y forzando a la banca a tener planes en caso de que se desmorone como ocurrió en el dramático caso de Lehman Brothers. En la banca y en Wall Street nunca gustó esta ley.

¿Por qué quiere Trump reducir su alcance?

Porque afirma que el control del riesgo ha restringido la labor de los bancos y estos no están prestando dinero a las empresas para que estas, a su vez, inviertan y generen empleo. Es algo que repitió el asesor económico del presidente en la cadena Fox, Gary Cohn, quien hasta hace semanas era un alto ejecutivo en el banco de inversión Goldman Sachs a quien nad. Los datos de la Reserva Federal sobre préstamos comerciales no apoyan este argumento.

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¿Cuáles son las partes de esta ley que menos gustan a la banca de inversión?

Hay varias. La obligatoriedad de tener ciertos ratios de reservas y capital para asegurar la solvencia de los bancos y la regla Volcker son las más criticadas. La CFPB tampoco goza del favor de los grupos conservadores.

¿Qué es la regla Volcker?

La prohibición que tienen los bancos de invertir con dinero de sus cuentas en actividades de alto riesgo y para su propio beneficio. Es algo que limita su relación y actividad con hedge funds y fondos de capital riesgo. El objetivo es que la banca se mantenga al margen de movimientos altamente especulativos. Algunos de ellos en el pasado han creado conflictos de intereses con sus clientes y otros han dejado mil millonarios agujeros en las cuentas de los bancos lo que les hace vulnerables. Uno de los agujeros más llamativos fue el del llamado London Whale, una apuesta financiera que dejó unas pérdidas de más de $6,000 millones en las cuentas de JP Morgan.

¿Y qué es el deber fiduciario que no quiere Donald Trump (ni muchos de los bancos ni partes de Wall Street)?

Barack Obama ordenó que a partir del 10 de abril las personas que ahorraran para sus planes de jubilación recibieran asesoría sin conflictos de intereses de las empresas que gestionan sus 401k o IRAs. Es decir que las entidades financieras y las personas que ofrecen ayuda para invertir lo hagan teniendo como objetivo e intención el mejor interés de los clientes a cambio de una compensación razonable. Los clientes, primero. Las firmas de Wall Street dicen que eso convierte a la asesoría de inversión en estos productos en algo muy caro y restringe las opciones de los clientes. El nuevo presidente, se vuelve a poner de su lado. Pese a ello, algunos bancos y empresas financieras que ya habían empezado o culminado la transición a la nueva norma de Obama mantendrán el deber fiduciario que quería la Administración Obama.

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