Demandan a DHS en defensa de los coyotes

El ecosistema que también se vería afectado por el muro de Trump

WASHINGTON.- En la “era de Trump”,  también los coyotes, los verdaderos coyotes, corren peligro de perder su hábitat con la construcción del prometido muro fronterizo, pero un grupo ecologista y un legislador demócrata han entablado una demanda para poner pausa al proyecto hasta que el gobierno realice un estudio sobre su impacto ambiental.

El Centro para la Diversidad Biológica, y el congresista demócrata de Arizona, Raúl Grijalva, el demócrata de mayor rango en el Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, presentaron ayer una demanda contra el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para que sus agencias hagan una investigación exhaustiva de las repercusiones que arrastraría el muro en el medio ambiente.

Se trata de la primera demanda de su tipo contra el plan del presidente Donald Trump de expandir la “militarización” de la frontera sur de EEUU, y de construir “un gran muro”, y los ecologistas quieren proteger la zona.

El Centro, una organización no partidista, ha documentado la belleza y los retos de los parajes fronterizos. Por ejemplo, en las últimas décadas, las autoridades han tenido construir y reconstruir constantemente una barrera en el océano Pacífico debido a la erosión y desgaste de la arena causada por las mareas.

El costo total de esta “construcción cíclica” jamás se ha publicado, pero San Diego es uno de los sectores más militarizados y más costosos de la región fronteriza.

En el marco de su lema por “recuperar la grandeza de EEUU”, el presidente Donald Trump ganó las elecciones de 2016 con promesas de “mano dura” contra la población indocumentada, y de construir un “gran muro” para evitar la entrada de “malos hombres” al país.

Ahora, con un Congreso dividido sobre cómo financiar ese muro, el propio secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, ha reconocido ante el Senado que es imposible instalar un solo muro y que estudia distintas “variaciones” del proyecto fronterizo.

Buscan protección ambiental en comunidades fronterizas

El director ejecutivo del Centro, Kierán Suckling, advirtió en un comunicado que el muro  “dividirá y destruirá”  a las comunidades y los paisajes silvestres en la frontera.

“Las especies en peligro de extinción, como los jaguares y los gatopardos, no observan fronteras internacionales y no deben ser sacrificados por una innecesaria militarización de la frontera… su supervivencia y recuperación depende de que puedan movilizarse” sin obstáculos, afirmó Suckling.

La demanda exige que el DHS y la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por su sigla en inglés), evalúen el impacto ambiental del programa de reforzamiento de la seguridad fronteriza que, además del muro en la frontera de 2,000 millas, contempla la construcción de carreteras, patrullas de vehículos todoterreno, tendido eléctrico de alta intensidad, instalación de retenes y construcción de campamentos base, y otros proyectos.

Eso preocupa a los ecologistas, que temen que el muro perjudicará al medio ambiente desde el océano Pacífico hasta el Golfo de México, una zona donde viven millones de personas, es el hábitat de jaguares y lobos grises mexicanos, y contiene terrenos públicos protegidos como el Parque Nacional Big Bend, y el Monumento Nacional “Organ Pipe Cactus”.

Lo que exige la ley

En entrevista con este diario, Grijalva destacó la urgencia de “poner pausa al muro” hasta que el gobierno estudie sus repercusiones ambientales, sociales y económicas en la región.

El legislador demócrata de Arizona, Raúl Grijalva, exige estudio ambiental para poner “pausa” al muro fronterizo

Según explicó Grijalva, el “Acta de Política Ambiental Nacional” (“National Environmental Policy Act”, NEPA) exige que las agencias federales realicen un estudio exhaustivo del impacto ambiental de proyectos de infraestructura antes de hundir pala al terreno o pegar el primer ladrillo.

“Un estudio semejante, con datos científicos y concretos, daría al público una garantía de transparencia. Estamos seguros de que el muro traerá consecuencias negativas en la frontera”, enfatizó Grijalva, cuyo distrito 3 comparte 300 millas de frontera con México y es el más grande de Arizona ante el Legislativo.

En este caso, el estudio evaluaría el impacto de la construcción del muro en el agua, la fauna, el hábitat de los animales en la zona, y la calidad de vida de la población fronteriza.

En 2001, cuando se realizó un primer estudio ambiental sobre las acciones policiales para la seguridad fronteriza, las autoridades determinaron que lo más cauto sería realizar construcciones limitadas, en parte para proteger a las especies en vías de extinción.

Ese análisis cubrió un período de cinco años pero no se ha actualizado desde entonces.

La “fábula” de Trump

Para Grijalva, la retórica y la promesa con las que ganó Trump, y que ha mantenido desde entonces, son una “fábula”, además de que en el Congreso “nadie sabe de dónde saldrán los $24,000 millones para el muro, ni cómo ni dónde se construirá”.

“Esta insistencia de Trump y de su fiscal general, (Jeff) Sessions, de construir un muro es más retórica política, sólo que no es tan fácil como lo pintan… quienes votaron por él, que le compraron su cuento, tienen que saber el daño de este muro”, continuó Grijalva.

Haciéndose eco de su bancada y grupos progresistas afines, Grijalva señaló que la Administración Obama registró una cifra récord de 2,8 millones de deportados, y la inmigración ilegal ha bajado drásticamente.

Además, EEUU ha aumentado la cantidad de arrestos de narcotraficantes y de confiscación de drogas, lo que ha contribuido a que las ciudades a lo largo de la frontera figuren entre las más seguras del país.

De hecho, un análisis de la Oficina de Supervisión Gubernamental (GAO) de 2013 sobre 24 condados en la frontera del suroeste determinó que, en general, las tasas de crímenes violentos y contra la propiedad fueron más bajas en 2011 que en 2004.

Grijalva criticó que la Administración Trump regrese constantemente al tema del muro y la seguridad fronteriza como una “distracción” de asuntos como Rusia, la crisis en Siria “y cualquier otra cosa que le esté saliendo mal”.

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