Oficiales del NYPD aprobaban permisos de armas a cambio de “baile, botella y baraja”

Desbaratan presunta red de corrupción vinculada al Departamento de Policía de Nueva York

NUEVA YORK – Un caso de corrupción pone en tela de juicio al Departamento de Policía (NYPD). Tres exfuncionarios de la Uniformada y un abogado que en el pasado se desempeñó como asistente de fiscal fueron arrestados este martes por su presunta participación en delitos de sobornos por armas de fuego.

El caso se destapó en el marco de una investigación federal que reveló que los exoficiales involucrados en los hechos se aprovecharon de su cargo para tranzar permisos de armas por vacaciones pagadas, joyas, fiestas, dinero en efectivo y visitas a clubs de striptease.

Según informó el fiscal para el distrito sur de Nueva YorkJoon H. Kim, en una conferencia de prensa, el caso de corrupción afectó a “la División de Licencias del NYPD hasta sus niveles superiores” y “generó una industria doméstica de sobornadores y disfrazados de facilitadores” de estos chantajes.

Entre los acusados están Paul Dean, un exteniente de la Policía que ocupaba el segundo cargo más alto de la División de Licencias. Dean se retiró de su puesto en enero de 2016 y, hasta entonces, supervisaba al menos a 20 uniformados. En sus manos estaba la autoridad para aprobar o rechazar permisos o actualizar solicitudes para el uso de armas de fuego.

Según detalló la autoridad, el exmiembro de la Policía sobornó a los postulantes que buscaban obtener estas licencias y con ello consiguió cenas gratis, alcohol, reparaciones de su carro, entretenimiento, viajes e incluso ingreso a clubs nocturnos.

Otros de los acusados fue identificado como Robert Espinel, un exoficial de la Uniformada, quien trabajó en la misma división hasta que se retiró el año pasado. El tercer detenido fue Gaetano Valastro, exdetective, quien ahora cumplía el rol de “facilitador” y era dueño de una tienda de armas. El cuarto miembro de esta red fue identificado como John Chambers, abogado que trabajó entre 1983 y 1985  como asistente del fiscal del distrito de Brooklyn.

“Presuntamente, ellos vendieron su juramento de servir y proteger, pusieron a la venta el deber de hacer su trabajo”, afirmó Kim. “Simplemente otorgaron licencias de armas a cualquiera que los agentes de soborno les traían, sin realizar las verificaciones de antecedentes requeridas y sin cuestionar su necesidad de una licencia de armas”.

Según el fiscal, “más de 100 permisos de armas fueron emitidas de esta problemática manera”.

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