Trump inicia búsqueda de reemplazo del director del FBI en medio de crisis política

Los demócratas presionan para que haya un fiscal especial para el caso sobre Rusia

WASHINGTON.-  El presidente Donald Trump defendió este miércoles su despido del director del FBI, James Comey, al iniciar la búsqueda de su reemplazo, en medio de una crisis política mayúscula en Washington mientras la oposición demócrata exige que un fiscal independiente asuma la investigación sobre la injerencia de Rusia en las elecciones.

“Muy sencillo, (Comey) no estaba haciendo un buen trabajo”, afirmó hoy Trump en la Casa Blanca, quien más adelante en Twitter acusó a los demócratas de “hipócritas falsos” porque éstos antes se quejaban de Comey.

Mientras, una portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo hoy en reiteradas ocasiones a la prensa que Trump quería despedir a Comey desde enero pasado y prefirió darle “otra oportunidad”, pero perdió “confianza” en él en los últimos meses por sus errores y desaciertos.

Una portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo que la Administración Trump no considera necesario un fiscal independiente para la investigación sobre Rusia. Foto: María Peña/Impremedia

Sanders afirmó que la Casa Blanca no considera necesario designar a un fiscal independiente y que, de hecho,  le interesa que la investigación sobre Rusia concluya pronto para centrarse en sus prioridades.

Trump tiene autoridad del Congreso para cambiar al director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) pero el súbito despido –Comey se enteró mientras daba un discurso en Los Angeles (California)– generó críticas de politización, y sospechas de que la Administración oculta algo sobre la presunta intromisión electoral de Rusia.

Trump hizo sus primeras declaraciones públicas sobre Comey tras una reunión hoy con el canciller y el embajador de Rusia en Washington, Sergey Lavrov, y Sergey Kislyak, respectivamente, a puerta cerrada y sin acceso a la prensa.

Grupos progresistas realizaron una protesta frente a la Casa Blanca y ha programado otras en otras ciudades para exigir una solución a lo que consideran una “crisis constitucional”. El grupo “Moveon.org”, ya ha recabado más de 900,000 firmas a favor de un fiscal independiente.

Cerca de un centenar de activistas protestaron frente a la Casa Blanca para exigir un fiscal independiente. Foto: María Peña/Impremedia
Activistas “anti-Trump” lo acusan de ser “títere” del gobierno ruso. Foto: María Peña/Impremedia

Comey aparentemente fue despedido por su mal manejo de la investigación sobre los correos electrónicos de la excandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, cuando ésta era secretaria de Estado. La recomendación vino del fiscal general, Jeff Sessions, y su “número dos”, Rod J. Rosenstein, porque Comey no buscó el enjuiciamiento de Clinton.

Si el despido de Comey pretendía desviar la atención de la investigación sobre Rusia, la inusual coordinación entre el Departamento de Justicia y la Casa Blanca que lo precedió sólo ha aumentado la atención del Congreso y de la prensa sobre el asunto.

“Afrontamos una crisis constitucional… pero (el despido) no frenará las investigaciones sobre Rusia.  El despido de Comey suscita interrogantes sobre si el presidente Trump está obstruyendo la justicia”, dijo en un comunicado John Bonifaz, presidente del grupo “Free Speech for People”, que apoya un juicio político contra Trump.

“La Cámara de Representantes debe cumplir su deber constitucional e iniciar una investigación sobre si el presidente cometió ofensas que justifiquen un juicio político. Está en juego nuestra democracia”, enfatizó Bonifaz, comparando la crisis actual con la de “Watergate” en la presidencia de Richard Nixon.

Demócratas exigen fiscal independiente

Comey también investigaba los posibles nexos de la campaña electoral de Trump con Moscú, y ahora el liderazgo demócrata en ambas cámaras del Congreso pide con una sola voz la designación de un fiscal independiente que asuma la investigación.

No hay manera de que el FBI pueda realizar su investigación libre de presiones políticas, argumenta la oposición, si se toma en cuenta que Sessions recomendó el despido, pese a que el mismo fiscal general tuvo que recusarse de la investigación sobre Rusia.

La senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, dijo hoy que la “verdadera pregunta” es si Comey fue despedido por la investigación de Clinton –algo que pudo haber ocurrido en enero-, o por su investigación de Rusia.

Feinstein prometió trabajar desde ahora con el senador demócrata por Connecticut, Richard Blumenthal, para la designación de un fiscal independiente que funcione “sin la interferencia de la Casa Blanca”.

También el senador republicano por Arizona, John McCain, se sumó hoy al coro de voces que exige una investigación independiente.

¿Politización del FBI?

El despido rompió una regla no escrita: normalmente, el director del FBI cumple su término no renovable de diez años en el cargo, sin importar cuál partido está en el poder, y sólo es despedido si comete violaciones de ética o surgen otras causas graves.

El último despido de un director del FBI ocurrió en 1993, con Williams Sessions, durante la presidencia de Bill Clinton, por violar reglas de ética al hacer uso personal de aviones del FBI y cometer otros actos ilícitos.

En el Congreso, tanto demócratas como republicanos expresaron consternación sobre la aparente politización del FBI, una agencia policial que se remonta a 1908 y cuyo primer director, J. Edgar Hoover, la lideró entre 1924 y 1972.

Los demócratas piden un fiscal independiente argumentando que el director del FBI, o quien reemplace a Comey, no puede estar al servicio de los caprichos políticos del presidente de turno.

En julio de 2016, Comey dijo que Clinton actuó de forma irresponsable con su servidor personal y los correos electrónicos, pero cerró la investigación sin presentar cargos en su contra, lo que generó airadas protestas de Trump y los republicanos.

Once días antes de los comicios presidenciales el pasado 8 de noviembre, Comey dijo que reabría la investigación a la luz de nuevas “evidencias”, algo que, según las encuestas, contribuyó a consolidar dudas entre parte del electorado sobre la transparencia de Clinton.

En ambos casos, según analistas, Comey no debió comentar sobre la investigación de Clinton, porque eso alimentó la percepción de que él estaba politizando el asunto para favorecer a Trump.

El hecho de que Comey prometió bajo juramento mantener al Congreso al tanto de la investigación, lo colocó en una coyuntura: si se callaba sobre los correos electrónicos descubiertos tras el cierre de la investigación, cometía perjurio; si hablaba, afectaría el resultado de las elecciones.

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