Nueva York debe de actuar en contra de los patrocinadores del odio

Se Hace Camino Nueva York y el Centro para la Democracia Popular recientemente expusieron los “patrocinadores del odio” del presidente Donald Trump. Estas son empresas que se benefician de una agenda tan impregnada de odio, prejuicios y codicia, que tendrían que estar voluntariamente ciegos para no verlo .

Nada es más peligroso que seguir actuando como si todo fuera normal durante una crisis moral en nuestro país. Sin embargo, parece que estas empresas —Goldman Sachs, Blackstone, JP Morgan Chase, Wells Fargo, IBM, Blackrock, Boeing, Uber y Disney— están más que felices de beneficiarse de la agenda de Trump

Ya sea financiando o invirtiendo en los centros de detención necesarios para la agenda antiinmigrante de Trump, licitando contratos con las agencias migratorias, apoyando su campaña e inauguración, o liderando una agenda antiobrera, las corporaciones tienen algo en común: permitir las políticas de odio de la Casa Blanca.

Porque Trump es muy bueno para un negocio cuando ese negocio está encarcelando a personas de color por delitos menores, y posicionándose para ganar de su encarcelamiento —como lo es para JPMorgan Chase. Una Casa Blanca de Trump es ideal para los negocios cuando se beneficia de la ruptura de los sindicatos, la reducción de los derechos laborales, y exprimir más de la clase media. En cuanto a la abrumadora mayoría de los estadounidenses, los que viven de cheque a cheque, luchando para pagar la educación universitaria de sus hijos, o soportando los recortes bruscos al sistema de salud, están en el lado opuesto de esa transacción: su dolor es el beneficio de otro.

La campaña denominado “los patrocinadores del odio” insta a estas empresas a cambiar sus prácticas para que no sean cómplices en contra de los ataques hacia la clase media, los musulmanes, y los inmigrantes.

Y aunque probablemente no serán influenciadas por el argumento moral, escucharán cuando se trata del dólar todopoderoso. Como la capital financiera del mundo, Nueva York no sólo tiene la obligación de presionar a estas empresas, sino que tiene poder que puede utilizar. Su fondo de pensiones es el tercero más grande de los Estados Unidos, con $178.6 mil millones. En las próximas semanas, presentaré legislación para desinvertir a ese fondo de pensiones de empresas más culpables de complicidad con la agenda de odio de Trump.

El estado necesita liderar el esfuerzo y trazar una línea en la arena. Si usted opta por beneficiarse de la política antiinmigrante de Trump, de las esfuerzos de desregulación y antilaborales que sangrarán a la clase media, o de la degradación ambiental que pone en peligro nuestro futuro, está en una posición precaria y sin carácter moral. Si Nueva York está realmente comprometido la resistencia a la agenda de Trump, es hora de utilizar los recursos que tiene para desasociarse de los patrocinadores del odio.

-Francisco P. Moya en un asambleísta estatal en Nueva York representando al distrito 39 en Queens. Es el patrocinador principal del Acta de Sueño y Acta de Libertad. 

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