La crisis de adicción a los opiáceos que azota a EEUU comenzó con una carta de 100 palabras

Una breve carta publicada en 1980 en el prestigioso New England Journal of Medicine fue utilizada durante años como evidencia de que los narcóticos no causaban adicción

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La de los opioides ha sido descrita como "la peor epidemia de adicción a drogas de la historia de Estados Unidos". Crédito: BBC

Un grupo de investigadores canadienses quería conocer el origen de la actual crisis de la adicción a los medicamentos opiáceos en Estados Unidos y Canadá, que está causando estragos en ambos países. Su trabajo les llevó hasta una carta publicada hace casi 40 años.

La misiva, que dice que los opiáceos recetados, como la oxycodona, no causan adicción, fue publicada por el New England Journal of Medicine (NEJM) en 1980.

Según la reciente investigación coordinada por el doctor David Juurlink, esa carta de 100 palabras fue clave en la actual crisis de adicción a los opiáceos.

Juurlink asegura que el prestigio de la revista ayudó a cimentar la errada convicción de que esos medicamentos, que a menudo se recetan para el dolor, eran seguros.

Falsa evidencia

El equipo de Juurlink encontró que la carta, escrita por el doctor Hershel Jick en 1980, fue citada más de 600 veces en las décas posteriores, usualmente para argumentar que los opiáceos no eran adictivos.

Esta semana el mismo New England Journal of Medicine publicó la crítica del doctor Juurlink a la misiva, así como su análisis de las veces que había sido citada por otros investigadores.

Frasco de OxyContin
Los fabricantes de opiáceos están siendo demandados.

“Creo que se puede afirmar que la misiva llegó muy lejos”, dice el especialista, quien es jefe del departamento de farmacología y toxicología del Centro de Ciencias Médicas Sunnybrook de la Universidad de Toronto.

La carta en cuestión, titulada “La adicción es rara en pacientes tratados con narcóticos”, solo tiene un párrafo. La única evidencia que cita es la anécdota de que de 11,882 pacientes hospitalizados tratados con opiáceos, solo cuatro sin historia previa de adicción habían adquirido una.

Según el doctor Juurlink, hay varias razones por las que el párrafo debió haber hecho saltar las alarmas. Para empezar, la carta únicamente describía los efectos de las drogas en pacientes hospitalizados , no en aquellos con dolores crónicos que habrían necesitado tomar analgésicos regularmente.

Y también describía únicamente los efectos de medicamentos que ya no son empleados hoy en día, lo que no evitó que fuera citada por muchos como prueba de que fármacos modernos como el OxyContin podían ser empleados sin riesgos fuera de un hospital.

Crisis de adicción

“No creo que lo que decía importara mucho, lo que importaba era el título y la publicación, esas cosas la hicieron llegar muy lejos”, dijo Juurlink. Pero, según el científico, en la actualidad los investigadores médicos aceptan que los opiáceos son altamente adictivos.

En 2016 el British Medical Journal pidió públicamente a los médicos limitar las prescripciones de opiáceos, para combatir la crisis de sobredosis que afecta a EEUU y otras partes del mundo.

En 2007, los fabricantes de OxyContin se declararon culpables de “falsedad de marca” en una corte federal de EEUU, por haber asegurado falsamente que su producto era menos adictivo que otros medicamentos para el dolor.

Y esta semana el estado de Ohio se convirtió en el segundo en EEUU, después de Mississippi, en demandar a los fabricantes de opiáceos por desencadenar “una crisis de salud que ha tenido profundas consecuencias sociales, financieras y morales”.

Mortificado

El autor de la carta, doctor Hershel Jick, quien ha testificado en contra de las estrategias de mercadeo de este tipo de medicamentos, dice que el objetivo de su artículo nunca fue justificar el uso extendido de opiáceos.

Me mortifica profundamente que mi carta al editor haya sido empleada como una excusa para hacer lo que estas farmacéuticas han hecho. Usaron la carta para hacer creer que estos fármacos no eran particularmente adictivos”, le dijo Jick a la agencia AP.

El doctor Juurlink no cree que algo similar pudiera ocurrir en la actualidad. En esa época, explica, para leer la carta había que ir a la biblioteca. Y mucha de la gente que la citó fue “descuidada”, afirma.

Hoy en día, la misiva de 1980 se puede leer fácilmente en línea y lo mismo ocurre con el desmentido de Juurlink. “Hoy Twitter la desmantelaría completamente en menos de un día” , afirma este último.

Y junto a la carta original en el New England Journal of Medicine ahora hay una nota que dice: “Por razones de salud pública, los lectores necesitan saber que esta carta ha sido citada abundantemente de manera poco crítica como evidencia de que la adicción a los opiáceos es rara”.

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