Control para el dolor: ¿Cuál es el tratamiento adecuado para ti?

Hay una gran variedad de píldoras y prácticas disponibles en la actualidad para las personas que sufren de dolor. Pero, asegúrate de entender cuáles son las limitaciones y los riesgos de cada una

Los antiguos romanos pensaban que al aplicar una descarga eléctrica en las sienes de las personas que sufrían de dolor de cabeza, mediante choques eléctricos provenientes del pez torpedo, se aliviaba el dolor.

No está claro si era útil aplicar descargas eléctricas con una anguila eléctrica o si sencillamente le daba a la víctima otra fuente de agonía en la cual enfocarse. Pero, no les llevó mucho tiempo a las personas descubrir otras fuentes para aliviar el dolor. En el año 1300 A.C., los incas en Perú descubrieron las hojas de coca, la fuente de la cocaína, que adormecían el dolor cuando se masticaban o se aplicaban a las heridas. Alrededor de esa época, los habitantes de Asia y Egipto habían aprendido a extraer opio de las plantas de amapola, creando la primera versión de medicamentos opioides para el dolor, similar a la que usamos en la actualidad (piensa en hidrocodona y oxicodona).

Desde la anguila eléctrica, hemos avanzado, principalmente hacia otros tratamientos que pueden aliviar o disminuir el dolor. A continuación presentamos un resumen de algunos de los tratamientos más comunes para aliviar el dolor y las afecciones para las cuales funcionan mejor.

Acetaminofeno

El acetaminofeno se encuentra en más de 600 productos de venta con receta o de venta libre; en estos medicamentos se incluyen el Tylenol y sus versiones genéricas, uno de los medicamentos más usados en Estados Unidos. El acetaminofeno no es tan efectivo para aliviar el dolor como otros analgésicos, tales como el ibuprofeno (Advil o genéricos) o el naproxeno (Aleve o genéricos), según indica un análisis realizado por Consumer Reports Best Buy Drugs. Sin embargo, no te va a poner en riesgo de sufrir una hemorragia estomacal, un ataque cardíaco o un ataque cerebral como otros medicamentos. De hecho, es más suave para el intestino y es una buena opción para aquellos que sufren de reflujo gastroesofágico o úlceras. Aunque el uso excesivo de acetaminofeno puede ocasionar daño hepático, y manda a la sala de emergencias a más de 80,000 personas al año. Esto puede suceder si tomas incluso una dosis levemente mayor que la dosis máxima recomendada por la Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) de 4,000 mg en un período de 24 horas, y es especialmente preocupante si bebes mucho o si tienes enfermedad hepática. Nuestros expertos médicos indican que el uso se debe limitar a no más de 3,250 mg en 24 horas.

Acupuntura

Según la leyenda, en el año 200 A. C. un soldado chino herido con una flecha observó “buenos” efectos secundarios: el dolor que sentía por una lesión previa desapareció. Sin embargo, los orígenes exactos de la acupuntura continúan siendo un misterio. Y, aún hay incertidumbre sobre su capacidad para tratar el dolor. Algo de evidencia sugiere que puede aliviar el dolor de la espalda baja, de cuello y de rodilla, y puede disminuir la frecuencia de los dolores de cabeza y las migrañas. Varios estudios han comparado la acupuntura real, en la que se introducen agujas delgadas en puntos específicos del cuerpo, con la acupuntura simulada, en que las agujas no perforan la piel o se insertan en puntos aleatorios del cuerpo. Algunos estudios sugieren que la acupuntura real mostró ser levemente mejor, pero muchos otros determinaron que el procedimiento simulado era igual de efectivo, y ambos resultaron ser más eficaces en comparación con no recibir ningún tratamiento. Este tratamiento para el manejo del dolor lo puede realizar únicamente un profesional certificado que use agujas estériles.

Aspirina, ibuprofeno y naproxeno

En un día cualquiera, alrededor de 17 millones de estadounidenses toman alguno de los analgésicos llamados medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAID). Estos están disponibles de las grandes marcas (Advil, Aleve, Bayer), así como en versiones genéricas. Trabajan bloqueando la producción de sustancias llamadas prostaglandinas que desencadenan el dolor y la inflamación. Tanto las versiones de NSAID de venta libre como las versiones de venta con receta médica funcionan mejor para los dolores de cabeza tensionales, las migrañas leves, los dolores de la espalda baja, la osteoartritis y el dolor asociado con dolor o inflamación muscular. Si tomas un NSAID más de 10 días consecutivos, pídele a tu médico una alternativa, ya que tomar demasiado de estos medicamentos o tomarlos con mucha frecuencia puede ocasionar hemorragia en los intestinos, insuficiencia renal, ataque cardíaco (aunque el naproxeno podría representar menos riesgo de esto), úlceras estomacales y ataque cerebral. La aspirina es la excepción, cuando se usa para aliviar el dolor, ya que puede ocasionar hemorragia estomacal incluso con dosis bajas.

Biorretroalimentación

La teoría indica que puedes controlar el dolor usando técnicas, como respiración profunda o relajación muscular para controlar o monitorear las funciones corporales involuntarias, como la frecuencia cardíaca, la temperatura de la piel, la tensión muscular o la presión arterial. Aún no existe un consenso acerca de si la biorretroalimentación funciona, aunque los expertos piensan que podría ayudar a las personas sencillamente enseñándoles cómo relajarse. Y varios estudios grandes descubrieron que esto funciona mejor para las afecciones que se originan por el estrés, como dolores de espalda, migrañas y dolores de cabeza tensionales. Una de las ventajas de la biorretroalimentación es que generalmente no presenta ningún riesgo ni efecto secundario.

Inyecciones de Botox

Esta poderosa toxina natural, en dosis muy bajas, puede bloquear temporalmente las señales nerviosas y paralizar los músculos, evitando así que se contraigan. Este tratamiento está aprobado por la FDA para ayudar a prevenir migrañas en las personas que experimentan 15 migrañas o más al mes. Esto requiere que te sometas cada 3 meses hasta a 31 inyecciones en diferentes áreas de la cabeza y del cuello. Sin embargo, la investigación ha descubierto que los resultados son moderados. Las personas que reciben inyecciones de Botox experimentaron 1 o 2 días de dolores de cabeza menos que las personas que recibieron inyecciones de placebo. Algunos médicos también tratan con Botox los dolores de cabeza tensionales y las migrañas que se presentan con menos frecuencia, pero la Academia Estadounidense de Neurología (American Academy of Neurology) no lo recomienda para estos casos ya que algunos estudios a gran escala demuestran que no es de utilidad.

Atención quiropráctica

Esta terapia práctica, en la que se manipula la columna vertebral y otras partes del cuerpo para aliviar el dolor y promover la sanación, se remonta a la antigua China y Grecia. Los quiroprácticos modernos hacen “ajustes” para los cuales usan fuerza intensa y controlada para manipular la columna vertebral o las articulaciones con el fin de mejorar la alineación y restaurar la movilidad. Hay buena evidencia que indica que la atención quiropráctica ayuda a aliviar el dolor de la espalda baja, y algunos estudios sugieren que funciona tan bien como la medicación. Una revisión exhaustiva realizada en 2010 determinó que la terapia podría ser útil para el dolor de articulaciones, cuello, y hombros, además de dolores de cabeza tensionales. En 2011, una encuesta en línea realizada a más de 45,000 suscriptores de Consumer Reports indicó que el 65 % de las personas que recibieron atención quiropráctica expresaron que las había ayudado.

Terapia conductual cognitiva (CBT)

Algunos estudios muy amplios mostraron que la CBT puede ayudar a prevenir migrañas y dolor de cuello, además puede aliviar el dolor de la espalda baja. Esta forma de terapia psicológica, o terapia verbal, en combinación con cambios conductuales, puede ayudar a aliviar el dolor a través de la enseñanza de habilidades de adaptación y relajación. Lo más importante es enseñar acerca de cómo interrumpir los pensamientos negativos que pueden intensificar la sensación de dolor. Las emociones negativas, como la ansiedad, la depresión y el miedo, estimulan algunas sustancias químicas del cerebro que están involucradas en la percepción del dolor, así que controlarlas no solo te ayudará a sentirte mejor sino que también ayudará a que tengas menos dolor.

Glucosamina y condroitina

Se dice que estos populares suplementos, que a menudo se usan combinados, ayudan a proteger el cartílago y alivian el dolor de las articulaciones y la inflamación. Sin embargo, hay muy poca evidencia que indique que alivian el dolor de artritis o que mejoren la función de las articulaciones. Y podrían presentar riesgos que incluyen aumento en los niveles de glucosa en la sangre (azúcar). Otros efectos secundarios pueden incluir un mayor riesgo de hemorragias cuando se toman anticoagulantes, empeoramiento de la presión arterial alta o posible riesgo de causar ritmo cardíaco anormal. La Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos (American Academy of Orthopaedic Surgeons) no recomienda el uso de glucosamina ni de condroitina.

Masaje

Las pinturas de las tumbas muestran que los egipcios usaban los masajes como parte de sus prácticas médicas, y algunas escuelas de masajes aún utilizan textos de enseñanza chinos que datan de 2,700 A. C. Unos cuantos estudios han mostrado que los masajes ayudan a aliviar los dolores de cabeza y los dolores musculares o de articulaciones en la espalda, cadera, rodillas y cuello. Antes de probarlo, consulta con tu médico para averiguar si no sería dañino para tu afección. Tu masajista profesional debe tener licencia del estado donde vives y estar certificado por una organización nacional, como la Asociación Estadounidense de Terapia de Masaje (American Massage Therapy Association).

Cremas y parches para el dolor muscular

Algunos productos populares de farmacia, como Bengay y Icy Hot, contienen sustancias químicas revulsivas (como capsicum y salicilato de metilo) que pueden generar una sensación de calor, y mentol, que desencadena una sensación de frescura. En ambos casos, los ingredientes activos producen inflamación en el área cercana al dolor, lo que estimula los nervios y crea una sensación de dolor más leve, distrayéndote del dolor que estás intentando tratar. Aún no hay mucha evidencia que indique que realmente alivia el dolor subyacente, aunque muchas personas podrían sentir alivio. Esto no es lo mismo que usar hielo, que puede reducir la inflamación.

Relajantes musculares

Los medicamentos de venta con receta, como la ciclobenzaprina (Fexmid o genéricos) y la metaxalona (Skelaxin o genéricos) se usan para tratar el dolor de cuello y de espalda, además de otras afecciones que pueden causar espasmos musculares. Sin embargo, la investigación no ha podido demostrar que estos medicamentos funcionen bien para el manejo del dolor crónico. Reserva el uso de relajantes musculares para espasmos de cuello o espalda agudos o graves, o para la espasticidad muscular asociada con parálisis cerebral, esclerosis múltiple o un ataque cerebral. Pueden ser una opción para el dolor a corto plazo si tienes enfermedad hepática o si no toleras bien el acetaminofeno o el ibuprofeno. Las personas mayores de 65 años de edad deben evitar el uso de relajantes musculares ya que estos están asociados con un aumento en el riesgo de caídas.

Oxicodona e hidrocodona

Estos analgésicos narcóticos opioides (OxyContin, Percocet, Vicodin o genéricos) funcionan adhiriéndose a los receptores del cerebro, de la columna vertebral y de otras partes del cuerpo, bloqueando las señales de dolor que se envían al cerebro. No obstante, no tratan directamente el problema que ocasiona el dolor. Además, estos medicamentos pueden ser muy adictivos. Un análisis realizado a 39 estudios que involucraban personas con dolor crónico que tomaban opioides descubrió que los medicamentos no aliviaban el dolor en el largo plazo, aunque sí aumentaban el riesgo de sobredosis, en comparación con las personas que tomaron placebo. Si debes tomar un opioide, limítate a tomarlo solo unos cuantos días para aliviar el dolor a corto plazo, por ejemplo, después de una cirugía. De lo contrario, evita tomarlos. Incluso cuando se usan durante un corto período, los opioides pueden provocar efectos secundarios, que incluyen cólicos abdominales, estreñimiento, náuseas, sedación y vómitos.

Fisioterapia

A principios del Siglo XX, los terapeutas empezaron a ejercitar las extremidades de los pacientes postrados en cama por polio para rehabilitarlos y aliviar su dolor. Durante la Segunda Guerra Mundial, se trató a los soldados heridos con estimulación eléctrica, masajes e hidroterapia. En la actualidad, los fisioterapeutas utilizan técnicas prácticas muy similares, como masajes en los músculos y movimiento en las articulaciones en su rango de movimiento, junto con ejercicios para mejorar la flexibilidad y la fuerza. Varios estudios han demostrado que cuando la fisioterapia incluye un componente de ejercicio puede aliviar el dolor de las articulaciones, así como el dolor de la espalda baja y el dolor de cuello.

Inyecciones de esteroides

Para el dolor de la espalda baja se inyectan corticosteroides en la columna vertebral, entre las vértebras y la cubierta protectora de la columna vertebral (el espacio epidural) para reducir temporalmente la inflamación alrededor del nervio irritado. Sin embargo, la FDA no ha aprobado este uso, aunque los médicos pueden usarlo. Las inyecciones también pueden ofrecer alivio moderado en el corto plazo para el dolor de cuello y hombros, así como para los dolores de espalda que se irradian hasta la pierna. Existe riesgo de absceso epidural (que puede causar incontinencia, retención urinaria, fiebre y, paradójicamente, dolor de espalda) por lo que la FDA advierte sobre estos efectos secundarios poco frecuentes, pero graves que incluyen, pérdida de la vista, ataque cerebral, parálisis y aun la muerte.

Sumatriptan y Rizatriptan

Estos medicamentos (Imitrex y Maxalt), también conocidos como triptanos, pueden aliviar el dolor de migraña  por medio de la vasoconstricción, y puede aliviar el dolor en alrededor de 2 horas. Sin embargo, no se recomiendan para personas con presión arterial no controlada, enfermedad cardíaca, dolor de pecho o enfermedad vascular periférica ya que estas afecciones pueden empeorar y posiblemente causar un ataque cardíaco.

TENS

Una versión moderna del uso que los antiguos romanos hacían de la anguila eléctrica, TENS o neuroestimulación eléctrica transcutánea, está disponible sin receta médica. Un dispositivo que funciona con baterías envía corriente eléctrica a través de electrodos que se colocan en las áreas donde hay dolor. Parece ser un método seguro, pero aún hay dudas sobre si esto alivia el dolor. Algunas investigaciones sugieren que ayuda, pero otros estudios no han encontrado ningún beneficio.

Nota del editor: La elaboración de este artículo y de los materiales relacionados es posible gracias al subsidio del programa Attorney General Consumer and Prescriber Education Grant del estado, que es financiado por el acuerdo multiestatal de reclamos de fraude de los consumidores en relación con la comercialización del medicamento de venta con receta Neurontin (gabapentina).

Este artículo también apareció en la edición de junio de 2016 de la revista Consumer Reports.

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