Elaine Duke sube al cargo de secretaria de Seguridad Nacional interina

El mensaje del DHS es que nadie está a salvo de la deportación, incluso los que no tienen antecedentes penales

WASHINGTON.- Como secretaria de Seguridad Nacional interina, Elaine Duke heredó este lunes las tareas, retos y controversias del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y, como su antecesor, John Kelly, desde ya afronta presiones de frenar “una pesadilla humanitaria” entre la comunidad inmigrante.

Duke juramentó  en abril pasado como “número dos” del DHS, pero con el traslado de Kelly como jefe de Gabinete de la Casa Blanca, ésta ahora toma de lleno las riendas de una agencia de 240,000 empleados y un presupuesto anual de unos $47,000 millones.

Como brazo derecho de Kelly, Duke lideró las negociaciones sobre nuevas medidas de seguridad aérea, y ahora será el rostro más visible de la Administración Trump en torno a la seguridad fronteriza y la seguridad nacional.

Por ahora, las reacciones públicas a su nombramiento han sido muy escasas, aunque en privado algunos grupos destacan su falta de experiencia en temas de seguridad nacional.

La senadora demócrata por California, Kamala Harris, no apoyó a Duke en su momento por considerar que ésta no dio garantías de fortalecer el proceso de revisión para la contratación de agentes de la Patrulla Fronteriza, en particular la eliminación de las pruebas de polígrafo.

Lo que hereda de Kelly

Kelly, un general de cuatro estrellas jubilado de los Marines y exjefe del Comando Sur de EEUU, se había labrado la reputación de ser una voz moderada y de entender a fondo los desafíos en América Latina, que han contribuido a la emigración ilegal hacia el Norte.

Sin embargo, sus detractores le reprochan que ha sido una figura “sumisa” e incapaz de contrariar las órdenes de sus superiores, y que en tan solo seis meses al frente del DHS engrasó la “máquina de deportación masiva”.

El presidente Donald Trump hoy mismo volvió a ensalzar a Kelly y su labor “fantástica” en el DHS, al grado que, según dijo, el número de cruces ilegales en la frontera sur ha bajado en “casi el 80%”.

Al hacer cumplir las órdenes ejecutivas migratorias de Trump, Kelly eliminó la práctica de la “discreción procesal”, borrando las prioridades establecidas por la Administración Obama para deportar a inmigrantes indocumentados.

El mensaje del DHS es que nadie está a salvo de la deportación, incluso los que no tienen antecedentes penales.

Bajo las directrices de Kelly, todo inmigrante indocumentado que haya ignorado una orden de deportación, que haya sido acusado o condenado por un crimen, fraude o abuso, o que sea una amenaza para la seguridad nacional, queda sujeto a la expulsión del país.

Así, desde esa redefinición de un extranjero criminal, da lo mismo un violador o un homicida que alguien con una infracción de tránsito, según críticos.

Kelly insufló vida al controvertido programa “287g”, para que las autoridades policiales locales y estatales hagan las veces de agentes de Inmigración, y faciliten la deportación de inmigrantes indocumentados desde el interior de EEUU.

Además, Kelly apoyó la idea de ampliar la “deportación expedita” al interior del país –eliminando los procesos judiciales- y el mes pasado se deshizo de “DAPA”, el programa de la Administración Obama para adultos indocumentados con hijos residentes o ciudadanos de EEUU y que fue frenado en los tribunales.

Kelly siempre sostuvo que el DHS hace cumplir las leyes, y que los legisladores que atacan a la agencia harían bien en callarse y cambiarlas.

Nuevo cargo, nuevas presiones

Duke afronta presiones de la oposición y de grupos cívicos de mantener la “discreción procesal” y de proteger a los “Dreamers”, que afrontan la incertidumbre en torno a la continuidad del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012.

El senador demócrata por Connecticut, Richard Blumenthal, pidió hoy en una misiva a Duke que “restablezca la razón” en el maltrecho sistema migratorio, comenzando con una revisión de las políticas  “draconianas” e “inhumanas” del DHS que se ensañan contra personas sin antecedentes penales.

Blumenthal criticó la expulsión de inmigrantes “que han vivido acá durante décadas, han trabajado, pagado impuestos, no han violado leyes, han contribuido a sus comunidades y, en muchos casos, se han casado con ciudadanos estadounidenses y han criado niños ciudadanos estadounidenses”.

“Puesto sencillamente, esta situación es una pesadilla humanitaria que evoluciona. Usted tiene el poder de frenarla”, dijo Blumenthal a Duke.

Blumenthal también pidió la protección de los “Dreamers”, a la vez que hizo un llamado para renovar los esfuerzos bipartidistas a favor de una reforma migratoria integral.

Veterana de la burbuja de Washington

Con casi tres décadas de experiencia administrativa bajo gobiernos demócratas y republicanos y en servicios de consultoría con el sector privado, Duke no es ajena a los juegos políticos en Washington, pero no está claro si Trump la seleccionará para el puesto de forma permanente.

En todo caso, su posible confirmación tendrá que esperar hasta septiembre próximo, cuando el Congreso reanude su sesión tras el receso de agosto.

Graduada de las universidades de New Hampshire College y Chaminade University of Honolulu, Duke fue confirmada en abril como subjefa del DHS en el pleno del Senado con 85 votos a favor y 14 en contra.

Acecho a inmigrantes indocumentados

Su ascenso como titular interina del DHS coincidió hoy con el anuncio de que la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) ha suscrito 18 acuerdos “287g” en el estado de Texas.

El director interino de ICE, Tom Homan, participó en una ceremonia para la firma de los nuevos acuerdos, en el marco de la reunión anual de la Asociación de Alguaciles de Texas en la ciudad de Grapevine.

En esta nota

287(g) deportaciones DHS dreamers EEUU Inmigración
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain