¿Qué hacemos mal con nuestras finanzas?

La frugalidad ayuda a estirar el dinero pero planificar es tan o más importante

Los salarios mínimos están subiendo pero siguen siendo mínimos y los trabajadores asalariados apenas han visto significativas subidas en años. Así, es difícil que las cuentas domésticas cuadren por más que las estadísticas de precios nos digan que apenas hay subidas (inflación). Si que las hay donde menos fácil es recortar: vivienda y salud.

Ante semejante panorama se impone el cuidado con el dinero y estirar el valor de cada dólar lo más posible pensando en el presente y en el futuro. Pero no se trata solo de privarse de un café por la mañana y renunciar a ese placer, sino de tener cuidado e intentar dar buen uso a los recursos analizando qué se hace bien pero sobre todo qué se hace mal.

De acuerdo con un reciente estudio de MassMutual, nueve de cada 10 latinos tienen problemas de deuda e ingresos insuficientes. Aquí van algunas ideas de cosas que hace que pueden estar perjudicándole:

  1. No presupuestar. Es la base de una economía doméstica sana. Tenga muchos o pocos ingresos la tendencia es a gastar algo más de lo que se tiene y eso termina forzando a usar deuda para cubrir gastos corrientes. Desde luego, hay ingresos que son tan bajos que es injusto decir que se puede presupuestar razoblemente con ellos y la prioridad es la frugalidad además del uso de ayudas sociales. Pero para el resto es importante recordar la regla del 50-20-30. Es decir, el 50% de los ingresos se destinan a gastos esenciales (la renta, el transporte, la comida, los útiles de colegio…), el 20% ha de ser ahorrado y el 30% se gasta en cuestiones personales como el teléfono, el cable, el café de la mañana, el cine… Es muy posible que sea difícil llegar a estos porcentajes, que son un objetivo, pero hay que intentarlo y fijarlo como meta. Si en un momento del mes se plantea un gasto no presupuestado en ese 30%, déjelo para el siguiente. Lo que no está en esas cuentas mensuales, no se consume ni se compra a crédito.
  2. Pagar el precio completo de todo sin buscar ofertas. Chris Heerlein, autor de Money won´t buy happiness, but time to find it (El dinero no compra la felicidad pero si tiempo para encontrarla) dice que cuando compra en la red, lo primero que hace es ver el nombre de la tienda en Google y ver si tiene cupones para lo que quiere adquirir. Si compra siempre en las mismas tiendas, pida que le manden cupones por correo. Tendrá que borrar muchos pero ocasionalmente ahorrará con alguno de ellos. En el caso de las familias con niños pequeños, compre de poco en poco porque la ropa queda inservible cuando aún es nueva.
  3. Pagar a crédito todo. Para muchos gastos es mejor ahorrar que financiar porque mantener un balance cuesta un dinero que causa insatisfacción. Heerlein sugiere que se pidan reducciones de tasa de interés al menos por un periodo de tiempo, algo que no es imposible de conseguir si se tiene una buena historia de pagos. Hacer una transferencia de pagos a una cuenta con tasa al 0% (que aún existen) y sin comisión de transferencia es una manera de rebajar la carga de la deuda.
  4. No buscar servicios nuevos. La fidelidad no es siempre buena. Es bueno que busque ofertas en la competencia de lo que pueda. Servicios de un banco, una aseguradora o la empresa de telefonía porque suelen atraer nuevos clientes con ofertas y reaccionar cuando se les dice que que se va a buscar alternativas a sus servicios.
  5. No tratar de rebajar las comisiones del banco. Hay algunas que son innegociables pero otras que le pueden dar más de un respiro (como las de sobregiro) e incluso abrirle alternativas. La banca suele hacer caso siempre a sus buenos clientes que protestan algunos pagos de vez en cuanto.
  6. No ponerse metas para ahorrar. Desde MassMutual se explica que tres de cada 10 latinos han ahorrado menos de $500 para emergencias lo cuál deja a los presupuestos muy vulnerables ante imprevistos como una enfermedad o un despido. El consejo es que el ahorro sea parte del presupuesto y no lo que sobre del mes (nunca sobra) y que además se ponga un objetivo para cada dólar que se aparta del gasto. El fondo de emergencias es uno de los objetivos más claros y necesarios y se sugiere que sea lo suficientemente generoso como para cubrir los gastos corrientes de tres a seis meses. Otras metas pueden ser pagar las vacaciones, dar el pago inicial de una casa, unos estudios….
  7. Se olvida de la jubilación. Esto es crucial porque no se conoce aún a nadie que haya dicho que se ha ahorrado lo suficiente para cuando no trabaje. “Los latinos sienten que no están avanzando y más que otras comunidades desean que su empleador haga más para educarlos en el ahorro para la jubilación”, dicen los resultados de las encuestas de MassMutual. Ahorrar para la jubilación es uno de los compromisos a más largo plazo que se deben tener. Es cosa de jóvenes y los expertos recomiendan poner entre el 10% y el 14% de los ingresos en 401k o IRA.

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