Algunas precisiones ante la decisión del Presidente Trump

Los 'Dreamers' no son indocumentados

Los jóvenes siguen en pie de lucha.

Los jóvenes siguen en pie de lucha. Crédito: David McNew/Getty Images

​La actitud del Presidente Trump ante los Dreamers se hunde en la ambigüedad: por una parte, el Presidente revoca de forma despiadada el programa DACA que prohibía su deportación, y por otra, a los pocos días, llega a un acuerdo informal con los líderes del Partido Demócrata del Congreso para que DACA se haga permanente. Ante esta situación, se requiere una aclaración inmediata: Muy al contrario de lo que siguen repitiendo funcionarios de la Administración y órganos importantes de la prensa, los Dreamers en este momento no son inmigrantes indocumentados. Lo serán quizás sus padres. Pero no los Dreamers, que quedaron plenamente documentados en el momento que se inscribieron oficialmente con DACA.

​La Orden Ejecutiva del President Barack Obama que los documentó no ha sido impugnada con éxito ante ningún tribunal. La cancelación de esta Orden por parte de Trump, los convertiría en nuevos inmigrantes indocumentados. Así, lo que propone Trump es ilegalizar al legal, indocumentar al documentado y criminalizar a compatriotas ejemplares en su cumplimiento de la ley. A no ser que intervenga el Congreso, Trump habrá creado una nueva categoría de inmigrantes, que estaban dentro de la legalidad hasta hoy y que podrán verse excluídos de ella mañana.

​Los que apoyamos a los Dreamers nos equivocamos al pensar que puedan ser efectivos los muchos argumentos económicos a su favor, pues la decisión del Presidente no tiene nada que ver con la economía. ¿Con qué tiene que ver? Para contestar, tenemos que recordar que la gran mayoría de estos nuevos ilegales que quiere crear el Presidente son latinos, muchos de ellos mexicanos.

La campaña del Presidente empezó con una declaración del candidato Trump dejando entrever que, a su parecer, los inmigrantes mexicanos eran violadores y asesinos, declaración seguida muy pronto por el aserto que un juez federal era incompetente por ser de padres mexicanos. Estas declaraciones de corte netamente racista se oyeron en los círculos supremacistas blancos de forma muy clara: Este, se dijeron, es nuestro hombre.

​Complaciendo nuevamente a ese pernicioso sector de sus electores, el Presidente afirmó, meses después, que los supremacistas que marcharon en Charlottesville bajo la bandera de Hitler eran equivalentes a los que repudiaban esa nefasta ideología. Así, un Presidente que tiene pendientes deudas electorales con el racismo y el supremacismo blanco se ve obligado a mantener satisfechos a esos grupos, que a diario claman venganza en contra de los estadounidenses documentados que los hemos ofendido por tener otro color de piel, otro idioma, otra cultura u otra religión. Si somos indocumentados, que nos deporten. Y si somos documentados como es el caso de los Dreamers, que nos indocumenten, para que las deportaciones adquieran cariz de legalidad.

​Las medidas en contra de los Dreamers siguen un patrón tristemente conocido en la historia. Primero, insultar a las minorías étnicas, azuzando el odio contra ellos. Si no hay grandes protestas, si la masa pasiva que no es racista es, sin embargo, indiferente ante el comportamiento delcaudillo, el próximo paso es alentar con la falta de crítica a los que se manifiestan en contra de las minorías con símbolos y consignas.

Y si los votantes siguen tolerando allíder que presta apoyo al supremacismo, el paso siguiente es permitir la alteración del estatus de las minorías, preparando el terreno para su eliminación. Este es el punto al que hemos llegado hoy: 800,000 residentes documentados de los EEUU han sido declarados indocumentados por las máximas autoridades, sometiéndolos, si no interviene el Congreso, a la expulsiónpermanente del país. No se deje confundir. No se trata de indocumentados. Se trata de indocumentar a los que, por otras razones, se quiere eliminar.

(Ricardo Otheguy es profesor emeritus de CUNY, lingüista y escritor, interesado en temas relacionados con la lengua, la educación, la política y la vida de los latinos en los EEUU. Reside en la ciudad de Nueva York)

En esta nota

DACA Era Trump
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain