Grassley sugiere que trabajadores usan recortes tributarios para “alcohol, mujeres o películas”

Las declaraciones de Grassley confirman el desdén del Partido Republicano hacia los trabajadores, según sus detractores

WASHINGTON—El senador republicano por Iowa, Chuck Grassley, sugirió que la reducción o eliminación de impuestos sobre las herencias, dentro de la reforma fiscal, premia a quienes invierten, mientras que los trabajadores se gastan los recortes tributarios en “alcohol, mujeres, o películas”,  y las reacciones en las redes sociales han sido inmisericordes.

El Senado aprobó en la madrugada del sábado pasado su versión de la reforma fiscal por $1,5 billones en una década que, según la mayoría de expertos, beneficiará principalmente a los ricos y grandes corporaciones. La medida tiene que ser armonizada con la que aprobó la Cámara de Representantes el mes pasado.

El gobierno federal cobra un impuesto del 40% sobre los bienes de una persona cuando fallece y, aunque la tasa impositiva ha variado en las últimas décadas, en la actualidad el impuesto sobre las herencias se aplica a bienes superiores a $5,5 millones para individuos, y $11 millones para las parejas.

Ambas versiones de la iniciativa duplican las exenciones al llamado “impuesto a la muerte”, de manera que el impuesto se aplicaría sólo para bienes financieros –como propiedades, ahorros, o acciones en la Bolsa- superiores a los $11 millones para individuos o a los $22 millones para las parejas. La versión de la Cámara Baja elimina por completo ese impuesto en 2024.

En declaraciones al diario “Des Moines Register”, Grassley defendió que la reforma fiscal incluya una reducción de los impuestos sobre las herencias para millonarios, argumentando que eso beneficiará a familias con negocios agrícolas en su estado.

“Creo que el no tener el impuesto sobre las herencias reconoce a la gente que está invirtiendo, contrario a aquellos que se gastan cada centavo que tienen en alcohol, mujeres, o películas”,  dijo Grassley, miembro del Comité de Finanzas del Senado.

Sus comentarios de inmediato sentaron mal en las redes sociales, y sus detractores, entre éstos el comentarista Charles Adler,  lo acusaron de mantener una postura “elitista” y desdeñosa hacia miembros de la clase trabajadora.

El editorialista Pat Raynard, de “Iowa Starting Line”, señaló que, a su juicio, Grassley haría bien en conversar con familias que no encuentran trabajos con salarios dignos, afrontan préstamos estudiantiales para conseguir mejores empleos, o tienen una montaña de deudas médicas.

En general, los conservadores siempre han dicho que los ricos que invierten en sus negocios son los que están impulsando el crecimiento económico y no los consumidores, y Grassley “no tenía necesidad de calumniar a la clase trabajadora”, dijo Raynard.

“Se requiere una cierta arrogancia para suponer que toda persona que no es tan rica como tú está en esas condiciones porque son unos flojos, tontos o derrochadores”, enfatizó.

Otros, menos diplomáticos, advirtieron de que las palabras de Grassley reflejan el desdén del Partido Republicano hacia la clase trabajadora y los pobres, que ven como un grupo de flojos que quieren vivir del gobierno.

En Facebook Y Twitter, la mayoría de las reacciones fueron de indignación, mezcladas con palabrotas hacia Grassley, y de ataques contra el plan tributario republicano como un “timo” para los trabajadores, porque para financiarlo habrá recortes masivos en programas sociales.

Algunos atacaron el estereotipo propagado por Grassley sobre los pobres,  mientras que otros se preguntaron cuánto se gasta Grassley en alcohol y mujeres.

La mayoría de los legisladores demócratas votó contra el plan, entre éstos la legisladora californiana Judy Chu,  porque enriquece más a los ricos e hipoteca a futuras generaciones que cargarán con el costo del recorte de impuestos.  El plan perjudicará incluso a quienes votaron por el presidente Donald Trump.

Según datos de 2016 del Servicio de Rentas Internas (IRS),  a nivel nacional apenas 5,219 personas millonarias pagaron impuestos relacionados con herencias, de las cuales 682 eran dueñas de granjas.

En el caso de Iowa, apenas 44 contribuyentes de Iowa pagaron ese tipo de impuestos el año pasado, y la mayoría ni siquiera tenía negocios o eran del sector agrícola, contradiciendo los argumentos de Grassley.

Tampoco hay pruebas de que familias agrícolas tendrían que vender sus granjas para ponerse al día con sus impuestos, como ha sugerido el senador.

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