México: La guerra de los médicos en Oaxaca

Oaxaca vive una de sus peores crisis en el sector de la salud

MÉXICO.- En el estado de Oaxaca, uno de los más pobres del país, el gobierno local tenía a sueldo sin trabajar (aviadores), sin justificación legal o casi como un lujo a alrededor de 4,500 trabajadores del sector de la salud que la administración del exmandatario estatal, Gabino Cué ubicó en diversas clínicas y hospitales.

Al menos esa es la versión que ha dado el secretario de Salud de ese estado, Juan Díaz Pimentel, quien en los últimos días enfrenta una de las peores crisis laborales y sociales con  el paro de diversos hospitales en la capital y las localidades de Pinotepa Nacional, Salina Cruz, Río Grande, San Juan Bautista y Tuxtepec.

“Gabino Cué  (desaparecido tras acusaciones de corrupción) hizo desvíos millonarios de una partida presupuestaria a otra e hizo crecer la nómina sin justificación legal hasta 18,000 trabajadores a los que se les pagaba, quitando el dinero a los que sí tenían un contrato oficial’’, explicó antes de una de las reuniones con el gremio.

Los trabajadores de la salud se han quejado durante años por atraso de sus pagos de nómina, aguinaldos y falta de material para hacer su trabajo.

“No tenemos ni  gasas para los pacientes“, dijo el enfermero José Diego en una entrevista con la prensa local en septiembre de 2016, poco antes del fin del gobierno de Cué.

“Los desvíos de dinero dejaron en indefensión a los trabajadores de base, una deuda de 6,000 millones de pesos (unos 334,000 dolares) y un déficit anual de 1700 millones (94,000) dólares’’, argumenta Pimentel, quien calcula que con el dinero de la “limpia’’ de la nómina podrían garantizarse más de medio millón de consultas al año.

El gremio y las autoridades acordaron una mesa de diálogo en el Hospital Civil de Oaxaca el pasado 17 de enero para llegar a un acuerdo, pero la situación se tensó a tal punto que los trabajadores del Sindicato Sección 35 echaron del lugar a Juan Díaz Pimentel con gritos de ‘fuera, fuera’. Camino a la salida, Pimentel, hizo una seña obscena con las manos hacia los presentes y salió pies en polvorosa.

“Algún día lo veremos en una cama de aquí, doctor’’, gritó una mujer del sindicato. Poco después, los trabajadores lo desconocieron como interlocutor a solo tres semanas de llegar al cargo, cerraron los centros de salud que hasta hoy permanecen cerrados y exigieron la renuncia del secretario, pero, al no tener respuesta, radicalizaron sus protestas y bloquearon varias calles de la capital y carreteras de acceso.

El congreso local hizo un llamado a la serenidad y busca ser mediador bajo citaciones al secretario y a los trabajadores de la salud mientras emitió un edicto con un ultimátum que se vence en estos días para que Gabino Cué se presente a declarar en un juicio político por acusaciones de actos ilícitos.

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