Y usted, ¿le dijo “Te amo” a su hijo esta mañana?

Hay que luchar por leyes para restringir porte de armas

La masacre que nos hirió de muerte a los papás.

Que no va a pasar nada. Que ahora pedimos oraciones, montamos fotos en redes, repudiamos la tragedia y después nos olvidamos.

Y nos olvidan.

La masacre de Parkland, la ciudad más segura de la Florida en el 2017, tiñó de sangre el día del amor y nos hirió de muerte a los papás.

Esas 17 cruces se nos clavaron en el corazón.

Los productores de televisión vivimos las malas noticias tres veces. Cuando suceden, cuando las reportamos y cuando llegamos a casa y nos afecta en nuestra vida real.

Una de nuestras productoras en Despierta América me llamó llorando la noche después de la tragedia. Estaba con su hijo de 10 años donde el psicólogo porque el niño no quería volver a clase, no se sentía seguro.

Al día siguiente ella misma, desde el lugar de la tragedia, producía un segmento en vivo con un consejero que nos decía qué hacer para que nuestros hijos no tengan miedo de ir a estudiar.

Sí, hay que rezar por esas 17 familias. Pero también hay que darle más amor y tiempo a nuestros hijos, vigilarlos de cerca, pedirles que denuncien a cualquier compañero sospechoso, exigir escuelas con edificios más seguros, con entradas vigiladas y detectores de armas.

Hay que luchar por leyes que no le permitan a una persona mentalmente enferma comprar un arma.

Las palabras del papá de Jamie, uno de los ángeles de Parkland nos hicieron llorar a todos:
“Yo la mandé ayer al colegio. Ella estaba supuesta a estar segura. Mi trabajo es proteger a mis hijos y yo la mandé a la escuela. A veces en las mañanas las cosas se vuelven tan locas que ella se atrasa y sólo me dice: ‘me tengo que ir Papi, bye’ y a veces yo no le puedo decir ‘Te amo’. Y yo no recuerdo si yo le dije a Jamie ayer por la mañana que la amaba…”

Jamie ya no tendrá más mañanas con su padre, ni su papá le podrá decir “Te Amo” por culpa de Nikolas Cruz un chico enfermo que desbarató 17 familias ese 14 de febrero y nos hizo a todos abrazar con más fuerza a nuestros hijos.

Lorena, una inmigrante colombiana, y mamá de una de las sobrevivientes, me contó que durante las horas interminables en las que los padres esperaban que su hijos saliera del colegio después de la masacre sin saber si estaban vivos o muertos, todos comentaban entre lágrimas las veces que en las mañanas, antes de irse al colegio les gritaban a sus hijos sin sospechar que esa podría ser la última vez que los veían con vida.

Sí, hay que dar más abrazos y menos gritos.

Y no se nos puede olvidar decir “Te amo” en las mañanas. Pero sobre todo hay que luchar para que ningún papá en el mundo tenga que volver a decir que ese abrazo o ese grito fue el de la última vez.

Sobre la autora

Luz María Doria es inmigrante colombiana, periodista, productora ejecutiva de Despierta América y autora del libro “La Mujer de mis Sueños”. Podrán encontrar su columna cada lunes en nuestro diario impreso y en este sitio web.

En esta nota

Tiroteo en Florida Univision

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