Joven salvadoreña logra asilo en Estados Unidos, pero la puerta para mujeres como ella está por cerrarse

El procurador Jeff Sessions está considerando cambiar un precedente legal que permite el asilo a mujeres que escapan de esposos o parejas abusivas y son víctimas de violencia.

Estephany Ortiz Gómez entró a la oficina de su abogada en el Centro de Los Ángeles vistiendo jeans, una camisa con letras en escarcha plateada y una cola de caballo: una típica joven de 21 años, que 24 horas antes escuchó las palabras más alentadoras posibles: “Su asilo político está aprobado, bienvenida a Estados Unidos”.

“Hasta me dio la mano la juez”, dijo Estephany con la voz quebrada. “Yo le pedí mucho a diosito de corazón que me ayudara y todo pasó muy rápido, no tengo palabras para decir lo feliz que estoy”.  

El caso de asilo de Estephany progresó mucho más rápido de lo que es común en este tipo de situaciones.

Sin embargo, es posible que este final feliz sea infinitamente más difícil en un futuro cercano para otras mujeres que, como ella, piden asilo después de haber sufrido violencia y abuso de parte de una pareja, en sus países de origen.

El procurador de Estados Unidos, Jeff Sessions, está considerando cambiar un precedente legal que hará mucho más difícil la protección para miles de mujeres que escapan de parejas abusivas y violentas y vienen aquí pidiendo protección.

Sessions anunció a principios de marzo que iba a decidir personalmente un caso que ya había sido tomado por la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA). Esta es una junta de apelaciones que reconsidera las decisiones de los jueces migratorios.

El caso es muy similar al de Estephany y al de muchas otras mujeres que tratan de dejar a sus novios o maridos y son objeto de persecución, violencia y amenazas de muerte. Si Sessions lo cambia, las cosas se dificultarán mucho para ellas. 

“El procurador tiene el derecho legal de tomar casos y decidirlos como quiera”, dijo Martha Canossa, abogada de la muchacha en su caso de inmigración. “Lo que es más insultante y chocante es que haya decidido meterse con mujeres y niños, ya que muchas mujeres huyen con sus hijos o se reúnen con ellos cuando ganan asilo”.

Para Sessions, un conocido ideólogo anti inmigrante, la gran mayoría de los casos de asilo son “fraude”, y lo ha dicho en todo tipo de foros, incluyendo hasta el cansancio cuando era senador de los Estados Unidos.

La historia de Estephany, estudiante de turismo

Estephany es de Usulután, una provincia de El Salvador, pero cuando ocurrieron los hechos que la hicieron escapar de su país, vivía en la capital, donde acudía a la universidad y estudiaba la carrera de turismo y administración de empresas.

“Quería ser dueña de un hotel, un restaurante, ser guía turística, por eso buscaba terminar mi carrera”, cuenta la joven.

Pero esos sueños se torcieron cuando conoció a un muchacho, y comenzaron un noviazgo.  La ilusión duró muy poco. A los cuatro meses de salir juntos, Estephany se dio cuenta de que el joven “andaba en malos pasos” y decidió terminar la relación.

Ahí fue cuando se puso violento.

“Me dijo que si lo dejaba por otro y le dije que no, pero se volvió loco. Amenazó a mi mamá y le dijo que si no le pagaba 6000 dólares un día yo no iba a llegar a la casa nunca más, me fue a buscar a la universidad, me preguntó si yo pensaba que todo era un juego”, recuerda.

Ese día, el muchacho le pegó en la cara a Estephany y la joven fue a la policía con su mamá a denunciar el incidente. “No hicieron nada”,  dijo la joven. “Bueno, a los dos días él ya sabía que habíamos ido a poner la denuncia. ¿Cómo sabía? Alguien se lo dijo”.

El 13 de diciembre de 2016, el joven forzó su entrada a la casa de Estephany, donde ella estaba con su hermanita menor.  Allí discutieron y el muchacho la violó, mientras su hermanita corría a la iglesia a buscar a la mamá, que llegó con el pastor.

“El se paró y les dijo que yo estaba viva porque ellos habían llegado”, recuerda. “Allí fue cuando mi mamá me dijo que yo tenía que irme y le pedimos ayuda a mis tíos aquí en Estados Unidos”.

La muchacha viajó desde El Salvador y llegó a la frontera en Hidalgo, Texas, el 29 de diciembre de 2016, donde se entregó a la Patrulla Fronteriza estadounidense.

“Les dije que estaba escapando de mi país porque tenía miedo. Llené una hoja, me entrevistaron y me llevaron a un centro de detención. Luego a otro. Luego me dieron una fianza que pagaron mis tíos, que viven aquí en Estados Unidos. Salí libre en febrero del año pasado”, explica.

En las repletas cortes de inmigración, el tiempo de espera para presentar a un juez su caso de asilo puede ser de años. Pero la juez que presidió el caso de Estephany sorprendió a todos dándole una audiencia casi de inmediato, dijo Marta Canossa, abogada de la muchacha.

“Todo el mundo asume que los casos de mujeres víctimas de violencia doméstica se van a poner mucho más difíciles muy pronto”, dijo Canossa. “El procurador Jeff Sessions está considerando cambiar el precedente legal y  esto va a resultar en el bloqueo de las peticiones de asilo para miles de mujeres, y sus familias“.

Estephany se salvó. Pero Canossa tiene muchos otros casos de mujeres como ella que serían más difíciles de ganar si Sessions hace lo que se espera.

En cuanto a la muchacha, piensa seguir su carrera y su vida aquí en Estados Unidos y traerse a su mamá y a su hermanita si es posible.

“No quiero que les pase nada malo”.

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