El universo de la ruta migratoria en una lotería

El artista Richard Fleming ha recreado el tradicional juego de la Lotería mexicana mostrando la crueldad y el peligro de la ruta que siguen los migrantes centroamericanos y mexicanos en busca del “Sueño americano”

Richard Fleming vive en Brooklyn y se gana la vida como ingeniero de sonido para documentales y tiene una especial fascinación por el arte callejero y popular de América Latina.
En mayo de 2016 formó parte de un equipo de producción que viajó a El Salvador y a Tapachula, México, para documentar las razones por las cuales la gente emprende la travesía migratoria hacia el norte, pese a las amenazas del camino.

“Estuvimos en varias zonas de San Salvador donde la gente es desplazada de sus viviendas a causa de las pandillas, lo cual es muy triste. A algunas colonias entramos protegidos por el ejército”, contó Fleming.

Para él, la parada más interesante de ese viaje fue Tapachula, debido a la presencia de inmigrantes de todas partes del mundo como Haití, África, Bangladesh… “Entendí que bajo la Administración de Obama los Estados Unidos empujaron la frontera sur hasta allí, esta es la verdadera frontera”, contó.

Atestiguar la desesperanza de los inmigrantes, dispuestos a todo por llegar a Estados Unidos le pareció a Fleming un “juego enfermo”, porque muchos de ellos emprenden el camino y si algo sale mal regresan –o los regresan– al mismo punto de partida, sin dinero y sin nada. “Fui golpeado por la forma en que la gente trata desesperadamente de escapar de El Salvador y Honduras mórbidamente parecido al juego de mesa ‘Toboganes y escaleras’ (Chutes and Ladders), o un videojuego, uno en el que los refugiados migrantes combaten innumerables obstáculos logísticos, políticos y criminales, solo para regresar a la realidad para comenzar de nuevo.

“Es un viaje que se ha vuelto cada vez más peligroso e inhumano, uno que muestra la hipocresía brutal de la política estadounidense y deja a miles de muertos literalmente ensuciando el camino hacia el norte”, dice Fleming. Eso lo llevó a reimaginar el juego de la Lotería mexicana como la Lotería de la Migración, un lente a través del cual puede visualizarse este flujo humano de Centroamérica y México a Estados Unidos.

Basándose en el juego creado por Don Clemente, producido en masa por Pasatiempos Gallo, Fleming toma los mismos mismos colores para hacer intervenciones artísticas digitales como un punto de partida para enfrentar diversos aspectos atroces de la cuestión de la migración. Algunas de las cartas hacen referencia directamente al mazo de Don Clemente; otras no. Una vez completado, el proyecto se publicará como un mazo de cartas.

Entre las cartas recreadas están La Bestia, basada en una fotografía de Thorsten Thielow, la cual muestra a dos hombres subidos en el tren de carga que transporta a miles de inmigrantes como en una porción del territorio mexicano. Otra es La Sed, representada por una garrafa plástica de agua; al respecto Fleming recuerda el caso de Daniel Millis, de Arizona, quien en 2008 fue condenado por “botar basura” en una reserva de vida silvestre, aunque en realidad él colocó agua envasada para los inmigrantes.

“ICE” o hielo, está representada con la paleta original de la Lotería, pero hace referencia al Servicio de Inmigración y Aduanas que está usando mano dura contra los inmigrantes en Estados Unidos. Otras cartas muy representativas son La Jaula, que simboliza cómo los inmigrantes pueden llevar una mejor vida en Estados Unidos pero no pueden salir ni regresar a su país de origen; El Grillete, o dispositivo de rastreo que las autoridades colocan en el tobillo a los inmigrantes; La Balsa, en lugar de La Chalupa, usada para cruzar el Río Bravo; La Western Union, en referencia a las transferencias económicas y La Flaca, es decir, la Santa Muerte.

La Lotería de la Migración está expuesta en el foyer del Instituto Hemisférico para el Performance y Política/Instituto para el Conocimiento Público ( 20 Cooper Square, New York, Quinto piso) hasta el 31 de mayo.

Millones de vivencias

Marcial Godoy, director del Instituto Hemisférico, indicó que cuando conocieron el trabajo de Fleming les impactó por la fuerza comunicacional de las imágenes. “Tomando el concepto del juego popular mexicano y su uso de imágenes icónicas, la Lotería pone en escena el universo de la ruta migratoria –sus peligros, sus obstáculos, sus medios de transporte y comunicación, y el sin fin de instituciones y organizaciones, tanto lícitas como ilícitas, con las que se enfrentan los migrantes centroamericanos”, dijo.

Añadió que los textos que acompañan a las ilustraciones son un ancla tanto de los viajes del autor por la región como como en la de los cientos de miles de migrantes que se lanzan a la ruta.
Parte de la exposición ya estaba a la vista del público durante la realización del foro “Santuarios Transnacionales”; una de las participantes fue Amparo Marroquín, profesora e investigadora sobre la migración en El Salvador de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), quien aportó una valoración sobre la importancia de este proyecto artístico sobre la migración.

“La migración se ha vuelto un proceso central para pensar nuestra época y en torno a él construimos nuestras identidades, simbolizamos, nos nombramos. Pero la migración al mismo tiempo le ha dado la vuelta a muchos de los significados que tradicionalmente habíamos construido.

La lotería de la migración es un genial proyecto en donde Richard Fleming, utilizando un guiño a la cultura popular mexicana, reconstruye sentidos tradicionales y nos recuerda que ahora las cosas más que nunca no son lo que se nombra, sino aquello que recoge la vivencia de millones de personas que han cruzado y cruzan la frontera de México y Estados Unidos, personas que buscan poner toda su fuerza y prestar sus sueños para que América sea grande de nuevo”.

Añadió que muchas imágenes le resultan “disruptivas y evocan mucho de lo que se vive, pero me gustaron particularmente La Flaca, que hace referencia al culto a la Santa Muerte; La Mordida, que recuerda algo que todos los que hemos atravesado esas fronteras hemos vivido, es decir, la extorsión, la solicitud de una coima como pago por algo que se nos es negado como derecho y la Mara Salvatrucha, que juega con el primer sentido denotativo de la palabra “trucha” (con un paisaje de fondo particularmente dicente para los salvadoreños) para dejar luego volar la imaginación”.

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