EEUU ofrece $5 millones de recompensa por “El Señor” operador de “El Chapo”

Adelmo Niebla González es un narco que ha puesto en jaque a las autoridades

MEXICO.- Adelmo Niebla González  “El Señor“ o “El G3” hizo lo que quiso con las leyes y las autoridades mexicanas y estadounidenses. Traficó migrantes y droga; puso de cabeza varias ciudades en Arizona, Sonora y Sinaloa; fue ejemplo para Joaquín El Chapo Guzmán, su jefe, de cómo se fuga un capo por un túnel y se sobrevive a salto de mata.

Pero no fue sino hasta las últimas horas que el Departamento de Estado de Estados Unidos, ofreció una recompensa de cinco millones de dólares por información que lleve a su captura para que rinda cuentas por el transporte e importación de cientos de miles de kilogramos de marihuana, metanfetamina, cocaína y heroína de México a los Estados Unidos.

La embajada de EEUU dijo en un comunicado que la oferta es “un nuevo esfuerzo por arrestar a traficantes de drogas“ pero no detalló que “El Señor’’ es un bicho escurridizo que da dolores de cabeza  desde mediados de los años 90 según consta en sus propios archivos, los de la Procuraduría General de la República (PGR), la Policía Federal y diversos juzgados en ambos países.

“Los delincuentes salen y entran de las cárceles por procesos mal sustentados o porque compran autoridades: es un ritmo de los delincuentes, de capos y menores del narcotráfico’’, observa Ismael Bohorquez, director editorial del periódico Río Doce en Sinaloa, uno de los medios que mejor ha escrutado el tema: su fundador, Javier Valdez fue asesinado en un contexto de cobertura periodística del crimen organizado.

Niebla Gonzalez, oriundo del estado de Durango, se estableció en la región fronteriza entre Sonora y Arizona para lucrar con el cruce ilegal de indocumentados. Era un coyote tan hábil: formó la  organización  de Los Memos); no entendía de escarmientos

En 2002 estuvo por un periodo breve en el Centro Estatal de Readaptación Social de Sonora tras su captura y deportación en EEUU y se presume que por esas fechas se hizo compinche de Mario Aguirre Avilés, El 9-9, uno de los principales operadores de Ismael Zambada, El Mayo —mandamás del cartel de Sinaloa junto con el Chapo— para empujar un negocio redondo una vez en libertad: usar a los migrantes como mulas de cruce de droga, entre otros métodos.

Seis años después, en 2008, lo capturaron otra vez en México: mismos delitos, pocas pruebas. Pagó una fianza. Salió libre, creció su organización en Maricopa y Casa Grande, peleó contra los Beltrán Leyva, cayó preso en  Estados Unidos. Lo liberaron por falta de pruebas mayores, volvió a delinquir con drogas, el ejército le echó el guante en Culiacán, lo mandaron al penal de Matamoros, regresó al de Sinaloa y ahí, en 2014, se fugó.

“El túnel de 400 metros de longitud se construyó de afuera hacia adentro y se sacaron más de 400 toneladas de tierra que desaparecieron poco a poco sin que ninguna autoridad “e diera cuenta”, relató Bohorquez.

Para cuando los celadores dieron el pase de lista de las cuatro de la tarde, Adelmo y sus dos escoltas ya estaban respirando aire limpio’’.

Un años después El Chapo hizo lo mismo y fue entonces cuando las autoridades se pusieron a buscar a ambos. Y cayó Guzmán Loera.

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