Las manicuristas merecemos un sueldo justo

Este martes 19 de junio hay una audiencia en el Departamento de Trabajo de El Bronx

Igual que muchas de mis compañeras que trabajan como manicuristas en salones de uñas, en mis inicios en la industria, ganaba un salario de $25 dólares por día con jornadas de doce horas con la promesa que con las propinas tendría lo suficientemente para poder sustentar mis gastos y los de mi familia. Eso podría venir como un shock para muchos en esta ciudad que dependen de nuestro labor para mantenerse las uñas, especialmente durante esta temporada de verano—pero todo esto tiene la oportunidad de cambiar si el gobernador aprueba una nueva propuesta del departamento de labor de Nueva York.

Ahora, como manicuristas (y también carwasheros y trabajadores de restaurantes), la ley estatal no nos asegura el sueldo mínimo, porque supuestamente hacemos suficiente propina para cubrir la diferencia entre el sueldo base que hacemos y el sueldo mínimo normal. Pero nunca es así, y además, este sistema de pago nos ha hecho vulnerables a ser víctimas constantes de abusos laborales, entre ellos el robo de salario continuo.

Muchas veces, tenemos una hora de entrada al que tenemos que llegar, pero no tenemos una hora de salida. Muchos salones de uñas nos mantienen tan ocupadas haciendo las uñas de cliente tras cliente, que muchas veces no dan tiempo de almorzar ni para tomar un descanso. Me prometían que si trabajaba suficiente, sin descansar, lo que recibiría en propinas compensaría mi salario. En mis mas de diez años de trabajar en esta industria, no ha sido así.

Cada servicio proporcionado en los salones de uñas tiene un tiempo límite del cual nosotras tenemos que seguir estrictamente—porque su lema es “tiempo es dinero.” Varias veces hacemos trabajos de una hora para los clientes los cuales nos dejan una propina variada—o no nos dejan nada por que la propina es opcional. Muchas veces, después de una jornada larga de 12 horas, terminamos el día con apenas $25 en propina, significando que salimos con tan solo $50 dólares en total.

Con esa constante inestabilidad económica me ha sido difícil mantener a mis dos hijos y muchas veces he tenido que sacrificar mi tiempo con ellos porque mi horario es tan largo—pero por necesidad los tengo que cumplir por que dependo más de la propina que de un salario. Cada semana es diferente económicamente y nada nos asegura si tendremos lo suficiente para nuestras necesidades básicas, creando una constante preocupación.

Si el gobernador firma la nueva propuesta, estas condiciones podrían cambiar para las miles de trabajadoras de uñas en esta industria. Siendo aseguradas el salario mínimo más nuestras propinas nos daría no solo una estabilización económica, pero haría los horarios más justos también. Por eso, yo y docenas de mis otras compañeras estaremos testificando en una audiencia del Departamento de Trabajo en El Bronx el 19 de junio.

Venimos representando a 700 trabajadores de la Asociación de Trabajadores de Salones de Uñas de New York, la cuál es parte del sindicato Trabajadores Unidos. Estamos en apoyo a la campaña de Un Sueldo Justo (One Fair Wage, en inglés) por que merecemos un sueldo estable por el trabajo que hacemos–y además de la estabilidad económica que necesitamos, eliminaría la vulnerabilidad a abusos que este sistema ha creado.

Aún faltan muchos cambios para poder mejorar nuestras condiciones de trabajo pero tener un salario justo sería un gran paso a nuestro favor. Nos daría una mejor estabilidad economía que sería de gran ayuda para poder sacar adelante a nuestras familias. Igual que todos, tenemos sueños y esperanzas de cambio.

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