De la tranquilidad a los feminicidios: el drama del estado de Puebla

MEXICO – A la estudiante de enfermería Zendy Guadalupe Flores la violaron y degollaron antes de abandonarla en un descampado, semidesnuda y expuesta con una herida de arma blanca en el cuello. Así se convirtió en la mujer asesinada número seis en la última semana y la 60 del año posiblemente por razones de género (feminicidio) en el céntrico estado de Puebla.

Ubicado a 127 kilómetros de la capital mexicana, Puebla era una de las entidades más tranquilas y seguras del país hasta que las células del crimen organizado “tomaron la plaza‘‘ poco a poco en el último sexenio para  hacerse del control de ductos para el robo de combustible, venta y paso de droga, secuestros y extorsiones. Ahora ocupa el noveno lugar nacional por inseguridad.

Proporcional a la presencia de este perfil de delincuencia se han incrementado los ataques en contra de las mujeres, según ha documentado el Observatorio Nacional Ciudadano contra el Feminicidio. “El problema es que este tipo de agresiones se investigan como si fueran sólo abusos sexual y no se dimensiona el problema estructural que prevalece en Puebla donde se ha solicitado sin éxito una Declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres”.

El asesinato de Zendy ocurrió el pasado 11 de julio, pero la problemática creció abruptamente desde al menos 2013, según reportó Vianeth Rojas, directora del Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos.

Para 2015, sumaban ya 167 muertas. Desde ese tiempo, Rojas llamó la atención porque le resultaba alarmante que los cuerpos se encontraran cada vez con mayor violencia incluso en casos de embarazadas. “El feminicidio no es algo que pasa de la nada, no empieza de cero, sino es algo que va creciendo y se presenta de distintas formas: ahora en Puebla ocurre un feminicidio cada tres días”, advirtió.

Durante el presente año, la temporada más negra en el tema corre por estos días. La semana pasada se registraron cinco casos en los municipios de Puebla, Atlixco, Tecamachalco, San Martín Texmelucan y Lafragua, donde degollaron a dos, balacearon a otras tantas y una más fue enterrada en una fosa clandestina.

El caso de Zendy fue la gota que derramó el vaso para que cientos de mujeres salieran a las calles a pedir un alto en contra de la violencia hacia las mujeres y contra la injusticia. “Las autoridades han sido omisas, no hacen justicia ni castigan ningún caso y por eso se cae en los ciclos de impunidad”, advirtió Valentina Zendejas, subdirectora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.