Esperanzas siguen vivas a un día que Pablo Villavicencio sepa su futuro

El presidente del Concejo Municipal y activistas se unen a la familia del inmigrante ecuatoriano, para instar al juez federal que lo libere y evite su deportación

Desde que ‘La Migra’ arrestó a Pablo Villavicencio hace siete semanas, cuando entregaba una pizza en la base militar Fort Hamilton, en Brooklyn, su esposa Sandra Chica ha tenido que sacar fuerzas de donde no las tiene, pero ya no puede más.

Así lo delata su angustioso rostro y el nerviosismo que se apoderó de ella faltando solo unas horas para que este martes el juez federal Paul Crotty decida si libera o no al padre ecuatoriano, y autoriza su presencia en el país hasta que se resuelva su caso de inmigración pendiente, por estar casado con una ciudadana.

“Esperamos que esta pesadilla termine ya y finalmente mis hijas estén con su padre”, comentó este lunes entre lágrimas Chica, durante una manifestación en la sede del Concejo Municipal, a donde llegó junto a sus pequeñas Luciana, de 4 años y Antonia, de 3, quienes no paran de preguntar por qué su papi lleva casi dos meses fuera de casa sin regresar. “Le pido al juez, que si tiene familia, por favor que se conmuevan y liberen a Pablo y entienda que él no es un criminal y solamente es un padre entregado a sus hijas que quiere seguir aquí a su lado, respondiendo como siempre lo ha hecho”.

Y a ese clamor se sumó el propio presidente del Concejo Corey Johnson, quien calificó de “cruel e inhumano” al Gobierno Trump por separar familias como la de Pablo y Sandra y a otras miles alrededor del país.

“Estoy aquí para mostrar mi apoyo a la familia de Pablo Villavicencio y para pedirle a la corte federal que haga lo correcto y que se ponga del lado correcto de la historia y libere a Pablo, para que pueda regresar con su esposa y sus hijas”, comentó el líder político, quien agregó que le produce mucho dolor saber que una detención injustificada tiene a esta familia sumida en la angustia.

“Él ya se perdió el Día del Padre, su quinto aniversario de bodas, y el cumpleaños número 4 de su hija Luciana. Por qué nuestro Gobierno está permitiendo que estas cosas pasen con la familia de un hombre que nunca le ha hecho daño a nadie”, agregó Johnson, recordando que desde que el inmigrante fue arrestado el pasado 1 de junio, todo cambió para su esposa y sus pequeñas.

Yaritza Méndez, coordinadora de derechos civiles y de Inmigración de la organización Make the Road NY, destacó que el de la familia de Villavicencio es uno de los tantos rostros del efecto que siguen causando en el país las políticas arbitrarias de la Casa Blanca.

“Ataque por parte de ICE”

“Pablo y su familia han sentido de manera directa el ataque a los inmigrantes por parte de ICE, que solo tiene como propósito dividir a las familias”, comentó la activista. “Pedimos al juez que conceda la liberación inmediata de Pablo para que pueda estar en casa con sus hijas y su esposa quienes están sufriendo por esta detención injusta y cruel”.

Asimismo, Steven Choi, director de la New York Immigration Coalition, solicitó la libertad del esposo de Sandra como una muestra de justicia.

“Inmigrantes como Pablo Villavicencio sostienen a sus familias trabajando duro y haciendo sacrificios y no deberían ser arrancados de sus hijos que están llorando ni de sus comunidades por estar persiguiendo el sueño americano”, comentó Choi.

Sandra Chica, esposa de Pablo Villavicencio, junto a sus hijas y Corey Johnson

Confían en fallo favorable

Jennifer Williams, abogada de Legal Aid Society y quien lleva el caso de Villavicencio, se mostró confiada en que este martes el juez falle a favor de su cliente y destacó que basará su defensa en asuntos legales que saltan a la vista.

Es simple, cualquiera que vea sabe que Pablo estaba haciendo las cosas correctamente. La familia de Pablo estaba haciendo todo bien y es ridículo que el propio Gobierno primero le dice que está bien que personas como Pablo salgan de las sombras, a través de procedimientos como el que él tiene pendiente (ajuste de estatus por petición familiar de esposa ciudadana) y luego quiera decirle, ‘lo siento, usted no se va a subir a este tren’”, dijo la defensora.

Williams agregó que espera que el juez lo libere y seguir peleando su caso en una corte de Inmigración con él afuera, ya que el ecuatoriano no representa ninguna amenaza para la comunidad ni para la seguridad nacional.

Al concluir la abogada, la pequeña Luciana, la hija mayor de Pablo, dijo algo que su familia y quienes los apoyan en esta lucha esperan que sea una realidad cuando termine la cita en la corte este martes, con decenas de simpatizantes exigiendo justicia afuera del tribunal.

Mi papi ya regresa mañana y vamos a jugar mucho en mi casa”, dijo la pequeña, con una enorme sonrisa, mientras su madre la abrazaba con el rostro lleno de angustia e incertidumbre. Sabe que el futuro depende del juez, y trata de estar optimista, pero confiesa que tiene miedo.

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