Letras: Las sorpresas del diccionario

El Diccionario impreso más reciente es del 2014 y desde entonces ha pasado mucha agua bajo el puente.

El Diccionario de la Lengua Española es una caja de sorpresas. Y ahora más que nunca. En el pasado, se publicaba el Diccionario impreso (antes llamado de la Real Academia Española) y había que esperar más o menos una década para consultar el nuevo, con todas las modificaciones que pudiera tener. Ahora contamos con el Diccionario en versión digital (www.rae.es) que se va actualizando permanentemente y que es obra en colaboración de todas las 23 academias de la lengua española.

El Diccionario impreso más reciente es del 2014 y desde entonces ha pasado mucha agua bajo el puente. El idioma evoluciona y la intercomunicación mundial, las redes sociales, internet, los buscadores, imprimen una velocidad vertiginosa a las manifestaciones de la lengua. Entonces el Diccionario se tiene que poner al día.

¿Y acaso lo ha hecho? Bueno, en los cuatro años que han pasado desde la publicación de la versión impresa, la vigesimotercera, los encargados del Diccionario _entre ellos cuatro de nosotros en la Academia Norteamericana de la Lengua Española, ANLE_ han incorporado 3345 cambios (entre agregados, supresiones y modificaciones), lo que equivale a casi 2,3 cambios por día.

El Diccionario de 2014 incorporó varias novedades chispeantes, como amigovio, via, fusión de amigo y novio, que definió como un coloquialismo de Argentina, Uruguay, Paraguay y México, “persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo”, y papichulo, otro coloquialismo, esta vez de Paraguay, México y Puerto Rico, “hombre que, por su atractivo físico, es objeto de deseo”.

Pero a partir de entonces y en estos cuatro años _y usted lo puede comprobar en la versión digital del Diccionario_ se incorporaron otras voces como clicar (y pinchar como sinónimo), audiolibro, la acepción de acoso escolar, el coloquialismo chusmear y el pegadizo vallenato.

Una modificación de especial interés para los hispanos en Estados Unidos es que se enmendó la definición de chicano. En la edición de 2014 se leía: “Dicho de una persona: ciudadana de los Estados Unidos de América y perteneciente a la minoría de origen mexicano allí existente”. ¿Y la nueva versión? Ahora quedó así: “Dicho de una persona: Que es de origen mexicano y vive en los Estados Unidos de América, especialmente en las áreas fronterizas con México”.

¿Qué le parece el cambio?

• Jorge Ignacio Covarrubias es secretario general de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE)

En esta nota

Real Academia Española (RAE)
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain