Red Sox acaban con la temporada de los Yankees

EL BRONX – Los New York Yankees lograron más jonrones esta temporada que ningún equipo en la historia. Pero los Boston Red Sox son simplemente un mejor equipo de béisbol y lo demostraron la noche del martes ante un Yankee Stadium lleno con 49,641 espectadores.

Sólo un día después de que uno de sus hombres, Brock Holt, lograra lo que nadie antes había logrado en un partido de postemporada -“el ciclo” de un sencillo, un doble, un triple y un jonrón-, los Patirrojos se permitieron el lujo de sentarlo por Ian Kinsler, quien también fue un problema para los Yankees desde la primera entrada del cuarto juego de la Serie Divisional de la Liga Americana que los de Boston ganaron por 4-3 para avanzar a la Serie de Campeonato ante los Astros de Houston.

La defensa de los Red Sox funcionó como un reloj, empezando por su pitcher abridor Rick Portello. El nacido en Morristown, NJ, a sólo 40 millas del Yankee Stadium, lanzó cinco entradas completas en las que cedió una sola carrera y cuatro hits. Mientras tanto, el abridor de los Yankees, el veterano CC Sabathia, sufría desde los primeros compases.

En la tercera entrada llegaron las primeras carreras para los visitantes. Steve Pearce conectó un sencillo que empujó a Andrew Benintendi a la tercera base. A continuación J.D. Martínez pegó un batazo de sacrificio al fondo del jardín central para habilitar la primera carrera de la noche.

Poco después Kinsler –el sustituto de Holt– conectaría un doble al jardín izquierdo para empujar la carrera de Pearce. Y a continuación un sencillo de Eduardo Nuñez serviría para la anotación del propio Kinsler.

Sabathia se retiró después de lanzar tres entradas completas en las que permitió tres carreras en 59 lanzamientos.

Su reemplazo, Zach Britton, arrancó con mal pie en la cuarta entrada. El primer bateador al que enfrentó, Christian Vázquez, anotó su primer jonrón de postemporada para poner el marcador en 4-0. Curiosamente, el toletazo –que apenas superó la cerca por el jardín derecho por encima de la cabeza de Judge, no hubiera sido un jonrón en ningún otro parque de pelota de las Grandes Ligas, por las pequeñas dimensiones del Yankee Stadium.

Despertar tardío de los Yankees

Tuvo que llegarse a la quinta entrada para que los locales se estrenaran en el marcador. Gary Sánchez conectó un doble. Inmediatamente después Gleyber Torres, en una jugada afortunada en el que un batazo en semifallo parecía que iba a ser foul, logró un sencillo que llevó a Sánchez a la tercera base. Fue suficiente para que el batazo de sacrificio de Brett Gardner colocara la primera carrera en el conteo de los Bombarderos.

Mientras, Britton enmendó su error inicial y completó dos entradas sin permitir más carreras de Boston. Su relevo en el montículo lo tomó David Robertson, que también cumplió durante un inning y dos outs para dejar paso a Dellin Betances, que logró un out en la séptima entrada pero se metió en problemas en la octava y llenó las bases, situación de la que escapó ponchando a Benintendi con un polémico tercer strike.

Pero para entonces el problema de los Yankees estaba en la ofensiva, que no conseguía conectar batazos y, cuando lo hacía, veía cómo la defensa de Boston respondía sin el mínimo error. Así, el pitcher que sustituyó a Porcello, Matt Barnes, completó una sexta entrada perfecta. Ryan Brasier en la séptima y Chris Sale en la octava también mantuvieron a raya a los Bombarderos.

A punto del milagro

Aroldis Chapman acudió a cerrar la parte alta del noveno inning con éxito. Sólo quedaba el milagro, en el que algunos aficionados de los Yankees llegaron a creer cuando Craig Kimbrel caminó a Aaron Judge para arrancar la parte baja del noveno inning y Didi Gregorious conectó un sencillo a continuación. Kimbrel ponchó a Giancarlo Stanton (¿habrá jugado su último juego con los Yankees?), pero caminó a Luke Voit y golpeó a Neil Walker para mandarlo a primera –otorgando la carrera a Judge-. El estadio enloquecía con la posible remontada.

Fue un espejismo. Gary Sánchez tuvo la victoria en su bate con bases llenas, pero su golpeo al jardín izquierdo se quedó corto y sólo sirvió como flyout de sacrificio para permitir la carrera de Gregorious.

Todo quedó entonces en manos del rookie Gleyber Torres, que conectó pero no llegó a primera para júbilo de los Red Sox, que celebraron la victoria en el diamante de su máximo rival.

Los Patirrojos habían ganado a los Bombarderos el tercer partido de la serie por el mayor margen como equipo visitante de la historia en playoffs, en un histórico 16-1. Ningún equipo en el Yankee Stadium, ni siquiera los propios Yankees, habían logrado nunca anotar 16 carreras en un juego de postemporada.

Ahora Boston enfrentará a Houston por una plaza en la Serie Mundial.