Sonora, el laboratorio de Morena contra los gobernadores del PRI

Los legilsadores del partido de López Obrador dominan el Congreso

Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora.

Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora. Crédito: Twitter

MEXICO –  En  uno de los pocos nichos de poder que conserva, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) libera una batalla campal con sus opositores diputados de Morena que arrasaron en el congreso para establecer en el fronterizo Sonora un escenario muestra de cómo son los políticos mexicanos en escenarios democráticos con poderes totalmente divididos.

La confrontación política comenzó desde el primer día en que la gobernadora priista Claudia Pavlovich quiso reducir el poder de la oposición cuando se dio cuenta que en los próximos tres años (la mitad de su mandato) tendrá que lidiar con un legislativo furibundo que en pocas palabras desde la campaña amenaza con ser una piedra en el zapato.

De los 33 curules que integran el legislativo local, Morena ganó el pasado 2 de julio a 21 (en un efecto de voto que acarreó el hoy presidente electo Andrés Manuel López Obrador) mientras los priistas se quedaron con cinco, el Partido Acción Nacional, tres; Movimiento Ciudadano, uno y otro más el Partido Verde.

Para cortar las alas a esta legislatura, Pavlovich ideó  una reforma a la constitución local que fue aprobada de manera discrecional en agosto por el legislativo todavía dominado por priistas antes de la fecha de renovación del congreso que sería a mediados de septiembre.

Con la  #LeyVeto (como se le conoció localmente)  la gobernadora logró que el mandatario en turno pueda vetar el presupuesto del legislativo si éste no le favorece; también le dio la facultad de crear o eliminar dependencias; bloquear que algún partido tenga más de 21 representantes en el congreso y quitó a éste posibilidad de designar a los titulares de organismos autónomos, entre ellos, los que pudieran fiscalizarla.

“Quiere tener el poder total como hasta ahora lo había tenido”, advirtió la senadora morenista por Sonora y ex presentadora de televisión, Lily Tellez.

Históricamente, los gobernadores mexicanos llegaban al poder con el congreso domindo por su mismo partido, pero este año se dio un giro democrático en Hidalgo, Colima, Sinaloa, Oaxaca, Morelos, Tabasco y Veracruz que desfavoreció al PRI con legislativos de oposición.

Esta nueva división de poderes podría convertirse en un arma de doble filo. O un contrapeso a los todopoderosos  mandatarios o en un obstáculo a la gobernabilidad. En ambos casos, Sonora es el laboratorio más avanzado.

Con la llegada de la 62 Legislatura (a cuya instalación no acudió Pavlovich) inició formalmente la Era de confrontaciones. Para empezar, Morena llevó la #LeyVeto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que le dio entrada y ahora discute si va o no en contra de la Constitución del país.

Por otra vía, desde el congreso local – y para sorpresa de muchos- la diputada  Beatriz Lara solicitó al presidente Enrique Peña aplicar la Ley de Seguridad Interior en el estado, es decir, que envíe a soldados del Ejército al estado para enfrentar problemas de inseguridad, una  acción a la cual se había opuesto a nivel nacional su propio partido y grupos pacifistas como Seguridad sin Guerra.

“La solicitud vino de quien menos lo esperábamos: Morena”, lamentó el activista de la organización”, Alfredo Licona en entrevista radiofónica.

El legislador local panista Gildardo Real observó que la actitud del congreso como opositor podría volverse contraproducente si éste cae en las mismas prácticas que ha criticado. “Durante muchos años hemos calificado al PRI de abuso de poder, de ser anticonstitucional, de hacer tretas jurídicas y de hostigamiento, pero ahora estamos viendo lo mismo y es muy lamentable para la democracia”.

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