Nerviosismo entre deportados por elecciones intermedias en EEUU
“Si Trump gana y empeora las cosas se arruinarían planes que hemos hecho por años”, destacó activista
MEXICO – Aún con trabajo pendiente, agendas personales y actividades múltiples por cumplir, deportados hicieron equipo para dar seguimiento paso a paso a las elecciones en Estados Unidos, al que consideran aún una segunda Patria por razones de corazón y sangre: allá se encuentran padres, madres, hijos, hermanos, primos…
“Si Trump gana y empeora las cosas se arruinarían planes que hemos hecho por años”, advirtió Jeimmy Leyva, colaboradora de la organización civil de apoyo a repatriados, New Comienzos, donde el martes cundió el nerviosismo.
La espera para los Leyva no es cualquier cosa. Desde que ocurrió su expulsión de Estados Unidos hace ocho años, dos de ellos, ciudadanos americanos aún menores de edad, son la esperanza de algún día volver a Los Angeles o al menos tener un brazo allá si las cosas se ponen mal en México en los próximos años.
“Se dice que Trump quiere cancelar la ciudadanía a los hijos de indocumentados con ayuda del Congreso o algún otro tipo de medida en contra de la migración y, si lo hace, entonces sí sería una desgracia”, calculó Jeimmy.
Las elecciones intermedias en Estados Unidos para renovar la Cámara Baja y el Senado son una prueba de fuego a la administración de Donald Trump. Tanto demócratas como republicanos han apostado a la participación de sus seguidores para afianzar sus políticas públicas contrariadas en el tema de la migración indocumentada.
Israel Concha, fundador de la organización, monitoreó la movilización en Estados Unidos para salir a votar. Chats, lives streamings y otros medios de comunicación se monitorearon en New Comienzos. Foros como DACA Dreamer Only, Inmigración Noticias e Información, DACA Success o Dreamers one Here to Stay.
“Tenemos la esperanza en lo mejor, pero estamos preparados para lo peor”, describió Concha sin parpadear mientras observaba la pantalla de su computadora. “Los hispanos han salido a votar como pocas veces y esto lo dice el Pew Research Center”, levantó el ánimo.
Las buenas noticias para los deportados serían que, al menos, la Cámara Baja quedara en manos demócratas; una victoria republicana significaría cancelación de programas que han beneficiado a los suyos como DACA o que Trump nombre más jueces (si se queda con el Senado) y así tumbe leyes locales o las haga tambalear o que quite fondos.
Quienes están aquí saben que cualquier cosa que pase tendríá un impacto en la comunidad. En el primer semestre de 2018 se volvieron a cifras récord de deportación. De enero a junio sumaron 109,296, esto es, 42% más que en el mismo periodo del año pasado.
Israel Sánchez, quien se ofreció el martes como voluntario en la organización, teme por una de sus hermanas beneficiada de DACA. Además, sus padres, a quien no ve hace 10 años, se encuentran indocumentados y sufren por una Reforma Migratoria. “Ellos han sido buenos ciudadanos allá, han pagado un montón de impuestos, han trabajado y merecen un poco más por ese esfuerzo”.
Por la tarde el grupo de repatriados volvió a sus casas o al restaurante Pinche Gringo, donde se reúnen los demócratas de la CDMX en tiempos electorales de su país.