La Reserva Federal cambia de política y aparca las subidas de tasas

La baja inflación y la debilidad del crecimiento mundial marcan el nuevo paso

El presidente de la Fed, Jerome Powell./EFE/ Jim Lo Scalzo

El presidente de la Fed, Jerome Powell./EFE/ Jim Lo Scalzo Crédito: EFE/ Jim Lo Scalzo

Tras dos días de reuniones, el Comité Abierto de la Reserva Federal mantuvo las tasas de interés en el 2.25%-2.50% pero cambió radicalmente el tono de su mensaje con respecto a los próximos meses.

En vez de decir que “más subidas graduales” de las tasas de interés son consistentes con la expansión económica, como en sus últimas reuniones, dijo que “será paciente a la hora de determinar los ajustes futuros” a esas tasas que encarecen el precio del dinero.

Así, con ese cambio, la Fed presidida por Jerome Powell, dió un giro de 180 grados con respecto a lo que se esperaba de la política monetaria y las Bolsas, acostumbradas a operar en un ambiente de tasas bajas y dinero barato, registraron fuertes ascensos en las cotizaciones.

En rueda de prensa posterior a la publicación del comunicado Powell no dijo cuánto duraría la paciencia. Dependerá de la marcha de la economía.

El cambio de perspectiva en la política monetaria llega cuando mantiene que la economía sigue “sólida”, según la propia Fed, y las expectativas es que el crecimiento continue aunque se ha percibido una moderación en la inversión de los negocios.

Es una noticia que estaba esperando la Casa Blanca ya que el presidente ha mostrado su irritación con la subida de las tasas de interés, algo que encarece los préstamos.

Pero desde la última reunión de la Fed se ha ido observando que la inflación o subidas de precios se mantiene por debajo del 2% y apenas parece que tenga recorrido al alza. Es algo clave ya que la Fed sube las tasas de interés cuando esto es necesario para rebajar el consumo y con ello las subidas de precio que ocurren cuando la demanda es elevada. En los periodos de crecimiento económico, como el actual, normalmente la inflación sube pero en esta larga recuperación económica tras la Gran Recesión la inflación ha sido muy baja.

Adicionalmente los economistas están verificando que llega un momento de debilidad global económica. EE UU no va a crecer tanto como en 2018 y tampoco lo harán otros motores económicos mundiales lo cual, antes o después, se refleja en un mundo unido por relaciones y lazos de dinero, comercio y servicios.

Para los ahorradores más tradicionales la noticia es un jarro de agua fría porque supone que la banca no va a elevar la tasa de rentabilidad de los depósitos. Para quienes estaban esperando endeudarse es un alivio porque es una tregua en la subida del costo de pedir capital. Eso si, quienes tienen tarjetas de crédito y balances en ellas ya están pagando un alto costo por este dinero que deben porque la media de tasas ronda el 17%.

Quienes estén pensando en comprar una vivienda y pedir una hipoteca también están de relativa enhorabuena porque el bono a 10 años, cuya rentabilidad es la referencia de las tasas de estos préstamos a largo plazo, está estabilizando bajadas. El miércoles, la rentabilidad del bono se reducía mientras los mercados volvían a poner rumbo a máximos olvidados hace meses.

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