Legislatura de NY inicia audiencias sobre leyes para combatir acoso sexual laboral
Tras casi un año de las denuncias de siete mujeres sobre abusos de género en Albany, el Senado y la Asamblea escuchan testimonios para promover más protecciones
Casi un año después de que líderes, activistas, políticos y el grupo conformado por siete mujeres que denunciaron haber sido víctima de acoso de género en sus puestos de trabajo en Albany, la Legislatura estatal realizó este miércoles una audiencia para analizar la problemática y empujar leyes que ofrezcan mayores protecciones a quienes padecen esos abusos.
“Estamos aquí para asegurarnos de que Albany haga lo correcto al incluir a sobrevivientes y expertos en el proceso de formulación de políticas”, aseguró una de las mujeres miembro del Grupo de Trabajo sobre Acoso Sexual, sobre la diligencia, que venían solicitando desde hace casi un año, para que se legisle escuchando a las víctimas. “Esa es la única forma en que Nueva York realmente puede impulsar las leyes más fuertes de la nación.
Susan Lerner, directora ejecutiva de Common Cause NY, aplaudió el nuevo liderazgo progresista de la Legislatura que motivó a que este tema fuera analizado por primera vez en casi tres décadas en sus recintos.
“Las audiencias públicas representan un cambio bienvenido en el proceso de puertas históricamente cerradas de Albany y una oportunidad para comenzar el proceso de elaboración de leyes sólidas con el aporte necesario de expertos y sobrevivientes”, dijo la activista, destacando que las normas actuales ponen a las víctimas en vulnerabilidad. “A pesar de algunos cambios desde el 2012, informar sobre el acoso sexual en la Legislatura todavía puede ser una pesadilla burocrática, mientras que JCOPE continúa fallándole a los sobrevivientes de abuso sexual”.
La Senadora Liz Krueger, presidenta del Comité de Finanzas, mencionó que ha habido una revolución en la forma en que se habla sobre el acoso sexual, gracias a la valentía de mujeres y hombres que han presentado sus historias, pero en el Estado han quedado relegados.
“Desafortunadamente, sus llamamientos a la acción no han llevado a soluciones reales en Albany. Hoy celebramos una audiencia para escuchar las voces de las víctimas y comenzar el proceso abierto y transparente que necesitamos para crear reformas efectivas y detener el flagelo del acoso sexual”, dijo la senadora.
Julia Salazar, presidenta del Comité de Asuntos de la Mujer, y sobreviviente de acoso sexual, criticó la manera como Albany ha asumido la problemática del abuso por años.
“La cultura en Albany ha sido completamente inaceptable en estos temas durante años, y como parte de esta nueva cohorte de mujeres jóvenes senadoras, trabajaré para erradicar el abuso en todas sus formas de las instituciones gubernamentales”, dijo la líder de Brooklyn. “Como sociedad no debemos aceptar la masculinidad tóxica y sus efectos en la cultura y la eficacia de nuestro lugar de trabajo”.
La excandidata a la Gobernación del Estado, Cynthia Nixon, pidió que haya celeridad en la aprobación de nuevas leyes que pongan fin a los abusos.
“Los días de cuatro hombres en una habitación, escribiendo políticas de acoso sexual a puerta cerrada, han terminado. Ahora, para lograr reformas significativas, necesitamos transparencia y, sobre todo, debemos escuchar a los sobrevivientes”.
Los testimonios fueron escuchados por el presidente del Comité de Investigaciones y Operaciones Gubernamentales del Senado, James Skoufis, la presidenta del Comité de Ética y Gobernabilidad Interna Alessandra Biaggi, la presidenta del Comité de Asuntos de la Mujer del Senado, Julia Salazar, la presidenta del Comité de Operaciones Gubernamentales de la Asamblea, Michele Titus y el presidente del Comité de Trabajo de la Asamblea, Marcos Crespo.
Dentro del paquete de leyes que esperan ser aprobadas para proteger a las víctimas y acabar con los abuso están el establecimiento de una legislación estatal que sea acorde con el estándar “menos bueno” de la Ciudad de Nueva York, que permite a los trabajadores presentar una reclamación si son tratados menos bien, en función de su género o de la percepción del género.
Asimismo se busca extender el estatuto de limitaciones para presentar una queja por acoso sexual o discriminación ante la División de Derechos Humanos del Estado de Nueva York de un año a tres como tiempo máximo. Al igual que poner fin a la llamada defensa “Faragher-Ellerth”, donde si un empleado no sigue los procedimientos establecidos por su empleador para presentar una queja, un acosador puede usar el hecho contra el empleado para evitar la responsabilidad.
Finalmente los proyectos de ley en curso pretenden asegurar que las víctimas aún puedan presentar una queja oficial ante una agencia local, estatal o federal, cooperar con una investigación y tener acceso a un seguro de desempleo y otros beneficios públicos, incluso cuando se firma un acuerdo de no divulgación.