Por qué no deberías ver el vídeo del ataque terrorista en Nueva Zelanda

No compartir las imágenes puede ayudar a prevenir ataques futuros

La Policía ha bloqueado el centro de la ciudad de Christchurch.

La Policía ha bloqueado el centro de la ciudad de Christchurch. Crédito: EFE/ Martin Hunter

El tiroteo masivo en Nueva Zelanda marca el último ataque terrorista en el que los presuntos autores han publicado imágenes de los trágicos eventos.

Compartido en vivo desde Facebook y luego difundido en varias redes sociales, muchos usuarios han decidido compartir las desgarradoras imágenes, a pesar del consejo expresamente redactado por las autoridades para abstenerse de hacerlo.

Muchos comparten las imágenes para comunicar el alcance de la atrocidad, pero los expertos afirman que los presuntos atacantes están utilizando al público como un vehículo para difundir su propaganda.

Al menos 49 personas murieron luego de que se dispararon contra dos mezquitas en Christchurch, el viernes. Docenas más han resultado heridas en lo que la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, describió como un “ataque terrorista”.

Las autoridades están instando al público a que tampoco compartan un “manifiesto”, publicado antes del tiroteo explicando el ataque.

¿Por qué los atacantes comparten imágenes de video?

Los expertos en lucha contra el terrorismo dicen que el uso de video y la publicación de manifiestos demuestran que los ataques de esta naturaleza no se limitan a las víctimas que provoca. Su alcance va más allá

“Se trata fundamentalmente de comunicarse con audiencias más allá de los hechos y víctimas que provocan”, contó a iNews, Lee Jarvis, experto en lucha contra el terrorismo y profesor en la Universidad de East Anglia.

“Aunque esto no es nuevo, y está vinculado a ideas muy antiguas en torno al terrorismo como la “propaganda del hecho”, las nuevas tecnologías facilitan este intento de comunicación. Con esta instrumentalización de las víctimas, el daño que causan es un medio para intimidar, amenazar o afectar a otros, es parte de lo que hace que estos actos de violencia sean tan horribles”, agrega.

El profesor Jarvis señala otros ataques terroristas en la última década en los que los atacantes intentaron obtener una exposición adicional. Los ejemplos incluyen los disparos en París en 2015, donde los atacantes también usaron cámaras Go-Pro y el ataque de 2013 en el Centro Comercial Westgate en Nairobi, donde los atacantes tuitearon sus acciones desde el interior del edificio.

El Dr. William Allchorn, director asociado del Centro para el Análisis del Derecho Radical, explicó al medio mencionado que el ataque demostró el uso cuidadoso de las redes sociales por parte del atacante principal para propagar su creencia identitaria y anti-musulmana como corriente principal. Parece que su público objetivo no son solo periodistas y ciudadanos interesados que usan las principales redes sociales, sino también usuarios de sitios más oscuros utilizados por personas de extrema derecha.

Según el profesor Jarvis, el público debe ser “muy cauteloso” acerca de compartir imágenes de ataques terroristas que provengan directamente de la comunicación de los presuntos atacantes.

“Hacerlo puede ser ilegal en algunas jurisdicciones y una manera de glorificar el terrorismo”, dice. Compartir la propaganda solo “sirve en los intereses de los responsables de los ataques”.

Otros se han hecho eco del mensaje del profesor Jarvis. El Dr. Joan Donovan, director del Proyecto de Investigación de Tecnología y Cambio Social en la Universidad de Harvard, tuiteó: “El manifiesto es un cebo. Está cargado de palabras clave que conducen a madrigueras de extrema derecha. Se recomienda encarecidamente que se publique más, que no se comparta”.

Otra razón para abstenerse de compartir las imágenes o el manifiesto es ayudar a prevenir ataques futuros. La investigación muestra que muchos perpetradores se inspiran en las palabras y acciones de otros terroristas previos, según Paul Gill, investigador de los fundamentos de comportamiento del terrorismo y los ataques terroristas en el University College de Londres.

“De hecho, este hombre en particular, el terrorista de Nueva Zelanda, revisa a delincuentes similares de Noruega, Suecia, Italia, Estados Unidos y el Reino Unido en su acto y declaración de intenciones”, explica el investigador.

Por eso, aunque todavía no se han retirado ni vetado todas las publicaciones que contienen el vídeo y el manifiesto, si te llegan no las compartas. Es una recomendación de las autoridades que no debería ignorarse.

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