Dos horas sin apps para llamar a un carro

Los choferes de empresas gestionadas por Apps protestan a sus empresas y piden un salario justo

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Crédito: Mariela Lombard | El Diario

Este miércoles, de siete a nueve de la mañana está previsto que sea complicado llamar a un carro de Uber, Lyft, Vía o Juno para un desplazamiento por Nueva York. O por Los Ángeles. O por Filadelfia. O por Londres.

Estas son algunas de las ciudades del mundo en las que los conductores de estos carros van a desconectar el 8 de mayo sus apps para protestar sus pagos y condiciones de trabajo.

No solo coincide con la hora pico de tráfico en la mañana sino también con la inminente salida a Bolsa de Uber, la gran empresa del sector. Lyft se estrenó los mercados en marzo.

El Independent Drivers Guild (IDG), el sindicato que incluye en Nueva York a casi todos los choferes de Uber (alrededor de 70,000) ha convocado a este paro además de una demostración a la que se une el New York Taxi Workers Alliance (NYTWA, que unifica a los choferes de taxis amarillos, verdes y el resto de carros de transporte individual) ante las oficinas de estas dos empresas en Long Island City (Queens). Algunos de los choferes de este sindicato también trabajan para las empresas que usan apps.

Con la huelga y las manifestaciones se pretende mandar el mensaje de que “se quiere y merecemos un pago justo”, explicaba una portavoz de IDG. “Es claro que los conductores quieren protecciones laborales, beneficios y seguridad financiera”.

Esto se concreta, para empezar, en seguridad laboral. En esencia que se acaben las desactivaciones que impiden que los conductores vivan tranquilos sin temer perder su forma de vida. Adicionalmente se quieren salarios dignos con los que se pueda vivir. Los choferes no solo se quejan del recorte de tarifas que ha hecho Uber y el aumento de la competencia al haber demasiados de ellos en las calles.

En Nueva York el IDG ha conseguido tras dos años de campaña que se pague un salario mínimo tras gastos lo que ha afectado positivamente, se calcula, al 96% de los conductores que se embolsarán casi $10,000 al año. La puesta en marcha de esta ley laboral fue contestada en tribunales por Lyft y Juno aunque esta última empresa se retiró de la causa que finalmente perdió Lyft hace apenas unas semanas.

“Este es el modelo para otras ciudades, que se suba lo que cobran los conductores”, explican desde IDG del modelo único de Nueva York.

La huelga es un recordatorio de una de las partes más voluminosas del folleto presentado ante el regulador de los mercados (SEC) por la salida a Bolsa de Uber, la de los riesgos. “Nuestro negocio es objeto de numerosos riesgos legales y regulatorios que pueden tener un impacto adverso en nuestros resultados y perspectivas de futuro”, se lee.

En esta comunicación ante la SEC se hace énfasis en la competitividad del sector, en la posible necesidad de reducir tarifas y comisiones, en los riesgos tecnológicos y en particular en el hecho de que el negocio “podría verse adversamente afectado si los conductores fueran clasificados como empleados en vez de contratistas independientes”.

En este sentido, hace apenas una semana el Departamento de Trabajo emitió una opinión con respecto a este modelo de empresa en el que los trabajadores son contratistas y no empleados para dar la razón a la empresa que solicitó el parecer de las autoridades federales. El actual Ejecutivo de Washington, a diferencia del anterior, considera a quienes hacen su trabajo a través de mercados virtuales como contratistas. Es algo que les impide tener un salario mínimo (a no ser que una ley les obligue como en NYC), tener vacaciones pagadas, licencias por enfermedad o seguro médico como la mayor parte de los trabajadores con una relación laboral.

La directora ejecutiva de NYTWA, Bhairavi Desai, explicaba en su nota de adhesión al apagón de las apps que los inversores de Wall Street “están diciendo a Uber y Lyft que rebajen el ingreso de los conductores, paren los incentivos y aceleren en la tecnología de carros sin conductor. Con la salida a Bolsa, los dueños de Uber van a ser millonarios mientras que los conductores se quedarán en la pobreza y pueden acabar en la bancarrota”.

Apoyo a la salud mental

El defensor del pueblo, Jumaane Williams y la IDG tienen previsto anunciar este martes un programa de bienestar para conductores con especial énfasis en salud mental.

Con ello, en el mes de la concienciación de la salud mental, se quiere dar respuesta a lo que se ha calificado como una epidemia de suicidios entre los taxistas debido a la desesperación que les causa su situación económica.

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