Mi vida como una mujer indocumentada de color
Soy una mujer de color, indocumentada y sin miedo. Todavía recuerdo las noches inquietas en México, escuchando lobos y grillos en el desierto, preguntándome si yo iba hacer su comida siguiente. Cuando llegué por primera vez a los Estados Unidos, mi familia y yo nos mudamos a un apartamento con mis dos tías y sus esposos. Como indocumentada viví muchos momentos difíciles los cuales quiero compartir para que las personas puedan entender la importancia de darle libertad y oportunidades a las personas inmigrantes.
Recientemente, la Legislatura del estado de Nueva York aprobó la Ley DREAM de NY, y ahora le toca al gobernador Cuomo incluirlo en el presupuesto estatal. Si bien aplaudo este paso, Nueva York debe ir más allá. Muchos estudiantes tienen miedo cuando van a la universidad y se preocupan sobre cómo pagar la matrícula escolar. Una posible solución sería la extensión de la beca Excelsior a estudiantes indocumentados. Este tipo de programa serviría para desarrollar nuevos profesionales lo cual es bueno para la economía del estado. En mi caso, este tipo de beca me ayudaría personalmente porque como estudiante indocumentada es difícil obtener asistencia para pagar la universidad. Por ejemplo, no puedo solicitar ayuda financiera estatal o federal. Mi madre y yo estamos trabajando duro para ahorrar suficiente dinero para poder ir a la universidad en el otoño, pero no es suficiente cuando tenemos que pagar el alquiler, la gasolina, la comida y otros artículos para la casa.
Al crecer, el salario de mi madre no era suficiente para que yo y mis 3 hermanas pudieran vivir. Así que entre fuertemente para mi certificación de salvavidas. Recuerdo hacer mi tarea en el autobús, regresar a casa del trabajo a las 11:00 de la noche, con hambre y ojos soñolientos. Sin embargo, no dejé que eso me impidiera estar en la lista de honor cada año en la escuela secundaria. Mi familia me dio la fortaleza para seguir hacia adelante.
El plan de estudios de Action Civics de Generation Citizen me ayudó a entender cómo usar mi voz y de la importancia que tiene que los jóvenes participemos en impulsar cambios para mejorar el proceso político a través del compromiso cívico. Desde que el presidente Trump fue elegido, he estado lidiando con tanto dolor, frustración e impotencia. Ha sido difícil concentrarme en la escuela, pensando que mi familia puede ser deportada. Especialmente cuando veo cómo las familias están siendo separadas en la frontera.
GC me hizo salir de mi caparazón y defenderme a mí misma. Mi familia me da el valor para luchar en contra de las injusticias y el prejuicio racial hacia las familias indocumentadas. Espero que los Soñadores como yo sigan teniendo la oportunidad de ir a la escuela, encontrar sus voces y convertirse en miembros productivos de la sociedad. Estoy decidida a perseguir mis ambiciones y sueños de terminar mi carrera, estudiar políticas públicas y salud para convertirme en una trabajadora social de inmigración. Quiero ayudar a otras personas indocumentadas que están atravesando por este tipo de proceso desafiante que te hace sentir a veces perdida y en necesidad de una guía, no es una buena sensación. Creo que puedo alcanzar mis sueños y ser una persona normal sin preocuparme por mi estatus migratoria sin restricciones de poder aplicar para programas de estudio y becas. En mi caso, pienso seguir esforzándome por seguir los pasos de mis padres que vinieron aquí para darme un mejor futuro.
-Lorena es una alumna del programa de la organización Generation Citizen.