Estados Unidos vs Irán: qué busca Donald Trump con su polémica estrategia ante Teherán

Tras el derribo de un dron de EEUU por parte de Irán, la respuesta del gobierno de Donald Trump ha ido desde un ataque militar que fue suspendido hasta una invitación al diálogo

Protesta contra Donald Trump en Teherán en 2019.

Protesta contra Donald Trump en Teherán en 2019. Crédito: Getty Images

¿Está el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cambiando incesantemente su estrategia en relación con Irán?

DoAsí es como una senadora demócrata, Tammy Duckworth, describe la forma como suele actuar el mandatario. “Está poniendo en peligro la seguridad nacional de nuestro país”, me dice.

Para ser justos, Trump consultó a los líderes de en Capitolio sobre si debía realizar ataques contra Irán en represalia por el derribo de un dron estadounidense la semana pasada.

El presidente estadounidense recibió bastantes respuestas tanto de parte de los demócratas como de los republicanos, según me dijo el congresista republicano Michael McCaul, quien estuvo presente en ese momento junto a Trump.

McCaul describió la estrategia de la Casa Blanca como “cohesionada”.

Trump

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Donald Trump decidió suspender a última hora un ataque en represalia por el derribo del dron estadounidense.

El presidente también escuchó las opiniones de sus generales y de sus asesores de seguridad nacional, en un día cargado de deliberaciones.

Y, de acuerdo con The New York Times, también oyó una opinión de uno de sus presentadores favoritos de televisión en Fox News. Si Trump iba a la guerra con Irán, dijo Tucker Carlson, podía despedirse de sus posibilidades de ser reelecto.

¿Cuál fue la voz decisiva que convenció al mandatario de suspender los ataques contra Irán a última hora?

Quién sabe.

Una manifestación frente a la Casa Blanca de partidarios de un cambio de régimen en Irán.

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Una manifestación frente a la Casa Blanca de partidarios de un cambio de régimen en Irán.

Trump habló sobre su preocupación por las víctimas iraníes que causaría la acción. Aparentemente, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, también tuvo una gran influencia y le recomendó precaución.

Pero más que en ninguna otra crisis de seguridad nacional, esta ha dejado en evidencia la tensión entre el deseo del presidente de parecer duro y actuar en consecuencia, y su rechazo a verse envuelto en una guerra en el extranjero. Después de todo, él le prometió a sus electores que no lo haría.

Así que mientras ha estado celebrando su autocontrol, incluso restando importancia a la amenaza que representan las acciones iraníes, él también ha estado telegrafiando su disposición a usar la fuerza en caso de ser necesario y eliminar a Irán si este país lanzara un ataque.

En conclusión, ha habido una buena cantidad de cambios de posición.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, espera que las sanciones obliguen a Irán a actuar como "un país normal".

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El secretario de Estado, Mike Pompeo, espera que las sanciones obliguen a Irán a actuar como “un país normal”.

Pero hay otro elemento adicional a estas señales contrarias en relación a la política hacia Irán: el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, parecen tener una agenda distinta a la de Trump.

El mandatario estadounidense habla principalmente sobre el acuerdo nuclear con Irán -del cual él se retiró- señalando que era muy malo por ser muy débil y criticando a su antecesor, Barack Obama, por haber cedido demasiado a cambio de muy poco.

Además, de forma regular él ha anunciado cuán dispuesto está a negociar un acuerdo más grande y mejor: “Llámenme”, ha dicho a los iraníes, incluso llegando a enviarles su número de teléfono a través de un intermediario.

Ese no es el tono que encontramos en el Departamento de Estado.

El general Dunford supuestamente le recomendó a Trump ser cauto en relación con los ataques contra Irán.

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El general Dunford supuestamente le recomendó a Trump ser cauto en relación con los ataques contra Irán.

Pompeo habla sobre negociaciones, pero sobre todo subraya la aplicación de la presión máxima: las sanciones petroleras y financieras que están devastando la economía de Irán.

Es un gran contraste, en comparación con el gobierno anterior, cuando nuestro trabajo como reporteros se concentraba en informar sobre el difícil proceso de levantar esas sanciones consiguiendo que Irán aceptara límites a su programa nuclear. Al principio era noticia ver al entonces secretario de Estado, John Kerry, dialogando con su contraparte iraní, Javad Zarif. Hasta que se volvió rutina.

Pompeo destaca además que las sanciones van a seguir en vigor hasta que Irán cumpla con 12 exigencias. Estas incluyen renegociar el acuerdo nuclear, pero también minimizar su programa de misiles y reducir su influencia sobre las diversas milicias que hay en la región.

El secretario de Estado hace llamamientos para obligar a Irán a cambiar su comportamiento y actuar como un “país normal”.

Al mismo tiempo, admite que no cree que este régimen pueda cambiar de la manera que se lo solicita Estados Unidos. Pompeo ha dicho que Irán no tiene líderes moderados, desechando la distinción tradicional entre los funcionarios de línea dura y los pragmáticos que negociaron el acuerdo nuclear.

Zarif, alguien usualmente visto como un pragmático, va a ser objeto de sanciones esta semana. Se trata de una jugada muy inusual que incrementa la tensión en lugar de crear un espacio diplomático para un diálogo.

Se prevé que el ministro de Exteriores de Irán, Javad Zarif, será objeto de sanciones.

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Se prevé que el ministro de Exteriores de Irán, Javad Zarif, será objeto de sanciones

Los aliados de Estados Unidos y sus legisladores están de acuerdo en que el comportamiento de Irán en la región es perturbador, peligroso y necesita ser contenido. Pero los críticos afirman que este enfoque de 12 exigencias esencialmente obligaría a Irán a transformar toda su política exterior en temas considerados vitales para su seguridad nacional.

Y eso, simplemente, no va a ocurrir.

Brian Hook, el enviado de Pompeo para Irán, le dijo la semana pasada a un comité del Congreso que uno de los objetivos del gobierno es negar a Irán los ingresos que le permiten ejecutar su política exterior “expansionista”.

Pero, ¿cuál es el objetivo final?, ¿un nuevo acuerdo nuclear?, ¿una transformación del régimen?

Esa es una pregunta urgente en el Congreso, especialmente para los legisladores demócratas pero no solamente para ellos.

El gobierno tiene un plan de un solo carril, ejercer la máxima presión. No tiene un plan estratégico para traer a Irán de vuelta a la mesa de negociaciones“, dijo a la BBC el senador Bob Menéndez, el legislador demócrata de mayor rango en el comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta.

“Si todo lo que haces es crear presión y no tiene una válvula de escape, esto explota”, apuntó.

Protesta contra Estados Unidos en Irán.

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Protesta contra Estados Unidos en Irán.
Manifestación en Irán contra la política de Donald Trump.

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Manifestación en Irán contra la política de Donald Trump.

Existe el temor de que el presidente Trump podría hacer que las cosas estallen sin buscar autorización del Congreso para una nueva guerra, algo que se supone que debería hacer.

Hook fue duramente interrogado sobre eso.

“Según la Constitución, ¿tiene el Congreso el poder para declarar la guerra, verdad?”, fue la pregunta que una y otra vez le preguntó el legislador demócrata Ted Lieu. “Y esta no es una pregunta tramposa”, agregó.

Hook no ofreció una respuesta definitiva y tampoco lo ha hecho Pompeo.

Alrededor de este tema existe la cantidad usual de teatro político, pero también hay una suerte de (estrategia del) “loco”.

Los estadounidenses usan loco como sustantivo: “El Loco”.

“El Loco en Washington”, dicen.

¿Será Donald Trump capaz de hacer que “El Loco” funcione en Irán?

Algunos analistas consideran que la política exterior de Trump envía señales ambiguas.

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Algunos analistas consideran que la política exterior de Trump envía señales ambiguas.

A él le gusta mantener desequilibrados a sus adversarios, pero también es capaz de cambiar de rumbo cuando ve una oportunidad. Recuerden las amenazas de “fuego y furia” que se convirtieron en una historia de amor con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.

Pero en este caso su adversario está contra la pared y el mensaje que está escuchando con más fuerza en medio del ruido confuso que sale de Washington se refiere al cambio de régimen en Teherán.

Este gobierno ha ido dando tumbos en buena parte de su política exterior y la muchos de los funcionarios que tenían un amplio conocimiento del mundo ya no están.

Ahora muchos en Washington temen que el hombre que con frecuencia ha sido descrito como un presidente por accidente podría tropezar con una guerra accidental en Medio Oriente.


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