Inmigrantes o hijos de estos han fundado el 45% de las mayores empresas del país

Estas empresas emplean a 13.5 millones de personas

Costco fue fundado por James Sinegal y Jeffrey Hart Brotman, este último fue descendiente de inmigrantes rumanos./ Archivo

Costco fue fundado por James Sinegal y Jeffrey Hart Brotman, este último fue descendiente de inmigrantes rumanos./ Archivo Crédito: shutterstock

Leon Hess fue el fundador de Hess Corporation, una empresa de energía global con sede en Nueva York. Él era hijo de una pareja de Lituania que emigró a EEUU. Hoy Hess emplea a 1,700 personas y tiene unos ingresos anuales de más de $6.400 millones. Esta es una de las 223 empresas del Fortune 500, las mayores empresas de EEUU fundada por al menos un inmigrante o un descendiente de inmigrantes.

En total, y según ha verificado el grupo pro inmigrantes New American Economy, casi el 45% de las empresas del Fortune 500 existen porque alguien que vino de otro país puso los cimientos para ello o lo hicieron sus hijos. Son empresas que en muchas ocasiones forman parte de la imagen del mismo país, como el caso de Levi Strauss cuyos dos fundadores nacieron en Bavaria (Alemania) y Letonia.

Los empresarios inmigrantes han sido siempre una parte importante de la historia del éxito económico de América. Algunas de las mayores y más reconocibles empresas americanas fueron fundadas por inmigrantes o hijos de estos. Incluso marcas como Apple y Costco además de nuevas incorporaciones a la lista de Fortune 500 como Broadcon e Intuit”, explican en esta organización.

New American Economy hizo en 2011 por primera vez el informe de las empresas de las mayores empresas fundadas por al menos un inmigrante o descendiente y entonces verificó que ese era el caso en más de dos de cada cinco compañías. “Ese patrón se ha mantenido desde entonces”, explican desde esta organización que acaba de hacer su última actualización.

Los últimos datos que manejan reflejan que de las 223 empresas, 101 están directamente fundadas por inmigrantes. Todas ellas emplean a 13.5 millones de personas y en general contratan un 11% más de trabajadores que las fundadas por un ciudadano con varias generaciones en el país.

De los $13.7 billones de ingresos por ventas que tuvieron las empresas del Fortune 500, $6.1 billones fueron aportados por las empresas de inmigrantes. 

Nueva York, California, Illinois y Texas son los estados donde más empresas de este origen se encuentran.

En un momento en el que el discurso de la animosidad contra el inmigrante ha echado raíz, New American Economy hace énfasis a la hora de explica que la importancia de estas empresas grandes “es solo un ejemplo de cómo los inmigrantes y sus hijos crean trabajos en América e impulsan la economía”.

Los pequeños y medianos negocios de personas nacidas fuera son también muy importante para el país, desde los restaurantes hasta las tiendas o los profesionales, y en ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago forman parte del tejido empresarial de las ciudades. Hay 3.2 millones de inmigrantes que tienen negocios y los datos de 2017 muestran que son más emprendedores que el resto.

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