El Concejo aprueba el salario prevalente para trabajadores de edificios subvencionados
El sindicato 32BJ estima que la medida mejorará la vida de 2,000 a 3,000 trabajadores anualmente
La voz de Yenny Hernández transmite felicidad, la que se tiene cuando se sabe que lo peor ya ha pasado y se siente una menor pesadez en los hombros. Esta dominicana es una de las personas que ha participado con su sindicato, 32BJ, en la reivindicación de un salario prevalente para los trabajadores de edificios subvencionados, algo que finalmente aprobó el jueves el Concejo.
Hernández, de 48 años, limpia oficinas en Midtown Manhattan y tiene un salario de $26.60 la hora, algo que dice que le cambió la vida “completamente”. Antes fue desamparada, tuvo que mandar a su hijo de seis meses con su familia para que lo cuidaran y solo pudo mantenerse cuidando de personas mayores en sus casas, con un salario de $7.15 la hora. Cuando en 2007 llegó a un trabajo de limpieza con un contrato cubierto por el 32BJ empezó a coger las riendas de su vida.
El miércoles decía que paga sus “billes”, la renta, tiene un seguro médico, su hijo está en el segundo año en Hunter College y ayuda a su familia en la isla. Cree que muchos más empezarán a vivir con la tranquilidad que lo hace ella ahora. “Hoy es un gran día”, decía con confianza a este periódico poco antes de que el Concejo aprobara esta ley
La disposición aprobada requiere que los desarrollos de viviendas por debajo de precio de mercado que reciban al menos un millón de dólares en subvenciones de la ciudad deben pagar salario prevalente, que es más elevado que el mínimo de $15 la hora, al personal que mantiene el edificio y a los inquilinos.
Los contratistas de proyectos financiados por el estado de Nueva York tienen que pagar a sus empleados este salario y beneficios prevalentes, según figura en la Constitución lo cual hace que muchos empleados disfruten ya de ellos.
Los desarrolladores, que se han opuesto a esta ley, creen que los costos de mantenimiento imposibilitarán la construcción de estas necesitadas viviendas.
La legislación, presentada por el concejal Rafael Espinal, contempla varias excepciones a esta norma como por ejemplo que los edificios estén dedicados al menos en un 50% a inquilinos que fueran anteriormente desamparados, incapacitados o reciban servicios sociales o de salud. Los edificios pequeños, de menos de 120 unidades, en los que la inversión de la ciudad haya sido para conservar y mejorar, no para construir, tampoco están obligados por la nueva legislación.
“En esta ciudad no se puede vivir con un salario más bajo que eso”, explica Hernández. “Sé lo que es no tener comida en la mesa, ni un techo, y tener que separarme de quien más quería, mi hijo, no quiero que nadie llegue a esa situación”.
Con esta ley se mejorará la vida de unos 2,000 a 3,000 personas que trabajan en servicios de edificios cada año, se calcula en el 32BJ.
Para este sindicato esta ley llega en un buen momento porque la ciudad planea construir y mejorar 300,000 apartamentos asequibles. Kyle Bragg, el presidente de la 32BJ, explicaba que esta es una “victoria importante para las familias trabajadoras y sus comunidades en la ciudad. Hemos probado que Nueva York crea vivienda asequible mientras asegura que los trabajadores pueden cobrar los salarios y beneficios que necesitan para poder vivir en la ciudad”.
El presidente del concejo, Corey Johnson, lamentaba que muchos trabajadores cobraran aún salarios bajos insuficientes para vivir en la ciudad. “Este no es el Nueva York que queremos, algunas personas necesitan tener dos y tres empleos para llegar a fin de mes. Es lo correcto que los desarrolladores de viviendas que reciben asistencia financiera para vivienda asequible paguen a sus empleados salarios prevalentes”, dijo.