Las inundaciones por el cambio climático urgen a México… ¡a desplazar gente!

Las personas se ven obligadas a dejar todo atrás

Damnificados por huracanes.

Damnificados por huracanes. Crédito: EFE

MÉXICO – Cada temporada de huracanes hay tres tipos de imágenes recurrentes en este país: gente descalza entre lodo o el agua hasta el cuello cargando niños, bultos, catres, ropa; hombres y mujeres que lloran a sus difuntos ahogados o sus bienes perdidos y gobernadores que acuden a los lugares para mojarse en solidaridad con los daminificados.

Luego vienen las declaratorias de emergencia, el envío de dinero para reconstruir, gente que exige apoyos para comprar otra vez estufas, refrigeradores, microondas y, sin embargo, en ninguna de las tragedias se reconoce oficialmente la necesidad de acciones radicales, aunque poco populares, como las que sugieren expertos en cambio climático.

Esto es: el desplazamiento de la población para salvar su vida a futuro.

El Reporte Mexicano de Cambio Climático sugiere que este tipo de medidas deben realizarse. No sería de golpe, sugiere el estudio encabezado por Carlos Gay, del Programa de Investigación en Cambio Climático, Universidad Nacional Autónoma de México, sino poco a poco.

Lo primero sería reconocer  “los peligros costeros” que crecieron por la falta de rigor o corrupción al permitir construcciones en áreas prohibidas o sin evaluación; después “realizar una evaluación de la vulnerabilidad a través de un rigoroso inventario de los riesgos (personas, infraestructura y servicios)” y, finalmente, si es necesario, “la reubicación de asentamientos humanos”.

Antonina Ivanova, coautora del libro “Ciudadades Sensibles al Cambio Climático”, editado por la UNAM, sugiere incluso un impuesto para sustentar cambios radicales, pero reconoce que los políticos difícilmente asumirán medidas de este tipo. “Los gestores metropolitanos suelen no estar dispuestos a introducir medidas para generar ingresos locales que, aunque impopulares, son esenciales”.

Los expertos, en cambio, empujan medidas correctivas y más drásticas como la “construcción de sistemas de defensa” (diques) ante inundaciones y mareas altas en zonas costeras urbanizadas o con parques industriales e infraestructuras de importancia estratégica como la petrolera, petroquímica y ductos de conducción entre otros.

El Estado mexicano no ha tomado ninguna de estas acciones a pesar de que tiene 11,000 km de litoral costero vulnerable. En particular, 152 municipios, según un reporte del Instituto Nacional de Ecología con impacto en alrededor de 40.3 millones de personas, principalmente en las entidades aledañas al mar. Tabasco, podría ser cubierto de agua en una cuarta parte, según algunos estudios.

En Estados Unidos, hay algunos proyectos ya avanzados sobre la protección de ciudades.  Nueva York, por ejemplo, tiene en marcha el plan BIB U, que contempla la construcción de una barrera de 16 kilómetros de largo para contener el agua. En Nueva Orleans, que sufrió daños tras el paso del huracán Katrina en 2005, se construyó un dique con muros de casi 30 metros de ancho y casi 17 de alto.

“De lado mexicano ha faltado mucha acción”, reprochó la diputada Julieta Mejía, quien en últimas fechas busca una ley que empuje al estado a tener un plan de acción: igual que la mayoría de las entidades: sólo hay planes sin hechos a pesar de que desde  el año 2000 la Universidad Nacional Autónoma de México alertó sobre elevación del nivel del mar.

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