Empresarios latinos, un motor económico con dificultades para crecer
Es la comunidad más emprendedora pero su impacto económico sería mayor si se superaran las dificultades para acceder a financiación externa y para crecer
Ryan Bethencourt y Abril Estrada son los cofundadores latinos de Wild Earth, una empresa de comida para perros alta en proteínas basada en vegetales. De la misma manera que otras empresas están planteando una alimentación distinta, con menos carne animal para los humanos, Wild Earth está haciendo esta propuesta para el mejor amigo del humano.
“Empezamos hace dos años con la empresa y en los últimos seis meses hemos crecido un 50% cada mes“, explica Bethencourt.
Este descendiente de cubanos, con larga experiencia en el sector de la biotecnología y el financiamiento, explica que Wild Earth ha conseguido $16 millones de fondos de inversión entre ellos VegInvest, Felicis Ventures y Mars Petcare. Uno de sus inversionistas es también Mark Cuban, al que convencieron de las posibilidades de su negocio en el popular show televisivo Shark Tank.
Bethencourt es entusiasta al describir el potencial de su empresa y explica que en EEUU las mascotas son responsables del consumo del 30% de los alimentos y este es un mercado valorado en $30,000 millones solo en este país. El hecho de que hay un cambio de percepción y gusto por las comidas basadas en plantas, que los perros son omnivoros (no solo carnivoros) y el despegue de las ventas por Internet han dejado argumentos convincentes a un empresario para contar con el apoyo de inversionistas para “escalar” rápidamente, es decir, hacerse más grande y multiplicar rápidamente su potencial sin la presión de tener ganancias en el corto plazo.
Es distinto camino del que siguió la empresa de su familia, una plomería que crecía poco a poco y siempre con beneficios pero que siempre fue una empresa pequeña.
Este empresario reconoce que escalar no es fácil. Hay que tomar riesgos, “darse permiso para pensar a lo grande” y en su caso crecer rápidamente. “Es incómodo crecer rápidamente, yo no tenía experiencia en ello y es tan incómodo como normal”, explica.
Normal para muchos empresarios pero no siempre para los latinos pese a que los emprendedores de esta comunidad son los que más empresas están creando en EEUU.
Empresas latinas crecen en 34%
Según el quinto informe anual sobre el empresariado latino de la Stanford Graduate School of Business’s Latino Entrepreneur Initiative, el número de empresas fundadas por un miembro de esta comunidad creció un 34% entre 2009 y 2019. Para ponerlo en perspectiva merece la pena ver que en ese mismo periodo el número de nuevos empresarios creció un 1% en el general de la población y en el caso concreto de los blancos se contrajo un 6%.
Y el 85% de los emprendedores latinos lo hacen por que ven la oportunidad de un negocio y no por la necesidad de buscar una ocupación, según la Kauffman Foundation, porcentajes muy similares a los de los empresarios blancos.
No obstante, las empresas latinas tienden a ser más pequeñas con ingresos medios de $1.2 millones anuales en el caso de aquellas que tienen empleados frente a los $2.3 millones que facturan las no latinas. Aunque el año pasado los latinos emprendedores reportaron un crecimiento del 14% (mucho mayor que el ritmo de avance de la economía) las dificultades que tienen para ampliar sus negocios abren una brecha grande entre lo que representan estas empresas para la economía y su potencial.
Hacerse grande, la escalada o tener ingresos de más de un millón, es la asignatura pendiente. Y eso tiene un precio.
Según el informe del Latino Entrepreneur Initiative, el colectivo de las empresas latinas en EEUU generan $470,000 millones en ingresos y emplean a unos 3.2 millones de personas en 2016. Supone el 4% de los ingresos de los negocios y el 5.5% del empleo en el país. Notablemente, los emprendedores latinos crearon empleo y empresas durante la recesión de finales de la primera década de este siglo. Ahora bien, si las estuvieran al mismo nivel en ingresos y empleo que el resto se generarían $410,000 millones más y se añadirían un millón de empleos adicionales.
No es solo una cuestión de que desde el punto de vista de la gestión escalar sea un equilibro delicado, como apunta Bethencourt, además los latinos tienen la dificultad para tener la solvencia de poder contratar y sobre todo acceder a fuentes de financiación externa.
Marlene Orozco, que lidera el equipo de análisis de Stanford Latino Entrepreneurship explica que la mayoría de los emprendedores ni busca fondos para escalar. “Solo un 42% de los emprendedores usan líneas de crédito, préstamos o acuden al capital riesgo”, explica. Una de las cosas que han encontrado en este informe es que los empresarios pequeños, los que ingresan menos de un millón anual suelen usar tarjetas de crédito personales o de la empresa y líneas de crédito para gestionar sus negocios.
La opción de las tarjetas de crédito es la más fácil pero también limitada en cantidad y la más cara dadas las altas tasas de interés que tienen. Independientemente de lo que pidan les suelen dar dinero vía factoring, préstamos con una casa como colateral o capital riesgo. Son opciones caras y de elevado riesgo personal. Las empresas grandes, las que si han escalado utilizan unas fuentes similares de financiación pero tienen mejor porcentaje de aprobación de créditos por encima de los $100,000.
Curiosamente no es una cuestión de tamaño, explica Orozco. “A la hora de conseguir préstamos o financiación no hay relación de éxito con respecto a los ingresos y las ganancias, “la diferencia a la hora de asegurar financiamiento es por la experiencia que se tiene a la hora de buscarlo en el mercado, incluso aunque se sea una empresa grande si no se tiene esa experiencia es improbable que se reciba financiamiento”. La clave es la persistencia.
Con respecto al riesgo personal cuando se avala un crédito con la casa del empresario, Orozco recuerda que los negocios tienen que desarrollar su historia crediticia y no solo confiar en la capacidad personal de fundador. “Tienen que separar sus cuentas”.
Otra cosa que Orozco señala como problema es que las empresas que tienen empleados tienen más problemas de liquidez, algo crítico porque predicen la posibilidad de la supervivencia y salud de una firma. Con todo, los negocios escalados o de rápido crecimiento suelen tener una liquidez mayor clave para gestionar el día a día de sus operaciones.
Bethencourt entiende las dificultades de financiamiento y la aversión al riesgo. “La comunidad latina tiene una orientación muy familiar y son muy conservadores a la hora de tomar riesgos. Mi familia era así, no querían tomar riesgos para evitar la quiebra, aunque la empresa irónicamente quebró cuando algo cambió en el mercado y no tenían el nivel de protección necesario que da haber escalado”. Él dice que antes no tenía experiencia a la hora de hacerlo porque todas las firmas latinas que conocía eran modestas en cuestión de tamaño.
“Ser emprendedor toma tiempo y es difícil para que lo haga uno solo”, dice Bethencourt, “hay que tener una comunidad que te apoye porque la mayor parte de la gente te dirá que tu idea no funciona, que es una locura, cuando lo haces en un negocio rápidamente escalable te advierten de lo que puede ir mal, pero hay que rechazar la comodidad y tomar riesgos. Y si, es posible que las cosas se compliquen pero podemos tener éxito y crecer rápidamente. Tener una comunidad con la que puedas aprende y ayudar a gestionar la incomodidad mientras se crece es importante. La comunidad latina debería sentirlo así porque somos emprendedores y creamos empleos”.
El mismo admite que es un reto complicado. “Nosotros tenemos que pasar de levantar millones de dólares a decenas de millones de dólares”, dice.
Pero las cifras avalan que escalar es rentable. El 66% de las firmas latinas con empleados y el 78% de las escaladas tuvieron crecimiento positivo el año pasado y esos porcentajes crecen casi 10 puntos porcentuales cuando se analizan en periodos de cinco años.
Orozco dice que hay que entender los desafíos para acometerlos y que aunque cinco años no son tantos como para observar una tendencia “lo que si sabemos es que al estudiar a los empresarios latinos estamos interesando a más personas y se está cambiando la cara y la historia de quién es un emprendedor latino. La percepción era de que estos están al frente de empresas superpequeñitas y tradicionales de servicios, pero no es así. Estamos cambiando lo que se sabe de los latinos en los negocios”.
Certificación como minoría
El 58% de las firmas escaladas latinas están certificadas como minoritarias (por el estado local o federal o la ciudad). Es algo que da acceso a contratos que son difíciles de conseguir de otra manera y permiten una estabilidad crítica en muchos casos. Incluso con la certificación no es fácil conseguir contratos de empresas o gobiernos y solo el 8% de las firmas latinas los tienen.
Y son preciados. Como media un contrato del Gobierno suele ser de unos $525,000 en el país y si es un contrato de corporación este suele rondar los $262,000. Estas cifras varían en distintos estados. En Nueva York los contratos públicos suelen estar por debajo de esta media pero los de las corporaciones rondan los $400,000.
Datos para la perspectiva
14% es el ritmo de crecimiento anual de los ingresos de las firmas latinas
8% de las firmas latinas están en el sector de la tecnología
30% es la tasa de crecimiento de los ingresos de casi la mitad de las industrias manufactureras latinas.
Nueva York es el estado con el mayor porcentaje de empresas latinas con altas tasas de crecimiento seguida de California, Texas y Florida.
14% de las empresas latinas contactadas están en una Zona de Oportunidades
3.2 millones de personas trabajaban en 2016 para una empresa latina.